Las Raspberry Pi se han convertido en las últimas víctimas de la escasez de componentes. La cosa se ha relajado en el caso de consolas o tarjetas gráficas, pero conseguir una Raspberry Pi 4 a un precio razonable es casi misión imposible.
En la Raspberry Pi Foundation están muy al tanto del problema, pero tienen malas noticias para todos los interesados. A todo ello se une otra cuestión: a estas alturas ya deberíamos tener una hipotética Raspberry Pi 5 con nosotros, pero la pandemia también ha complicado ese teórico lanzamiento del que ni siquiera hablan en este organismo
La escasez continúa y no parece que tenga fácil solución
La compañía ha sido transparente con la situación: en abril Eben Upton analizaba el problema y explicaba que no solo había habido problemas con la producción, que habían conseguido ir solucionando, sino con la demanda, que "se ha incrementado drásticamente desde el comienzo de 2021".
De hecho confesó que tienen una lista de pedidos pendientes notable, y que "ahora creemos que lo correcto es priorizar a los clientes comerciales e industriales, aquellos que necesitan las Raspberry Pi para que sus negocios funcionen".
Eso hace que los usuarios finales tengan aún más difícil acceder a estos miniPCs, y eso se nota en la disponibilidad de las Raspberry Pi en tiendas: es posible encontrar algunos modelos, pero normalmente solo si las compramos en packs o en formatos como la estupenda Raspberry Pi 400.
¿Ha cambiado la situación en estos últimos meses? Eso es lo que el conocido YouTuber Jeff Geerling le preguntaba recientemente a Eben Upton, creador de estos miniPC y que también hemos entrevistado en Xataka en varias ocasiones.
La respuesta de Upton no alegrará a los interesados en comprar una Raspberry Pi 4: todo lo que contaron en abril sigue cumpliéndose. La disponibilidad es limitada y siguen dando prioridad a los clientes empresariales.
Eso sí, Upton indicó que en algunos casos es posible "atajar" y conseguir una Raspberry Pi. Lo ideal aquí, explicaba Geerling, es enviar un correo electrónico directamente a la Fundación Raspberry Pi y explicar nuestra situación para que valoren si pueden hacer una excepción.
La hipotética Raspberry Pi 5, en duda
La pandemia que trastocó los ciclos de desarrollo y producción de todo tipo de dispositivos en los últimos años no ha sido benevolente con la Raspberry Pi, y desde luego los problemas de suministro actuales se deben en buena parte a toda la crisis logística y de componentes que afectó a toda la industria.
Pero también puede que haya tenido otro impacto singular: el de la aparición de un nuevo modelo que quiza´s en otras circunstancias ya tendríamos en nuestras manos. Un rápido repaso a los plazos en anteriores lanzamientos lo justifica:
- Raspberry Pi Model B: febrero de 2012
- Raspberry Pi 2: febrero de 2015
- Raspberry Pi 3 Model B: febrero de 2016
- Raspberry Pi 3 Model B+: marzo de 2018
- Raspberry Pi 4 Model B: junio de 2019
A estos modelos se les han ido uniendo versiones diversas: las Raspberry Pi Pico, Zero o los Compute Module han permitido ofrecer prestaciones estupendas a todo tipo de escenarios, mientras que la citada Raspberry Pi 400 planteaba un formato más accesible y perfecto para el ámbito del aprendizaje. Y aeso hay que sumarle los accesorios oficiales, como las cámaras.
Pero como decimos, nunca hemos esperado tanto por una nueva gran versión de las Raspberry Pi. Ya han pasado más de tres años desde el anuncio de la Raspberry Pi 4 Model B, pero quedaba claro que la cosa estaba difícil.
De hecho Upton ya habló del tema en octubre de 2021 en una entrevista con Make. Allí indicó que "Lamentablemente, no habrá Raspberry Pi 5" para el 10º aniversario de este proyecto, que se cumplía en febrero de 2022.
Una carta a los Reyes Magos
Es difícil por tanto hablar de ese hipotético modelo y de lo que podría cambiar respecto al actual. No hay pistas claras salvo las que plantean las anteriores evoluciones de este modelo.
Así, sería normal esperar una mejora del rendimiento y un nuevo procesador, que probablemente volvería a estar fabricado por Broadcom. Es cierto que la Fundación Raspberry Pi ya ha comenzado a dar pasos para crear su propio SoC, pero siguen teniendo mucho camino por recorrer en este sentido.
Sería también interesante ver si hay cambios en el ámbito de la memoria —quizás con una variante con 16 GB de RAM— o el del almacenamiento (opción eMMC además de mantener las siempre versátiles ranuras Micro SD).
En cuestión de conectividad sería lógico esperar una mejora de la conectividad Bluetooth (quizás no tanto en el caso de la Wi-Fi), mientras que en cuestión de puertos la vuelta de un puerto HDMI de tamaño completo o al menos de soporte de resolución 4K a 60 fps sería muy bien recibida.
La lista de deseos es notable, pero aquí tenemos un problema adicional: los precios de prácticamente todos los productos que consumimos han ido subiendo de forma imparable tras la pandemia y la Guerra de Ucrania, y puede que los célebres "35 dólares" de las Raspberry Pi no puedan dar ya tanto de sí como en el pasado.
Sea como fuere, parece que tendremos que ser pacientes. Por un lado, para volver a poder comprar Raspberry Pi de forma sencilla. Y por otro, para ver una teórica Raspberry Pi 5 que siga maravillándonos como lo han hecho sus predecesoras.
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