Ayer Qualcomm presentaba sus nuevos Snapdragon 835, la nueva generación de procesadores móviles que llegan sobre todo con sorpresas en el terreno de la eficiencia pero que además también ganan enteros en potencia bruta.
El fabricante promete datos concretos: un 27% más de rendimiento y un 40% menos de consumo que los Snapdragon 820. El milagro tiene explicación: los 10 nm dan margen para muchos ámbitos, pero sobre todo abren la puerta al futuro de Windows 10 en smartphones, tablets e incluso PCs y portátiles basados en este procesador. Esto promete, señores.
Se abre la puerta a Windows 10 en ARM
Los cuatro núcleos Kryo 280 a 2,45 GHz se combinan con otros cuatro a 1,9 GHz que se combinan para ir adaptándose a distintos escenarios de uso más o menos exigents, y a ellos se añade la nueva GPU integrada, una Adreno 540 que en Qualcomm han orientado a su uso con Daydream y a contenidos de realidad virtual.
Sea esto un gimmick o no, esa GPU también ayudará, y mucho, a la hora de mover el entorno gráfico de Windows 10, que es uno de los componentes básicos para una experiencia de uso aceptable.
Hay muchos factores en cuenta, desde luego, pero parece que a Intel y a AMD les saldrá un serio competidor en ese segmento de los equipos modestos en los que aspectos como la eficiencia y no la potencia son diferenciales. Y es ahí donde procesadores ARM como el Snapdragon 835 pueden marcar la diferencia.
Una segunda oportunidad para Windows en ARM
¿Alguien recuerda Windows RT? Aquella versión del sistema operativo estaba destinado a tablets convertibles basadas en procesadores con arquitectura ARM. A priori todo prometía: la experiencia Windows era básicamente la misma en apariencia, y Microsoft incluía una versión de Office preparada para estos equipos.
El problema es que la experiencia no era la misma, ni en prestaciones ni sobre todo en un catálogo software que brillaba por las ausencias: demasiadas aplicaciones no podían ejecutarse en equipos como los Surface RT o los Surface 2, y el desastre acabó por provocar un agujero de 900 millones de dólares.
El experimento terminaba poco después: la presentación de los Surface 3 hizo que la versión "lite" de los Surface Pro adoptara procesadores x86 para abandonar los micros ARM de anteriores modelos, y con esa mejora también llegó la versión completa de Windows 8, que hacía que Windows RT dejara de tener sentido en el catálogo de Microsoft. La arquitectura ARM no tenía cabida para Microsoft... por el momento.
La emulación Win32 en ARM podría ser el penúltimo cartucho
El fracaso de Microsoft en el segmento de la movilidad es evidente: no hay nuevos terminales desde hace meses, y la presencia de Windows 10 en estos dispositivos es anecdótica. Sin apenas partners que apoyen esa estrategia —el HP Elite x3 es la única propuesta relevante de los últimos meses— a la empresa de Redmond parecían no quedarle demasiados cartuchos que quemar.
Y cuando menos nos lo esperábamos, boom. Microsoft confirmó el soporte de Windows 10 y aplicaciones x86 (Win32) sobre ARM de la mano de Qualcomm, algo que suponía el respaldo de rumores que habían aparecido horas antes y que mostrabaj cómo un dispositivo de prueba basado en un Snapdragon 835 podía ejecutar Windows 10 y sus aplicaciones gracias a la emulación.
Ese soporte llegará teóricamente en marzo de 2017 a portátiles basados en este tipo de procesador, y aunque Qualcomm no hizo ni una mención a esta característica en la presentación de sus Snapdragon 835, la demostración que vimos en el evento WinHEC lo dejó claro.
Qualcomm y Microsoft anunciaron en diciembre que están colaborando para llevar el Snapdragon a "PCs celulares" este año, lo que demuestra el interés por lanzar al mercado portátiles o tablets convertibles con conectividad móvil constante y que estarán basados en Windows 10. La inclusión de conectividad LTE, Bluetooth 5 y WiFi 802.11ac de estos chips garantiza esa conectividad constante, y esa podría ser una de las bazas ganadoras de esos equipos para trabajadores móviles.
Las ventajas también llegarán en materia de eficiencia porque entre otras cosas los portátiles que competirán con esos futuros modelos tienen menos espacio para las baterías. El reducido tamaño de los Snapdragon 835 ayuda a introducir baterías de mayor capacidad incluso en dispositivos ultradelgados, además de que características como QuickCharge 4 ayudarán a que estos productos carguen rápidamente.
Eso no impide que no haya grandes dudas e incógnitas sobre lo que realmente podremos esperar de estos dispositivos en materia de prestaciones. ¿Podrán realmente ejecutarse todas las aplicaciones "legacy" de Windows 10? ¿Será la emulación hardware suficiente como para ofrecer un rendimiento aceptable en diversos escenarios? ¿Serán los precios de estos productos competitivos?
Esas preguntas tendrán su respuesta, pero ésta no llegará hasta que no podamos ver en acción esos futuros equipos. La promesa de Windows 10 en ARM está ahí. Ahora solo quede que la historia de Windows RT no se repita.
En Xataka Android | Windows 10 se podrá ejecutar en ARM, ¿cómo afectará a Android?
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