Cuando Apple lanzó hace unos días sus MacBook Pro con los nuevos chips M3, M3 Pro y M3 Max, lo hizo con varias sorpresas desagradables. La mayor de todas, la del coste de las ampliaciones de capacidad: una unidad de 2 TB cuesta en cualquier lado 100 euros, pero en esos equipos el coste de la ampliación es de 690 euros.
Sin embargo, para otros usuarios la queja viene por la parte de la memoria unificada que Apple ofrece de partida en esos equipos: estamos hablando de los MacBook Pro con esa teórica orientación a profesionales, pero aún así estos equipos, el más barato de los cuales cuesta 2.029 euros, viene configurado con 8 GB de memoria unificada.
Ampliar a 16 GB cuesta 230 euros, y es posible llegar a los 24 GB si pagamos los 460 euros de esa ampliación. Dado que la memoria unificada forma parte del SoC de Apple, no es posible ampliar la RAM en estos equipos a posteriori: una vez los compras, la memoria que tienes es la que tendrás. Para siempre.
El principal problema, de hecho, no es que estos equipos incluyan 8 GB de memoria. Quien suscribe esto usa a diario un Mac mini M1 con 8 GB de memoria unificada.
No tengo queja en absoluto: tanto macOS como las aplicaciones se mueven con alegría, y mis sesiones de Firefox, que suelen llenarse de pestañas, no se ven especialmente perjudicadas por esa cantidad de memoria, que a priori podría parecer algo justita en 2023.
Incluso edito con cierta frecuencia vídeos en 1080p y 4K en DaVinci Resolve, y sigo sorprendiéndome por el margen de maniobra que ofrecen los chips de Apple. ¿Más memoria ayudaría a que todo fuese algo más fluido? Probablemente, sobre todo en temas como el de abrir múltiples pestañas en cualquier navegador. Aquí cada usuario tiene sus preferencias y sus propias experiencias, tanto para lo bueno como para lo malo, pero en mi opinión (y aquí, insisto, seguramente haya otras experiencias, mis propios compañeros en Xataka son la demostración) el Mac mini M1 de 8 GB, que me costó unos 700 euros, es una máquina excelente para trabajar.
El problema real, como decía, no es ese. El problema es que Apple está vendiéndonos un equipo de 2.029 euros con 8 GB de memoria unificada. Hacerlo en un Mac de menos de 1.000 euros casi hasta se puede perdonar —yo puedo porque mi experiencia es buena—, pero ¿en un equipo "Pro" que cuesta como poco el doble? Esa es la verdadera afrenta para muchos.
Apple no suele pronunciarse en este ámbito, pero uno de sus directivos, Bob Borchers, defendía precisamente esa decisión de incluir 8 GB de memoria unificada en los MacBook Pro. Lo hacía, como indican en MacRumors, en una entrevista con el youtuber Lin Yilyi, que comentaba que esa decisión era "una gran preocupación" para los potenciales compradores de estos equipos, algo que Borchers comentaba con esta declaración:
En realidad, comparar nuestra memoria con la de otros sistemas no es equivalente, porque hacemos un uso muy eficiente de la memoria, utilizamos compresión de memoria y tenemos una arquitectura de memoria unificada.
En realidad, los 8 GB de un MacBook Pro M3 son probablemente análogos a 16 GB en otros sistemas. Lo que ocurre es que podemos utilizarlos de forma mucho más eficiente. Así que lo que yo diría es que la gente venga y pruebe lo que quiere hacer en sus sistemas, y creo que verán un rendimiento increíble. Si nos fijamos en los datos en bruto y las capacidades de estos sistemas, es realmente fenomenal. Y aquí es donde creo que la gente tiene que ver más allá de las especificaciones, y realmente ir y mirar más allá de las capacidades, y escuchar a la gente de confianza como usted que realmente han utilizado los sistemas.
La gente tiene que ver más allá de las especificaciones y entender realmente cómo se utiliza esa tecnología. Esa es la verdadera prueba.
El argumento se puede debatir, pero mi sensación tras años de utilizar diversos equipos es que la afirmación de Borchers, que podría parecer débil, es (al menos según mi experiencia) razonable.
Sigo usando mi viejo Dell XPS 13 (9343) de 2015 con 8GB de RAM y tengo un PC para jugar con un viejo Core i5-8400, 16 GB de RAM y una RTX 2080 SUPER. El Dell lo pasa mal con el flujo de trabajo que realizo a día de hoy, sobre todo cuando las pestañas empiezan a inundar mis sesiones de Firefox, mientras que el PC está mucho más suelto en ese apartado, pero debo decir que la sensación que me da es que el Mac mini M1 no va peor (ni mejor) que mi PC con 16 GB de RAM, al menos para esas sesiones de navegación.
Hay además análisis técnicos que defienden la teoría de Borchers. Desde que aparecieran los primeros M1, su arquitectura de memoria unificada se ha elogiado en términos de eficiencia y ancho de banda, y aunque tener más memoria siempre ayuda, esos 8 GB de memoria unificada pueden ser considerase suficientes para la mayoría de los usuarios actuales.
Pero es que probablemente quienes compran un MacBook Pro pertenecen a un nicho de usuarios más ambiciosos y exigentes. Ellos están dispuestos a invertir más en estos equipos para hacer más y hacerlo mejor (y más rápido), así que, ¿por qué incluir esos 8 GB en equipos de 2.029 (y 2.259 euros si quieres 10 núcleos de GPU)?
En el canal de YouTube Max Tech comparaban el rendimiento de un MacBook Pro con 8 GB de memoria unificada con uno configurado con 16 GB de RAM y se apreciaban escenarios en los que los 8 GB se quedaban algo cortos. Eso valida que efectivamente para según qué tareas el modelo de 2.029 euros, a pesar de su precio, no parece un equipo "Pro". Pero irónicamente, en el mismo canal publicaban hace un año un vídeo en el que afirmaban que la memoria unificada de Apple "humilla a la RAM DDR4 de Windows 11".
En mi opinión el MacBook Pro M3 no tiene un problema de memoria.
Tiene un problema de precio.
Imagen | Daniel Korpai
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