Resolución, contraste, refresco, rango dinámico... Cuando vamos a comprar un televisor, normalmente tenemos bastante claro lo que queremos en lo que se refiere a prestaciones y se puede resumir de forma muy sencilla: que se vea de cine. Con pelis, con la TDT o con juegos, igual da. Pero más allá del píxel, hay un pequeño universo de factores en ocasiones poco visibles —si no directamente intangibles— que ayudan a marcar la diferencia. Son los detalles los que hacen que un televisor deje de ser un aparato con un rendimiento meramente satisfactorio y los que, con el paso de los años, acaban por hacerte decir eso de: “Pues sí que fue una buena compra, sí”.
Y lo cierto es que son pocos los aparatos que dejan una impresión tan honda. En los actuales tiempos de obsolescencia y consumo rápido, muchos fabricantes se centran en satisfacer los requisitos generales del público y se olvidan de dar esos pequeños detalles que hacen que un producto sea realmente especial o incluso dure más que otros. Sin embargo, con su gama de televisores 2023, Samsung quiere marcar las distancias con ellos. ¿Cómo, exactamente?
One Connect y un único cable para dominarlos a todos
¿De qué sirve tener un televisor de marcos ínfimos y cuidado diseño si luego tienes una maraña de cables trepando hasta su montura o llenando el mueble? No es solo una cuestión de orden o limpieza: es estética y es coherencia. Si hay niños pequeños, hasta puede ser un asunto de seguridad. Y, sin embargo, nadie salvo Samsung ha tenido una idea tan genial para gestionar la organización de los cables como el sistema One Connect.
Mientras que el televisor medio tiene como mucho un par de guías para juntar los cables detrás de la tele, los modelos Neo QLED 8K, OLED y The Frame eliminan esta molestia directamente con el Slim One Connect, que fija todos los conectores de entrada y el de alimentación en una única caja móvil que puedes situar hasta a 5 metros de distancia, con la opción de añadir una extensión adicional.
Gracias al concentrador de puertos Slim One Connect, el televisor utiliza un único cable para recibir electricidad y señal de vídeo desde reproductores Blu-ray, consolas y todo tipo de dispositivos, disponiendo para ello de conectores USB, entrada óptica digital, HDMI con eARC, entrada de antena, de satélite e incluso puerto Ethernet en caso de que no te baste con el receptor WiFi integrado. Esto permite alejar todos los periféricos del televisor donde no molesten e incluso realizar instalaciones totalmente invisibles, ya sea disimulando el cable por el rodapié o pasándolo a través de la tabiquería.
¿Y si no queremos mover los conectores o preferimos tener todos nuestros aparatos en un mismo sitio? En ese caso, no hay problema. El Slim One Connect se instala por defecto sobre la parte posterior de la peana del televisor y queda perfectamente integrado en el diseño.
Diseño Infinity: televisores que realmente son todo pantalla
Otro aspecto que Samsung cuida como pocos fabricantes es la calidad. ¿Pero qué es exactamente la calidad? ¿Qué parámetros la forman? ¿Es la fidelidad del cromatismo? ¿La reducción de la latencia de entrada? ¿La presencia de una plataforma Smart TV con todas las aplicaciones que uno puede desear? En efecto, estos son algunos puntos importantes a considerar. Pero también hay otros menos perceptibles, como los que dan forma a la calidad percibida. Las sensaciones que un producto puede transmitir simplemente por ‘estar’.
El diseño, en cierto modo, forma parte de estos rasgos que ayudan a transmitir la calidad de un producto. Y es que... ¿quién no ve un teléfono móvil de marcos gigantes y asume al primer instante que es un dispositivo barato o que hace uso de tecnologías ya antiguas? Pues con los televisores sucede lo mismo. Y Samsung ha querido dotar a su modelo Neo QLED 8K más avanzado (QN900C) con un diseño rompedor, que bautiza como Diseño y Pantalla Infinity.
Más que una simple reducción de los marcos, que se tornan casi invisibles para brindar un 99 % de superficie de pantalla, el diseño y pantalla Infinity introduce una serie de detalles muy inteligentes, como un patrón perforado lateral que ayuda a disipar el calor del televisor de forma más eficiente. También aparece un diminuto conector POGO en la parte trasera para poder conectar la cámara compatible, de forma que es posible utilizar el televisor para hacer una videollamada y retirarla cuando ya no la necesitamos, evitando así el excesivo grosor que tienen la mayoría de los televisores con webcam integrada.
Este diseño minimalista y de marcos casi invisibles permite colocar el televisor en cualquier contexto sin que desentone, mezclándose con la decoración de forma transparente y facilitando instalaciones atrevidas en la propia pared aprovechando el Slim One Connect.
SolarCell Remote Control: menos contaminación y sin quebraderos de cabeza
Pero hay muchas formas de marcar la diferencia. Y no todas empiezan y acaban en nuestro hogar. La lista de intangibles presente en los televisores Samsung de la gama 2023 incluye el respeto al medio ambiente, puesto que la compañía ha decidido hacer un esfuerzo extra para garantizar su sostenibilidad. ¿Cómo? Vigilando la cadena de suministro de materiales, supervisando los procesos de reciclaje, optimizando la eficiencia energética y reduciendo su huella de CO2.
El usuario final no es consciente de ninguna de estas mejoras salvo, tal vez, las que inciden sobre el nuevo empaquetado, ecológico y fácil de reciclar. Pero hay una excepción brillante: el mando SolarCell Remote Control.
Reducido y perfeccionado para 2023, este innovador mando a distancia destaca porque no necesita pilas de ninguna clase. Fabricado con un 28 % de materiales reciclados, obtiene la energía que necesita cargando una pequeña batería interna mediante USB-C, energía solar —también sirve la propia luz de las lámparas del hogar— e incluso radiofrecuencia, capturando las ondas de radio de tu router para generar energía poco a poco, pero de forma constante. Nunca más tendrás que buscar unas pilas a mitad de película para subir el volumen.
Según Samsung, eliminar las pilas AAA de los mandos a distancia de todos sus televisores supone un ahorro de 99 millones de pilas, muchas de las cuales no suelen ser depositadas en un punto limpio. Un impacto medioambiental nada despreciable y que, en lo que afecta al consumidor, tiene además recompensa en forma de comodidad.
Imágenes | Samsung
