Jugar con la potencia de los coches se ha convertido, más que nunca con el vehículo eléctrico, en un arte muy sencillo. Como mejor ejemplo, la irrupción del Tesla Model 3 Performance, un coche que ha encendido las redes sociales sobre la potencia, las prestaciones y su verdadero sentido.
Uno de los principales agitadores ha sido, como no, Elon Musk, asegurando que la versión más potente y deportiva del Tesla Model 3 es más rápida que un Porsche 911. Y, técnicamente, lo es y no lo es. Porque sí es más rápido que algunas versiones y no lo es tanto si lo comparamos con las opciones Turbo y Turbo S.
Pero claro, hablamos de un coche eléctrico que se venderá en España por 55.990 euros, mientras que el mítico modelo germano parte muy por encima de los 100.000 euros y supera los 240.000 euros cuando nos ponemos a hablar de esas versiones Turbo.
Más allá de la mística y de lo que valore cada uno cuando se trata de un coche deportivo, lo cierto es que estamos comparando modelos que cuestan, al menos, cuatro o cinco veces más que el Tesla. Auténticas bombas de 581 y 650 CV frente a un coche de 460 CV. ¿O eran 517 CV? ¿No serán 627 CV como podría imaginarse en un principio?
La potencia del Tesla Model 3 Performance es un lío
Si atendemos a la configuración del Tesla Model 3 Performance, era de esperar que el eléctrico pudiera entregar hasta 627 CV de potencia, teniendo en cuenta que su motor delantero cifra ésta en 215 CV de potencia y el trasero se eleva hasta 412 CV.
Pero esta cifra sólo se alcanzaría haciendo "la cuenta de la vieja". Tesla suele ser un poco reacia a hablar claro de la potencia de sus coches, entre otros datos técnicos. Esta vez, ha cifrado la potencia de esta versión deportiva en 460 CV. Un dato que se queda lejísimos de los más de 600 CV que podríamos pensar en un principio.
Esto no es del todo raro. En los coches eléctricos y los híbridos 1+1 no siempre suman dos porque la potencia extraída depende de las capacidades de la batería y de su química. Y esto es lo que ha sucedido con el Tesla Model 3 Performance que en Estados Unidos se vende con una potencia de 510 CV.
Sí, nada más y nada menos que 50 CV extras disfrutarán los conductores estadounidenses. No es una cifra nada desdeñable porque contarán con casi un 11% más de potencia que un Tesla Model 3 Performance vendido en Europa. A la hora de la verdad, esta cifra es casi imperceptible en las prestaciones del 0 a 100 km/h, donde el europeo para el crono en 3,1 segundos y el americano en 2,9 segundos a los 96 km/h (0-60 mph). La velocidad punta, sin embargo, se mantiene en 262 km/h.
Esto, explican en Híbridos y Eléctricos, se debe a las baterías. El modelo estadounidense se fabrica en Fremont, en el país local, y cuenta con una batería de 82 kWh con celdas de Panasonic. El modelo que llega a Europa se fabrica, sin embargo, en la gigafactoría de Shanghái (China) y en este caos monta una batería de 79 kWh firmada por LG. Esa pequeña diferencia es, al parecer, la responsable de que ambos modelos no puedan ofrecer la misma potencia.
Como decíamos, las diferencias en la práctica son mínimas porque es la potencia pico donde el coche puede ofrecer mejores prestaciones en los modelos llegados de Estados Unidos que en los que veremos en Europa pero, en realidad, la velocidad punta será la misma y las diferencias de autonomía pese a esos 3 kWh de diferencia deberían ser insustanciales.
Imagen | Tesla
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