Así es Ayayi, la influencer virtual china más realista hasta la fecha

Los influencers virtuales no son una novedad, sino más bien una tendencia al alza que hemos estado viendo en los últimos años. A veces llegando a alcanzar millones de seguidores, tienen más efectividad que muchos famosos a la hora de vendernos productos. Ayayi es una nueva influencer que se une a este mercado desde China, y apunta a ser la más realista hasta la fecha.

Creada por la empresa Ranmai Technology, se trata de la primera influencer metahmana de China. ¿Su gran ventaja respecto a otros influencers virtuales? El increíble realismo que tiene. De hecho, está más cerca de u humano real que de uno virtual en cuanto a apariencia se refiere.

Las últimas tecnologías en modelado 3D y los avances en iluminación y texturas en tres dimensiones han hecho posible esto. El juego con las luces y sombras sobre su retrato hacen que parezca una persona prácticamente real.

¿Para qué este esfuerzo en crear un avatar tan realista? Para vender. La influencer Ayayi de hecho ya ha colaborado con diferentes grandes marcas con tal de promocionar sus productos. Por otro lado, ha sido invitada a eventos virtuales donde ha hecho su apariencia y publicando fotografías del lugar. Evidentemente, todo creado en entornos virtuales.

Entornos virtuales, influencers virtuales

Con la popularización de las plataformas de Internet, y más aún ahora tras la pandemia con el ocio siendo virtual más que nunca, las industrias se han desplazado aquí también. Hemos visto conciertos virtuales dentro de Fortnite y muchos artistas optan directamente por publicar su contenido sólo en exclusiva para entornos digitales. En casos así, los influencers virtuales tienen más sentido que nunca.

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Como hemos visto, no es la primera vez que ocurre. Otros como Lil Miquelallevan presentes varios años en las redes sociales y cuentan con millones de seguidores. Seguidores que están interesados en la vida de un avatar virtual, creado y dirigido por una agencia de publicidad. La duda ahora es cuánto tardaremos en no poder diferenciar uno virtual de uno real.

Vía | DAO