En mitad de una crisis nunca antes vista en el mercado de los automóviles, los fabricantes siguen consiguiendo beneficios. Especialmente los dedicados a modelos premium y de lujo. Una fotografía que está obligando a un replanteamiento en la venta de vehículos. El último en posicionarse ha sido el Grupo Volkswagen: venderán coches más caros.
Escasez. La crisis de semiconductores y la Guerra de Ucrania ha roto la cadena de suministros de vehículos, con una escasez de los mismos y una situación que no se conocía desde el despegue de la industria: la demanda supera a la oferta. De hecho, la consultora S&P Global Mobility ha asegurado que hasta 2030 se fabricarán 25 millones menos de vehículos de los esperados.
Coronavirus. La llegada de la pandemia de coronavirus en 2020 provocó un cierre masivo de plantas productoras en todo el mundo. Caídas en la venta de vehículos nunca vistas y pérdidas millonarias para algunas compañías como Seat. Sin embargo, Mercedes consiguió unas ganancias en 2020 (antes de intereses e impuestos) de 6.800 millones de euros. La cifra fue superior a la registrada en 2019 (6.200 millones de euros). Y ésta se disparó en 2021 hasta los 14.000 millones de euros.
Menos y más caros. Al tiempo que Mercedes conseguía alcanzar estas cifras, encabezaba las listas de las marcas con mayores tiempos de espera por un vehículo. El movimiento fue claro: vender menos vehículos y priorizar los más caros y a los que se sacaba un mayor margen de beneficios. En 2021 vendió 370.000 vehículos menos que en 2020 y 730.000 coches menos que en 2019. BMW optó por la misma estrategia e, incluso, Oliver Zipse, CEO de la marca, recalcó que no estaban "impulsando una estrategia de volumen".
El coche del pueblo. El Grupo Volkswagen lleva en su propio nombre esta descripción de "coche del pueblo". Pero parece que seguirá el mismo camino que las marcas antes mencionadas. Así lo ha confirmado el propio Arno Antlitz, director financiero del Grupo Volkswagen, a Financial Times. "“El objetivo clave no es el crecimiento (...) Estamos más enfocados en la calidad y los márgenes, en lugar del volumen y la participación de mercado".
Es decir, el Grupo Volkswagen también apostará por diseñar una estrategia donde ganen peso sus marcas premium y de lujo, como Porsche y Audi. El coche eléctrico será el punto de no retorno y por el camino perderemos decenas de vehículos de combustión. De hecho, desde el diario económico se apunta a una reducción del 60% en los modelos con motores de combustión.
Más sencillo, más beneficios. Los coches eléctricos baratos siguen siendo casi una utopía. Y es lógico que, para entrar en el mercado, las firmas estén optando por electrificar más rápidamente la parte superior de su oferta. La tendencia es clara entre las firmas Premium, con el lanzamiento de modelos como el BMW iX, el Mercedes EQS o los Audi e-tron y e-tron GT.
Si asumimos que el vehículo eléctrico tiene, en estos momentos, un precio más caro, es más fácil venderlo a quien ya tiene un coche para suplir las carencias de autonomía y tiempos de carga de este tipo de automóviles. Y aunque los precios de los componentes están disparados, son más sencillos de producir y económicos de producir. De hecho, ya se anuncian miles de despidos con la llegada del coche eléctrico.
Seat, otro ejemplo. Hace unos días os contamos los planes que el Grupo Volkswagen tenía en España. Una inversión histórica para construir la fábrica de baterías en Sagunto que venía con una sorpresa debajo el brazo. Martorell pasará a suministrar piezas para vehículos pequeños y eléctricos de todo el Grupo Volkswagen.
La medida llega después de que la marca haya tenido pérdidas millonarias durante estos años de crisis y, sin embargo, crezca a buen ritmo su firma de coches deportivos y electrificados. "Cupra es el futuro" llegó a mencionar Wayne Griffiths en la rueda de prensa de presentación de resultados. Sin duda, toda una declaración de intenciones.
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