En los años 80 se acuñó en nuestro país el término “Made in Spain” frente al proceso globalizador que vivía el mercado y la cada vez mayor presencia de productos asiáticos. No era solo una simple denominación de origen, sino también una garantía de calidad de la fabricación española y, sobre todo, una llamada a la acción al consumidor para que apostase por la producción nacional. Lo tenemos claro en sectores como el agroalimentario, donde se han arraigado conceptos como el de la “dieta mediterránea” o los “alimentos de proximidad”.
Quizás no lo tengamos tan claro en otro sector clave de nuestra economía como el de la automoción (sobre el 8% del PIB total). España es el octavo productor mundial, pero solo 3 de los 10 coches más vendidos en nuestro país son de fabricación nacional. La industria automotriz es un pilar fundamental de nuestra economía, y debería ser también una fuente de orgullo nacional. Cuando hablamos de "Made in Spain", estamos hablando de calidad, innovación y un legado industrial que se remonta a décadas.
3 de los 10 coches más vendidos en nuestro país son de fabricación nacional. La industria automotriz es un pilar fundamental de nuestra economía
Es cierto que la decisión de comprar un coche es una inversión importante, y muchos factores influyen en esta elección. El precio sin duda es uno de ellos, pero otros como el origen del vehículo también debería tener un peso específico, e incluso decisivo en igualdad de condiciones, por las numerosas ventajas que nos atañe. Pero, ¿hasta qué punto somos conscientes, por ejemplo, de la importancia de que un vehículo como Renault Symbioz E-Tech full hybrid se fabrique en España?
El sector automoción como generador de riqueza y empleo
Suena a perogrullo decir que eligiendo un coche fabricado en España, estamos contribuyendo directamente a la generación de empleo y al crecimiento económico de nuestro país. Pero, ¿hasta qué punto somos conscientes de ello? Según el último informe de ANFAC, los fabricantes de automóviles y componentes generan el 9% del empleo en España. Por poner un ejemplo, se estima que solo Renault cuenta con entre 10.000 y 15.000 empleados entre sus fábricas, concesionarios y otros centros de trabajo, con más de 1.000 puestos nuevos en los últimos años, según el propio CEO de la compañía, Luca de Melo.
España es el 8º productor mundial en automoción, y el 2º a nivel europeo. El peso específico en nuestra economía es clave, suponiendo el 8,2% del PIB total
Cuando hablamos de la economía española, cuesta ver a nuestro país, líder en turismo y alimentación, como una potencia industrial de primer nivel. Pero lo cierto es que en un sector absolutamente clave para la economía mundial como el automotriz (donde vemos tantas disputas geopolíticas entre China y EEUU), España es el 8º productor mundial, y el 2º a nivel europeo. El peso específico en nuestra economía es clave, suponiendo además el 8,2% del PIB total, y podría superar el 10% si tenemos en cuenta la contribución de la automoción a sectores relacionados como la siderurgia, tecnología, logística o los servicios financieros.
Más allá de las cifras, existen innumerables factores que validan el “Made in Spain” automotriz. Los fabricantes que producen en España tienen un conocimiento más profundo del mercado local, y cuentan con la capacidad de adaptar sus productos a las necesidades y preferencias de los consumidores españoles, así como una gran “elasticidad” frente a los cambios bruscos de demanda que cada vez son más frecuentes en la industria y más determinantes en la salud del mercado.
Renault, compromiso con la industria automotriz “Made in Spain”
La industria automovilística española cumple con los más altos estándares de calidad y seguridad exigidos, lo que los convierte en una opción atractiva para muchos compradores. Solo hay que ver los principales destinos de nuestras exportaciones (Alemania, Francia, Reino Unido, EE. UU…), lo que habla también muy a favor de nuestros profesionales. Las fábricas españolas son tecnológicamente avanzadas y constantemente actualizadas, también en los rigurosos procesos de producción que garantizan estos estándares de los vehículos.
Renault en España es un buen ejemplo de ello, con sus cuatro factorías de montaje y de carrocerías repartidas entre Valladolid, Palencia y Sevilla. Todas ellas están siendo actualizadas con nuevos procesos productivos, como la soldadura láser o la instalación automatizada de lunas, y se están mejorando acorde al Plan Climático 360º de Renault Group. En base a este programa, que persigue la neutralidad de carbono para su factorías en 2034, ya han conseguido reducir considerablemente (hasta en un 40% en el caso de Valladolid) el consumo de agua y energía.
Para entender la importancia estratégica de estas plantas españolas, hay que saber que fabrican en exclusiva mundial los llamados “Made in Spain” por la propia Renault. Más en concreto, Valladolid se considera el polo de hibridación mundial de la marca, y se fabrican allí todos los nuevos modelos híbridos, desde el potente SUV coupé Renault Rafale E-Tech full hybrid, hasta el último SUV familiar Renault Symbioz E-Tech. También fabrican para otros modelos el motor híbrido Renault E-Tech, los térmicos H4BT, H5F y K9, así como celdas de baterías para vehículos híbridos y diversas cajas reductoras y de cambio.
Especialmente reseñable es el papel de la Refactory de Renault en Sevilla, que permite al fabricante desarrollar actividades de economía circular, y por el que recibió el premio a Mejor Proyecto Sostenible por la Cámara de Comercio Franco Española y el reciente Premio BASF a la Mejor Práctica Circular en Grandes Empresas. Renault España también cuenta con un innovador centro de I+D+i en Valladolid, con más de 500 ingenieros y técnicos investigadores, y que han sido formados y capacitados en tecnologías y sistemas fundamentales para la movilidad del futuro. La inversión que estos fabricantes realizan en investigación y desarrollo en centros españoles, no hace más que enriquecer y aumentar la competitividad de la fuerza laboral del país.
Renault Symbioz, una oportunidad de privilegio para España
La industria automovilística española está experimentando una transformación profunda hacia la movilidad sostenible. Si bien los expertos alertan de que España podría quedarse rezagada en la carrera por el coche eléctrico y perder su privilegiada posición como productor en el futuro, lo cierto es que el “Made in Spain” de Renault está acogiendo la producción de prácticamente todos sus modelos híbridos y promete que este sea solo el comienzo.
Precisamente, uno de los campos donde más se trabaja en este centro de I+D+i de Valladolid, es el de la hibridación eléctrica. Y no es casual que los modelos que se fabrican en España conformen el grueso de la gama híbrida de Renault y, por tanto, de su estrategia hacia una movilidad más sostenible. El último en llegar ha sido el sorprendente Renault Symbioz E-Tech full hybrid, que busca seguir la estela del exitoso Renault Captur pero adentrándose en el ultra-competido segmento C-SUV.
Como punto diferencial, este SUV destaca por su habitabilidad, resolviendo las necesidades que normalmente tienen las familias en movilidad. Recurre para ello a conceptos muy innovadores, como la banqueta trasera deslizante de 16 cm que permite bien aumentar el espacio para las piernas, o bien a la inversa, si no llevamos pasajeros o son niños en sillita de seguridad, podemos aumentar la capacidad del maletero de 492 hasta los 624 litros. Este SUV además cuenta con el novedoso techo de cristal solarby®, cuyo nivel de opacidad podremos controlar mediante la voz o manualmente en función de la luz que necesitemos en el habitáculo.
La conectividad también es un punto a favor que lo convierte en un buen candidato para la familia. La plataforma de infoentretenimiento openR link con Google integrado, y la posibilidad de instalar más de 50 aplicaciones hace que nos podamos olvidar del móvil y solo tengamos que disfrutar del trayecto.
Renault Symbioz E-Tech full hybrid también supone la consolidación de una nueva generación de vehículos híbridos, más cercanos que nunca al coche eléctrico sin perder la versatilidad de las mecánicas no enchufables. Este modelo es capaz de funcionar un 80% del tiempo en ciudad en modo totalmente eléctrico, pero también cubrir hasta 1.000 kilómetros con un solo depósito de 48 litros. La elección de España para producir este modelo demuestra la confianza de Renault en la capacidad de nuestras plantas para fabricar vehículos de alta tecnología y calidad, lo que puede atraer nuevas inversiones y consolidar a nuestro país como un hub de la movilidad sostenible en Europa.
Renault Symbioz E-Tech full hybrid supone la consolidación de una nueva generación de vehículos híbridos, más cercanos al coche eléctrico sin perder la versatilidad de las mecánicas no enchufables
La categoría de vehículos híbridos, no es solo la que más cuota de mercado está ganando actualmente en España (cerca del 30% actualmente entre convencionales y enchufables), sino que supone un importante eslabón en el camino hacia el coche eléctrico. Y eso ya de por sí le da a la industria española una posición ventajosa muy importante a la hora de adoptar los procesos y tecnologías que requiere la fabricación de los coches eléctricos. Precisamente las plantas de Renault en Valladolid y Palencia están recibiendo importantes ayudas para prepararse tanto para la producción de futuros coches eléctricos como para ensamblar celdas de baterías para ellos.
Que la industria “Made in Spain” sea fuerte también en el coche eléctrico, y que los compradores españoles lo naturalicemos como un producto de calidad que contribuye a nuestra economía local y medioambiente, será sin duda un impulso fundamental para la movilidad eléctrica en nuestro país.
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