En los últimos años el sector de la salud estética no ha dejado de crecer. Todos buscamos vernos bien y encontrarnos a gusto con nosotros mismos. De ahí que peluquerías, establecimientos de tatuajes, salones de belleza o clínicas de cirugía estética sigan creciendo. O abriendo, como es el caso de la clínica especializada en salud capilar que hemos visitado para descubrir su tecnología.
La alopecia, comúnmente llamada _calvicie_, afecta en España al 42,6% de los varones a partir de cierta edad y a casi la mitad de las mujeres en algún momento de su vida. Aunque las causas son diferentes, la misma tecnología de injerto capilar puede ayudar a hombres y mujeres a recuperar la imagen con la que se sienten cómodos. Así usan la tecnología en la clínica Insparya.
Cuando a uno se le va cayendo el pelo
La caída de cabello es un síntoma de factores tan naturales como la edad o los cambios de hormonas y, sin embargo, la Organización Mundial de la Salud la ha clasificado como una patología debido a su elevada implicación social. La alopecia se relaciona con la pérdida de la autoestima, falta de atractivo, inseguridad e incluso aislamiento social y profesional. Puede ser grave.
Tanto es así que hay una escala de pérdida de cabello para mujeres (escala Ludwig) y otra para varones (escala Hamilton-Norwood) con el fin de estandarizar gradaciones, causas y procedimientos de recuperación capilar. Como veremos a continuación, la tecnología usada en el sector de la salud capilar no tiene nada que envidiar a otras ramas, y hay una importante inversión en I+D. Sobre esto hablamos con Javier Pedraz, director médico de Insparya, quien nos explica que hay varias vías de alta tecnología para tratar la caída del cabello.
Cuando lo que buscamos es mantener el cuero cabelludo que ya tenemos podemos optar por técnicas médicas como el PRP (Plasma Rico en Plaquetas), un componente derivado de nuestra propia sangre y, por tanto, compatible con nosotros, que facilita la generación de proteínas con las que se fabrica el pelo.
La técnica FUE lo que busca es transportar una a una cada unidad folicular desde la parte donante a la parte donde hace falta
Si lo que queremos es regenerar una zona del cuero cabelludo lo que necesitamos es realizarnos un trasplante de pelo (formalmente trasplante de unidades foliculares), y hay dos posibilidades: la técnica FUE, _Follicular Unit Extraction_, que veremos más adelante y consiste en transportar folículo a folículo de una zona de crecimiento a una zona con calva; o la técnica F.U.S.S. (Follicular Unit Strip Surgery), también llamada técnica de la tira, mediante la cual lo que se transporta es un porcentaje de piel.
FUE: así se mueven miles de folículos por operación
Para que conste, la imagen de arriba muestra dos unidades foliculares. Las personas tenemos miles de pelos en la cabeza, y la técnica FUE lo que busca es transportar una a una cada unidad folicular desde la parte donante a la parte donde hace falta. Se trata de una tarea laboriosa en la que es necesario extraer con cuidado cada una de estas unidades y preservarlas el tiempo suficiente como para injertarlas de nuevo en la cabeza.
_Grosso modo_ y con perdón de los expertos, un folículo es en esencia una unidad de fabricación de pelo que funciona añadiendo capas de proteínas en la parte externa de una cavidad. Como resultado lo que vemos es un cilindro extruido fabricado, entre otros materiales, de queratina. Cada unidad folicular puede tener uno, dos, tres o cuatro folículos (raro es ver más), y miden un milímetro o menos.
Hay que extraerlos sin dañar la unidad que se coge ni las que se encuentran alrededor, por lo que el _punch_ —pieza cilíndrica de corte que perfora las capas altas de la piel llevándose el folículo— suele medir entre 0,7 y 1,1 milímetros. Sentado entre una camilla y uno de los puestos móviles de alta tecnología llamado _Dual Extraction Device_, Pedraz nos explica que "lo que diferencia a las tres técnicas (manual, motor o robot) es la forma de coger el pelo".
Si hablamos de _punch_ de trasplantes manuales o con motor, de 0,7 a 0,8 mm, pero si usamos robots suben de 0,9 mm en adelante. La diferencia nos puede parecer pequeña, pero imaginemos lo que supone extraer de 1500 a 4000 folículos ganando en cada uno una holgura de 0,1 mm.
Así se reduce un injerto capilar a la mitad de tiempo
El lector ya habrá descubierto que mover uno a uno miles de pelos es un trabajo que lleva tiempo. Sin embargo aún no hemos contado en detalle el procedimiento completo. Cuando se extrae cada una de las unidades foliculares en quirófano, estas han de ser analizadas mediante un microscopio (arriba) para comprobar su calidad y el número de folículos.
Cada una se clasifica y se introduce en un frigorífico a una temperatura de entre 2 y 4ºC (abajo) para que el tejido vivo —que se coloca sobre un baño de suero fisiológico— se conserve el mayor tiempo posible. Después de la extracción de cerca de 4000 unidades foliculares hay que implantarlas. Estos resultados se obtienen en un único día en la clínica Insparya, frente a varios días en otras.
El principal motivo de reducción del procedimiento a la mitad se encuentra en el ya mencionado _Dual Extraction Device_, un motor de extracción doble que permite trabajar a la vez a un componente del equipo clínico diestro y uno zurdo. Trabajando cada uno desde una dirección, ambos pueden retirar unidades foliculares.
Dual Extraction Device es un motor de extracción doble que permite trabajar a la vez a un componente del equipo clínico diestro y uno zurdo
El dispositivo, al que la mayoría de nosotros llamaría "robot" pero que en argot médico se conoce como "extracción motorizada" (abajo), se convierte en una herramienta que facilita la rapidez del personal especializado. Por un lado usa _punchs_ de pequeño tamaño para recoger cada fragmento de piel sin dañarla y, por otro, no prescinde de personal clínico que puedan comprobar en tiempo real el avance y calidad de la operación.
La reducción de tiempo de la operación también mejora la calidad final del procedimiento. Folículos que esperan menos tiempo en el frigorífico serán unidades más funcionales, disminuyendo la cantidad de estas que se pierden en el proceso.
Automatización, células madre, inteligencia artificial, ¿para cuándo?
Marta Dávila, directora de marca de Insparya, nos confirma que su sede en Madrid cuenta con 18 quirófanos equipados que esperan tener ocupados pronto, todos equipados con esta tecnología propia así como con otras como una sala de esterilización, otra de descontaminación, y varias que cuentan con centrifugadoras para confeccionar el plasma rico en plaquetas visto antes.
Quizá en el futuro entremos en una sala esterilizada y un robot autónomo se encargue de todo. De momento, la investigación sobre injertos capilares sigue avanzando. Desde Insparya nos confirman que los trasplantes de pelo con técnicas seguras tienen más de tres décadas, y que con cada iteración tecnológica se mejora un aspecto: un poco más rápido, un poco más seguro, un poco más de calidad en el acabado, etc.
Como ejemplo, existen dispositivos como Dual Extraction Device que conservan la calidad de extracción, multiplicando por dos la velocidad, a la vez que permiten a dos médicos extraer unidades foliculares en paralelo.
En el futuro, la I+D mejorará estos procesos. Una de las tecnologías que probablemente se usen en el futuro será la utilización de células madre, con las que ya hay dos líneas de investigación.
- Una opción será la de coger un folículo y replicarlo, por ejemplo, mil veces, eliminando del proceso actual de injerto el tener que extraer miles de pelos de algún lugar. Al fin y al cabo, la zona donante es finita.
- Otra opción será la de coger un folículo, aislar las células madre y quedarse con un conglomerado que luego poder inyectar como en el caso del PRP a la espera de que desarrolle folículos propios.
La clínica Insparya investiga junto al laboratorio i3S y la Universidad de Oporto y recientemente han descubierto cómo conservar mejor los folículos desde que se extraen hasta que se implantan. Como decíamos arriba, mejoras puntuales que, globalmente, mejoran notablemente la calidad del proceso gracias a la tecnología.
Imágenes | Insparya, iStock/robertprzybysz, iStock ruigsantos
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