50 millones de líneas de código… en un coche. Por qué el desarrollo de software se convierte en ‘must’ de la automoción

Conoce cómo ha evolucionado el mundo de la automoción gracias al papel cada vez más relevante del software.

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La IA se utiliza hoy día en miles de procesos: desde la gestión de energía —como por ejemplo en el alumbrado de las calles— y aguas residuales o la planificación urbanística hasta la forma en la que tu teléfono móvil gestiona las redes WiFi para optar por los canales menos congestionados. Y lo mismo hacen los semáforos, ajustando la duración y formato de sus alertas dependiendo de si hay atascos o no. Sin embargo, hace apenas una década estas innovaciones de software ni se tenían en cuenta.

Renault Group presentó su Software HUB y hay algo en lo que se hizo especial hincapié: una evolución lógica hacia el desarrollo de software. “Hace 30 años hacíamos coches ¿Por qué no podemos pensar dentro de 30 años en ser un actor relevante haciendo software?", decía Josep María Recasens, director de Estrategia, de Operaciones de Ampere y presidente de Renault Group Iberia. En definitiva, un software que sea capaz de mejorar mañana el coche que compres hoy.

¿Qué papel tiene el software en un vehículo actual?

Desde el funcionamiento de los sistemas avanzados de ayuda a la conducción (ADAS), el sistema Start/Stop, los sensores de averías, hasta cómo interactuamos con la pantalla multimedia de nuestro vehículo o cómo gestionamos nuestra vida digital en ellos. Todo está basado en la utilización de software, datos... y cómo no, inteligencia artificial.

Desde el funcionamiento de los sistemas avanzados de ayuda a la conducción (ADAS), hasta cómo gestionamos nuestra vida digital en los vehículos. Todo está basado en la utilización de software y datos.

Estas son algunas, pero las posibilidades son casi infinitas ya que dependen de los propios desarrolladores y del nivel de sofisticación del modelo. Hay que tener en cuenta que un software recopila datos, así que también pueden ofrecer funcionalidades de personalización dependiendo de los hábitos de conducción de cada uno. Si tiendes a apurar la cantidad de batería o a frenar con mucha antelación, el sistema trackea este “perfil” de conducción para mejorar tu experiencia al máximo posible.

Y si alguna pieza en concreto sufre desgaste, el sistema te avisará con el fin de prevenir una avería, anticipando las reparaciones o aplicando directamente las mejoras oportunas para resolver el fallo. Durante años hemos oído frases del tipo: “Si un coche cuenta con mucha electrónica, cuenta con más opciones para fallar”. Pero en realidad es al revés: muchos de los procesos donde antes no intervenía ningún aviso ni control ahora están supervisados con el fin de garantizar la máxima seguridad. Es lo que llamamos mantenimiento predictivo

Las mil y una vidas del coche conectado

Como cualquier máquina, todo vehículo posee un ciclo de vida. Pero si bien hace varias décadas esa obsolescencia venía impuesta por la durabilidad mecánica —un ejemplo básico, la correa de transmisión—, hoy día es posible estirar y mejorar las funcionalidades de base a través del software. ¿Que el coche tarda en ejecutar el bloqueo de cierre de seguridad? Una simple actualización OTA puede mejorar esto y acelerar el proceso.

Para alguien que nunca ha utilizado un “vehículo conectado”, explicar sus ventajas es tan sencillo como decir: este es el siguiente paso en la conducción. Porque la clave es que cualquier conductor disponga de mejoras en navegación y conectividad, con actualización de aplicaciones en tiempo real y mejoras en la seguridad sin que tenga que cambiar de coche.

vehículo conectado

Al fin y al cabo, cuando compras un móvil este suele garantizar cinco años de actualizaciones de seguridad, mejoras en el sistema operativo, nuevas funcionalidades… Pues lo mismo sucede con los vehículos actuales: como los coches cada vez están más conectados, el software del vehículo es cada vez más determinante en la experiencia final de la conducción.

¿Pero cómo puede evolucionar un coche? De muchas formas. Supongamos que cambia algo en el reglamento de conducción, la velocidad límite en ciertos tramos de carretera o que quieres usar una app de música en tu vehículo que antes no era compatible. A día de hoy, puedes hacer actualizaciones remotas de algunos vehículos a través del sistema Firmware Over The Air (FOTA).

Por supuesto, no necesitas tener conocimientos de informática. Solo seguir unos sencillos pasos para que se apliquen las actualizaciones. Un ejemplo es openR link, el sistema multimedia de Renault, que permite una vinculación total con todas las funcionalidades del coche, y con las herramientas de Google.

El sistema actualiza de forma automática su base de datos de mapas para que siempre dispongas de la información de referencia. Y estos parches no requieren de una red WiFi y se aplican sin afectar a la integridad y seguridad del sistema. En resumen, se conecta a un servidor seguro desde cualquier parte del mundo y descarga directamente desde la nube las mejoras disponibles, ya sean los algoritmos de gestión de la carga de la batería o el sistema de infoentretenimiento.

Cómo funciona el vehículo definido por software

Hace apenas una década, los vehículos más avanzados del mercado no usaban más de 3.000 componentes electrónicos. Componentes que interpretaban y transmitían datos que después procesaba la ECU, la Unidad de Control Electrónica. A día de hoy, un vehículo moderno, cuenta con más de 8.000 semiconductores y entre 60 y 100 centralitas, focalizadas en distintas áreas como el motor, la iluminación del vehículo, la sensórica de seguridad, los sistemas de ayuda a la conducción, sistemas de frenado y control/agarre, de encendido y apagado…

Hablamos de un avanzado ordenador con una estimación de 50 a 80 millones de líneas de código de software. Y para resolver esta necesidad, Renault Group se ha asociado con uno de los mayores productores de microprocesadores del mundo, Qualcomm. Y juntos han creado el Snapdragon Digital Chasis.

Pensemos en un televisor: para reproducir una imagen de mayor calidad, no solo necesita un panel con mejor tecnología de iluminación; también necesita un procesador potente para ‘leer’ cada fotograma, interpretarlo y ejecutar en segundo plano una serie de algoritmos de compresión, compensación y mejora de la imagen. Lo mismo sucede con la automoción: la arquitectura actual de un vehículo ha cambiado radicalmente y esta profusión de ordenadores repartidos por distintas partes requiere de potencia.

Y para muestra... Renault Estafette Concept, un vehículo visionario basado en arquitectura SVD

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Como hemos visto arriba, de la integración paulatina del software en el automóvil hemos llegado al concepto de Software Defined Vehicle (SVD). Se traduce en que toda la arquitectura eléctrica y electrónica de un vehículo se transforma para hacerlo inteligente en su totalidad. El vehículo pasa a estar gobernado con ordenadores de alto rendimiento y nuevos terminales conectados que proporcionarán alta velocidad a todos los calculadores del vehículo.

El vehículo pasa a estar gobernado con ordenadores de alto rendimiento y nuevos terminales conectados que proporcionarán alta velocidad a todos los calculadores del vehículo

Bajo este concepto, Renault Estafette Concept es el nuevo concept car de la marca, 100% eléctrico y conectado basado en la arquitectura SVD de la plataforma FlexEVan, desarrollada por Ampere. Es un vehículo pensado para asumir los retos de la transición energética y la logística de la última milla y es, en esencia, un reflejo de cómo serán los vehículos comerciales en el futuro.

El SVD demuestra ser una "categoría" que representa el futuro de la automoción, estrechamente relacionada con conceptos como conectividad, actualizaciones dinámicas, integración con IA y Big Data. Además supone una mayor integración con la vida digital del conductor y permite la actualización constante del vehículo o la personalización de funcionalidades. Si hace pocos años el software en el coche era irrelevante, a partir de ahora lo será todo.

Imágenes | Renault

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