España se prepara para tener su propio ordenador cuántico a finales de 2022. Es el calendario previsto por la iniciativa Quantum Spain, un nuevo proyecto del Gobierno donde se destinarán hasta 60 millones de euros en tres años para el desarrollo del primer ecosistema de computación cuántica del sur de Europa.
El Consejo de Ministros ha aprobado una aportación de 22 millones de euros que se aplicarán este mismo año. El objetivo es, según explica Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e IA, la creación de un "proyecto colaborativo en el que intervienen 25 centros de investigación repartidos en 14 comunidades". Entre ellas encontramos el CSIC, el DIPC, el ICFO, múltiples universidades españolas y el Centro Nacional de Supercomputación, que será el responsable de coordinar este proyecto.
Para finales de 2024, España quiere tener su ordenador cuántico conectado a la nube
José Ignacio Latorre, director del Centre for Quantum Technologies de Singapur, es el catedrático español elegido como 'alma mater' de este ecosistema nacional. El experto se enorgullece de la apuesta por la computación cuántica y explica que actualmente el mundo se encuentra inmerso en una "carrera cuántica".
Sobre Quantum Spain, apunta que "no se trata de una acción puntual" y que "es un proyecto realista que se va a hacer". Latorre expone que "hay muchos países pugnando pero muchos están lejos. Este es un proyecto realista aunque todavía nos falta mucha electrónica rápida, salas blancas con litografía de alta calidad y criogenia, entre otras tecnologías".
De los 22 millones para este 2021, 10 millones estarán destinados a la fabricación del primer laboratorio cuántico y los chipsets, 7 millones de euros irán a parar al software y el desarrollo de algoritmos cuánticos y 5 millones para la creación de una plataforma en la nube basada en el ordenador cuántico y a la que los distintos desarrolladores podrán acceder para no tener que acercarse físicamente al ordenador. De este presupuesto, 14,5 se asignarán de manera directa y 7,5 millones se repartirán a través de subcontrataciones.
Con Quantum Spain se desarrollará un computador cuántico que se utilizará para el desarrollo de inteligencia artificial, además de producir algoritmos cuánticos "útiles", aplicables a problemas de química cuántica, finanzas, optimización de procesos de la cadena productiva o criptografía, explican los responsables.
Sobre la ubicación de este ordenador cuántico, la secretaría de Estado explica que se conocerá posteriormente a su publicación en el BOE, aunque la elección del Barcelona Supercomputing Center, al ser los coordinadores del proyecto, parece la que tiene más números. A principios de octubre, el BSC inauguró un nuevo centro de 12.000 metros cuadrados para la ubicación del futuro supercomputador MareNostrum 5. Habrá que esperar para conocer si la ubicación de los futuros ordenadores cuánticos se hace también allí.
El ecosistema de computación cuántica desarrollará librerías de algoritmos cuánticos, estudiará sobre criptografía cuántica y, una vez se construyan los primeros ordenadores cuánticos, creará un servicio remoto en la nube. Para el cuarto trimestre de 2022 se espera tener listo el laboratorio cuántico con los primeros ordenadores de 1 y 2 cúbits, apuntan.
Para finales de 2024 se espera producir ordenadores cuánticos de 5 qbits. También para esta fecha se calcula que estará lista la plataforma de acceso remoto a los chips cuánticos. Para finales de 2025, se espera la producción de ordenadores con 20 cúbits operativos.
Sin embargo, Latorre pone contexto a estos números. Por un lado apuntando que el resultado final podría exceder estas previsiones y por otro lado que hay "un tremendo efecto de marketing con el número de cúbits. Lo que hay detrás en realidad es cómo de útiles y buenos son esos cúbits".
"Hace falta extender la base de la computación cuántica más allá de los físicos. Hay que enseñarla a ingenieros, matemáticos, de ciencias de la computación e incluso finanzas y economía", explica Latorre. Además de la aportación del gobierno, totalmente proveniente de los fondos europeos, el ecosistema de computación cuántica espera recibir otras aportaciones privadas, como es el caso de la realizada por IBM junto al CSIC.
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