Cuatro años más tarde de lo previsto, el portaaviones USS Gerald R. Ford (CVN 78) está listo para la acción. La embarcación recibió la aprobación necesaria para dar comienzo con sus operaciones iniciales el año pasado, pero, como recoge Defense One, la Marina de Estados Unidos decidió comunicarlo cautelosamente esta semana.
La decisión de mantener en secreto durante varios meses la capacidad operativa del USS Gerald R. Ford es un tanto sorprendente, principalmente por la magnitud de este proyecto. El portaaviones, el más grande jamás construido, incorpora una veintena de nuevas tecnologías y es el primero de una generación que podría reemplazar a los actuales de clase Nimitz.
Sin embargo, a la luz de la realidad, al igual que otros desarrollos de defensa de Estados Unidos, como el avión de combate Lockheed Martin F35, ha sufrido varios retrasos y sobrecostes. La embarcación militar tardó 17 años en estar lista y, según el Congreso, costó poco más de 13 mil millones de dólares, casi un 30% más de lo estimado originalmente.
USS Gerald R. Ford, camino a su primer despliegue
El USS Gerald R. Ford ahora cuenta con una capacidad operativa inicial (IOC, por sus siglas en inglés). Se trata de un status comúnmente designado a nuevos sistemas de defensa y un paso previo a la capacidad operativa total (FOC), que se espera que alcance este otoño, cuando realice su primer despliegue dentro del territorio de Estados Unidos.
Pero el status IOC es muy importante. Ahora la Marina puede utilizar y encargarse del mantenimiento del USS Gerald R. Ford. Con esta capacidad, continuarán las pruebas, capacitaciones y se realizarán los ajustes necesarios para optimizar el rendimiento de los nuevos sistemas y garantizar su seguridad para llegar al FOC.
Cabe señalar que las pruebas más arduas para el nuevo portaaviones ya han sido realizadas en 2021. Por ejemplo, el año pasado se utilizaron explosivos con municiones activas y se recopilaron datos que permitieron validar su capacidad de choque y de mantener operaciones en un entorno de combate simulado en condiciones extremas.
La mayor mejora desde los años sesenta
El USS Gerald R. Ford es la primera embarcación de una clase que ofrece mejoras significativas con respecto a la actual clase Nimitz. Entre las novedades se encuentra un un radar multifunción de matriz activa escaneada electrónicamente (AESA), nuevo equipo de detención de aviones y nuevos ascensores para armamento.
Además, se incorpora un moderno sistema de lanzamiento electromagnético, que promete despedirse de las clásicas catapultas. Esta mejora elimina la enorme área de trabajo en cubierta que requerían los antiguos sistemas de pistón de vapor y promete realizar un 25% más de lanzamientos por día que la clase Nimitz.
De acuerdo a la Armada, para lograr la certificación de cubierta de vuelo, el portaaviones realizó más de 400 lanzamientos de catapultas diurnas y nocturnas y recuperaciones de trampas, que concluyeron el pasado 29 de marzo. El sistema funcionó como esperaban, lo que permitió avanzar hacia el primer despliegue oficial del barco.
Las mejoras también llegaron al sistema de propulsión. El portaaviones incorpora un nuevo reactor nuclear Bechtel A1B, que tiene mayor capacidad de energía, es más pequeño, fácil de operar y requiere menos personal que el reactor A4W de los Nimitz.
Si bien los portaaviones de Estados Unidos han recibido múltiples mejoras con el paso de los años, el USS Gerald R. Ford es la primera embarcación en implementar avances sustanciales desde la década de los sesenta. El CVN 78, el primero de un total de diez planificados, reemplaza al USS Enterprise (CVN 65), que entró en servicio en 1961 y fue dado de baja en 2017.
Imágenes | Armada de Estados Unidos
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