Puede parecer algo prehistórico, pero hubo un tiempo en que cambiar de televisor a otro más grande solía implicar un aumento importante en la calidad de imagen. Eran los años de las teles CRT, cuando las marcas volcaban todas sus innovaciones en modelos de gran tamaño que solían atesorar el pitch más fino, el mayor número de entradas de vídeo y el mejor sonido. Pero algo se rompió con la irrupción de la tecnología LCD.
Cambiar a una Smart TV de nueva generación supone más brillo para imponerse a la luz ambiental, mejores ángulos de visión, colores más amplios y precisos, una fluidez extraordinaria para videojuegos, acceso a innumerables apps y servicios de streaming...
De repente, y durante más de una década, todos los televisores pasaron a ser más o menos parecidos y, más allá del precio, no importaba demasiado el tamaño en pulgadas. Se fueron mejorando los ángulos de visionado y aspectos como la iluminación.
Aquellos consumidores que renovaron su tele durante ese periodo de transformación pueden creer que las cosas siguen igual. Pero no es así, como bien demuestra la nueva gama de TCL.
A día de hoy, media todo un abismo tecnológico entre los televisores LCD de hace apenas diez años y modelos como los de la gama C805, que, a pesar de su ajustado precio, exhibe prestaciones que pueden llegar a deslumbrar a todos esos usuarios que siguen dando vueltas a si renuevan o no su televisor para ver qué hay de cierto en todo ese hype sobre quantum dots y Smart TV. Unas características que bien merecen ser exploradas en mayor profundidad para comprender el salto entre lo viejo y lo nuevo.
QLED con Mini-LED: el mejor color, el contraste más profundo y toda la durabilidad del LCD
Sin duda, si vienes de un televisor LCD de hace 10 o incluso 15 años, la mayor y más inmediata diferencia que notarás será la calidad de imagen. Y no es una cuestión necesariamente ligada al número de píxeles en pantalla, por más que este sea un factor crítico a la hora de hablar de streaming o contenidos nativos 4K. La clave reside en la enorme evolución que han experimentado los sistemas de iluminación y los propios paneles.
Hace muchos años, lo normal, incluso en televisores de cierta categoría, era que la pantalla LCD cobrara brillo gracias al uso de lámparas periféricas CFL (fluorescentes fríos de escaso tamaño, como los utilizados antiguamente para tunear PC) o perfiles LCD. El gran problema de esta tecnología era que no se trataba de una retroiluminación real: la luz procedía de los márgenes de la pantalla, y al ver la tele a oscuras, podías ver cómo emanaba, con zonas de brillo poco naturales y negros deslavazados.
La familia TCL C805 incluye tecnología QLED, integrando un filtro de partículas cuánticas que cambian de color para proporcionar hasta un millón de tonalidades y 96 % del espacio DCI-P3
Comparemos esta situación con el sistema de iluminación de los televisores TCL C805, compuesto por cientos y cientos de diminutos puntos de iluminación LCD dispersos por toda la pantalla. Gracias a su gestión independiente, la iluminación resulta mucho más homogénea, pudiendo incluso apagar diodos de forma selectiva para crear zonas más oscuras dentro cada imagen, o elevar su brillo de forma sincronizada para proporcionar destellos de hasta 1.600 nits... muchísimos más que los 300 o 600 nits de antaño.
Y si hablamos del cromatismo... no hay color. O sí lo hay. Preciso como nunca. A diferencia de las pantallas LCD antiguas, de colores apagados y poco precisos, TCL utiliza en su gama C805 la tecnología QLED, integrando un filtro de partículas cuánticas (que deben su nombre a su capacidad para modificar sus propiedades en función de ciertos estímulos energéticos) que cambian de color para proporcionar un abanico más amplio del que sería posible con una pantalla LCD convencional. En total, hablamos de un millón de tonalidades y hasta el 96 % del espacio DCI-P3.
Optimización para juegos: refresco dinámico a 144 Hz y latencia microscópica para un control absoluto
Los nuevos televisores brindan una latencia minúscula para que las acciones de los jugadores se realicen con la máxima precisión, mientras que la frecuencia de refresco variable (VRR) a 144 Hz garantiza el fin del tearing y stuttering en los juegos
Pero cuidado, porque si el salto en calidad de imagen de un televisor antiguo a otro moderno es grande, lo que implica para el gaming es inmenso. Y va más allá del color o el brillo.
Como recordarán los viejos del lugar, las consolas de séptima generación sirvieron para popularizar los televisores de pantalla plana gracias a la adopción del formato 16:9 de forma generalizada y la conexión por HDMI. Sin embargo, una cosa es que estas consolas estuvieran listas para los nuevos televisores y otra que dichos televisores estuvieran preparadas para las nuevas consolas.
Juegos en primera persona ya con un poco de lag natural como ‘Resistance: Fall of Man’ se tornaban a ratos injugables debido a una latencia extraordinaria, fruto de unos paneles que sobreprocesaban la imagen. Dicho de otra forma, desde que pulsabas un botón y hasta que la acción se realizaba, daba la impresión de que pasaban décimas de segundo. La sensación de desconexión en FPS y juegos de lucha era importante... pero ya no tiene por qué serlo.
Todos los nuevos televisores de TCL brindan una latencia minúscula para que tus acciones se realicen con la máxima precisión, mientras que la frecuencia de refresco variable (VRR) a 144 Hz garantiza el fin del tearing y el stuttering en todos los juegos de nueva generación gracias al aprovechamiento de la interfaz HDMI 2.1, que ajusta la velocidad de la pantalla a los FPS del juego.
¿Que eres jugador de PC? Entonces prepárate para un auténtico festín visual, porque gracias a la tecnología Game Accelerator 240, es posible conectar tu ordenador a la tele y disfrutar de hasta 240 Hz de refresco variable en resolución Full HD. Una velocidad de vértigo para disfrutar de tus títulos favoritos con la máxima fluidez, pero en toda una pantalla de hasta 98 pulgadas en el caso del televisor TCL 98C805 en lugar del clásico monitor de 24 pulgadas. Es otra historia.
Las videollamadas, directamente desde el salón: Android TV con Google Meet en la tele
Android TV, la mayor plataforma de Smart TV del mundo, no solo dispone del mayor repertorio de aplicaciones posible, sino que además es capaz de ejecutar la mayoría de las disponibles para móviles y tabletas
Por último, podemos hablar del papel central que juegan las aplicaciones. Cualquier televisor con aproximadamente diez años de antigüedad carece de aplicaciones de streaming o acceso a servicios de Internet si no es con ayuda de dispositivos externos. Por su parte, aquellos que resultaban avanzados para su época han caído en la más total obsolescencia, fruto de utilizar plataformas propietarias que poco a poco han ido perdiendo el soporte de aplicaciones. El resultado es que los televisores LCD que iban a cambiarlo todo se parecen mucho a la vieja caja tonta. Pero mucho más delgada.
Por supuesto, un Smart TV de nueva generación lo cambia todo. A diferencia de otros fabricantes, que siguen enrocados en software propietario que más pronto que tarde termina quedando desactualizado, TCL sigue apostando con su gama C805 por Android TV, la mayor plataforma de Smart TV del mundo. No solo dispone del mayor repertorio de aplicaciones posible, sino que además es capaz de ejecutar la mayoría de las disponibles para teléfonos móviles y tabletas, desde apps de productividad a juegos. De hecho, hasta soporta videoconferencias.
Has leído bien. Tomando nota del auge del teletrabajo y las videoconferencias, TCL ha integrado en su C805 la opción de establecer llamadas de vídeo a través de Google Meet utilizando una cámara externa opcional. Ya no tendrás que recluirte en el cuarto del ordenador o aguantar el teléfono móvil en la mano durante las llamadas con la familia: simplemente lanza la sesión de Meet desde la tele y conéctate desde el confort de tu sofá. Así de fácil. Así de cómodo.
No es una mejora: es un antes y un después
Cambiar de un viejo televisor, "tonto" o Smart TV, a uno de nueva generación, es mucho más que un salto en resolución: supone una mejora cualitativa en todos los aspectos técnicos. Más brillo para imponerse a la luz ambiental, mejores ángulos de visión, colores más amplios y precisos, una fluidez extraordinaria para videojuegos, acceso a innumerables apps y servicios de streaming... Posiblemente es uno de los cambios más grandes que podemos dar a nuestro salón si somos aficionados al ocio digital.
Pero lo más notable es que dichas mejoras no solo se reservan para los modelos más caros y exclusivos. TCL los acerca a todos los usuarios a través de un catálogo sumamente flexible, y es que la familia C805 brinda todos estos avances desde las 50 y hasta las 98 pulgadas, dando así una capacidad de elección que no está reñida con disfrutar de la última tecnología. Un cambio que te hará mirar dos veces para creer lo que tienes delante de tus ojos.
Imágenes | TCL
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