Esta supercomputadora de IBM era la más potente del mundo en 2004. Hoy cualquier RTX 4090 es más potente

En 2004 IBM era dueña y señora del mundo de la supercomputación. Su espectacular BlueGene/L dominaba la lista TOP.500.org en la que se evalúa la potencia de estas máquinas.

Aquel monstruo contaba con 32.768 procesadores PowerPC 440 a 700 MHz y 16 TB de memoria. 20 años después una sola NVIDIA GeForce RTX 4090 es más potente que esa supercomputadora.

Lo es al menos en rendimiento bruto: BlueGene/L contaba en ese momento con un rendimiento de 70,72  TFLOPS, pero la propia NVIDIA dejaba claro en el lanzamiento de sus RTX 4090 que estas tarjetas gráficas contaban con una potencia de 83 TFLOPS.

Como señalaba el experto en aprendizaje profundo Tim Dettmers en un estudio, "el soporte de operaciones en coma flotante de 8 bits (FP8) es una de las grandes ventajas de las GPUs de la serie RTX 40 y las H100". Esa capacidad hace que sea posible cargar datos para multiplicación de matrices el doble de rápido, algo crucial en el ámbito de la IA.

Es más, cuatro RTX 4090 con soporte FP8 logran también rivalizar con la supercomputadora más potente de 2009. Y eso sin apretarle las tuercas a las RTX 4090: en noviembre de 2022 es precisamente lo que hicieron en Wccftech y lograron que la RTX 4090 se convirtiera en la primera tarjeta gráfica del mundo en alcanzar los 100 TFLOPS.

Esa comparación es como decimos real en esa potencia de cálculo en bruto, pero también es cierto que en esa y otras supercomputadoras se realizaban cálculos de dinámica molecular o de modelos meteorológicos que implican contar con mecanismos especiales de comunicación entre procesadores o de transferencia de datos, algo para lo que las GPUs actuales, aún siendo sobresalientes, no están tan optimizadas.

De hecho la supercomputadora de IBM contaba con una ventaja fundamental: la memoria. En el caso de la RTX 4090 contamos con 24 GB de memoria GDDR6X, mientras que la máquina de IBM contaba con 16 TB de memoria, algo que daba precisamente mucha libertad a la hora de trabajar con complejos modelos climáticos o investigación en fusión nuclear, por ejemplo. Las RTX 4090 son prodigiosas en gaming e incluso para ejecutar modelos de IA generativa

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