Carlos Buenosvinos camina, de media, unos diez kilómetros al día en el trabajo. Nada inusual para profesionales que pasan su jornada laboral de un lado para otro, como carteros, barrenderos o agentes comerciales, pero él es ingeniero informático y no se mueve de la oficina. Aunque sí se mueve en la oficina: hace algo más de un año decidió instalar una cinta de andar plegable bajo su escritorio de altura regulable y desde entonces no ha parado de andar sobre ella.
La opción de colocar una cinta de andar bajo el escritorio para hacer algo de ejercicio mientras se trabaja es cada vez más popular entre los profesionales digitales, en especial entre aquellos que pueden desempeñar sus tareas laborales desde casa. Una alternativa al sedentarismo casi irremediable de quienes trabajan frente a un ordenador que se lleva escuchando desde hace años, pero que ha terminado de eclosionar con la pandemia y el teletrabajo obligatorio de sus primeros meses.
“Yo había leído algo sobre esto en internet, y como no tengo mucho tiempo y el gimnasio me aburre, pensé que era una buena opción para aprovechar y hacer deporte. Así que hace algo más de un año empecé a mirar modelos sin soporte, y cuando instalamos escritorios de altura regulable en la oficina, decidí comprarla y traerla. En mi empresa ya somos dos los que la usamos, y varias personas con las que he hablado me han dicho que van a hacerlo también próximamente”, explica Buenosvinos, que es CEO y CTO de SEAT:CODE.
Buenosvinos explica que camina unas cuatro o cinco horas al día, y que puede compaginar el uso de la cinta con casi cualquier actividad profesional frente al ordenador: escribir, leer o reunirse por videollamada. Lo único que se ha visto incapaz de hacer mientras anda es dibujar. Pablo Román, full-stack developer de Sixphere, la usa algo menos, entre una y dos horas al día, pero coincide con el CEO de SEAT:CODE en que se puede utilizar para casi todo, lo único que hay que hacer, asegura, es regular la velocidad en cada situación.
“Yo la pongo a una velocidad de 3 o 4 kilómetros por hora cuando estoy en formación, porque no requiere estar tan pegado al teclado, y si estoy escribiendo a 1,5 o 2 km/h como mucho. Creo que no hay ningún problema para usarlo en cualquier trabajo frente a un ordenador, es cuestión de acostumbrarse”, asegura.
El equipo
A la hora de configurar un espacio para trabajar a la vez que se camina hay varias opciones, desde instalar el ordenador sobre el cuadro de mandos de una cinta convencional a comprar una sin soporte y plegable y colocarla bajo una mesa alta. Aunque tanto Román como Buenosvinos recomiendan combinar una cinta plegable con un escritorio de altura regulable para tener todas las opciones disponibles.
“A mí estar las 8 horas de pie me resultaría incómodo, con el escritorio regulable puedo estar como más me apetezca en cada momento, y cuando quiero sentarme, como la cinta es plegable, la puedo recoger rápido y colocar la silla”, explica Román.
Si se opta por esta opción, hay varios modelos de cintas plegables sin soporte entre los que se puede elegir, con precios que oscilan entre los 170 y los 500 euros. Román usa la Xiaomi Kingsmith WalkingPad R1 Pro, mientras que Buenosvinos utiliza una Walkingpad A1 Pro. Ambos aseguran estar contentos con su elección, ya que se trata de aparatos que no pesan en exceso, se pueden regular fácilmente con un mando a distancia que viene incluido en la compra y ofrecen datos del desempeño diario del usuario en la cinta a través de una aplicación móvil específica que, además, también se puede usar para controlarla en lugar del mando.
WalkingPad A1 Pro Cinta de correr Pantalla LED Hasta 6 km/h 65 dB Hasta 105 kg
Los beneficios y las precauciones
Tanto Román como Buenosvinos decidieron empezar a usar una cinta para caminar mientras trabajan porque querían aprovechar su jornada laboral para hacer algo de deporte, y tras algo más de un año de uso, ambos señalan que están notando los beneficios. El CEO de SEAT:CODE explica que se nota las piernas más fuertes y siente un mayor bienestar físico y mental tras caminar, de media, unos 10 kilómetros al día, aunque no ha notado que haya perdido demasiado peso.
Román, por su parte, explica que desde que la usa ha adelgazado unos diez kilos, aunque subraya que el uso de la cinta es sólo uno de los elementos que han influido en esa pérdida de peso, ya que también está combinando su utilización con algo de deporte después del trabajo y una alimentación más saludable.
Un caso algo diferente al de estos dos profesionales es el de la estadounidense Lisa Erickson, que ha llevado el uso de la cinta de andar mientras trabaja a otro nivel. Según explicó a la cadena estadounidense KARE 11 News, la utiliza a lo largo de toda su jornada laboral, 8 horas o más, y asegura que durante 2020 caminó más de 10.000 kilómetros, lo que supone una media de 150 kilómetros a la semana y en torno a 30 kilómetros al día. Esa actividad frenética la llevó a perder más de 20 kilos el año pasado y a convertirse toda una influencer de bienestar de TikTok, donde se la conoce como The Walking Worker y acumula casi 60.000 seguidores.
El caso de Erickson es llamativo y también peligroso, porque puede hacer que cunda un mal ejemplo entre quienes quieren iniciarse en esta práctica. El ejercicio físico es beneficioso para nuestro cuerpo, pero siempre que se haga acorde a nuestra propia capacidad física. En el caso de que queramos emular a la estadounidense desde el primer momento, podemos correr el riesgo de lesionarnos de no estar físiciamente preparados para andar 30 kilómetros al día, en especial tras varias jornadas de caminata, cuando habremos acumulado fatiga, según explica la Universidad de Hardvard en este artículo.
Román coincide con este extremo. "Nunca me plantearía hacerlo las 8 horas, porque me resultaría incómodo y me canso. Yo, de hecho, empecé con poco tiempo y he ido aumentando progresivamente conforme me he ido sintiendo mejor", explica.
Así, tanto los expertos de la Universidad de Harvard que han estudiado esta práctica como las fuentes consultadas por Xataka que la llevan a cabo en su día a día recomiendan usar la cinta de caminar siempre en sintonía con la capacidad física del trabajador, para que este ejercicio reporte verdaderos beneficios y no acabe en una lesión.
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