Estamos habituados a los horarios ininterrumpidos de 9 a 5 o, lo que es peor, a los de jornada partida en los que se ocupa buena parte de la mañana y de la tarde. Una de las explicaciones más habituales tiene puntos comunes con el cambio de hora: aprovechar mejor la luz natural durante la mañana.
Sin embargo, muchas personas no consiguen sincronizar su pico de productividad natural con estos horarios, por lo que no serán capaces de exprimir al máximo su potencial. Solo algunos empleados con jornada 100% remota y con capacidad para trabajar de forma asíncrona, pueden poner en práctica el ‘cronotrabajo’ y cumplir lo que muchos otros solo podemos soñar: sincronizar el horario laboral, con sus cronotipos personales.
El cronotrabajo. El concepto de cronotrabajo fue acuñado por la periodista Ellen C Scott, creadora del blog Working on purposey copresentadora del podcast Eat, Sleep, Work, Repeat. Lo que propone esta tendencia es adaptar la jornada laboral a tu ritmo circadiano natural. Si te cuesta levantarte por las mañanas es antinatural ponerte a trabajar a las 8 de la mañana porque ni tu cerebro ni tu cuerpo está en su mejor momento.
"Espero que 2024 sea el año en que empecemos a cuestionar la rigidez del tradicional horario de 9 a 5 y, en su lugar, consideremos trabajar de una manera que se alinee con nuestros relojes biológicos ", explica Scott.
Madrugador o noctámbulo. La humanidad se divide en tres tipos de personas: los madrugadores y los intermedios y los noctámbulos. Es algo que no podemos evitar, lo llevamos en el ADN. Un estudio elaborado por 23andMe desveló que existían hasta 15 variantes genéticas que influían en el hecho de ser una persona que rinde más por la mañana o que encuentra su mejor momento de concentración y productividad por la tarde e incluso de madrugada. ¿Imaginas el desastre que supone tener un horario de 9 a 5 que tu momento de mayor concentración sea a las 7 de la tarde?
Ese rasgo genético es inherente a los seres humanos, y se puede ver de forma muy gráfica en este gráfico sobre los hábitos creativos y de productividad de los grandes genios de la historia elaborado por VisualCapitalist. Figuras como Charles Dickens o John Milton concentraban sus horas de mayor rendimiento creativo durante las mañanas, mientras que Frank Kafka, Picasso o Gustave Flauvert conseguían mejores resultados por la tarde e incluso de madrugada. Voltaire o Mozart son el ejemplo perfecto de cronotipo intermedio, con picos de concentración y creatividad repartidos durante toda la jornada.
No soy yo, es mi cronotipo. Según un estudio de la Universidad de Nevada, conocer en qué cronotipo encajas mejor y cuáles son las horas en las que menos te cuesta concentrarte te permitirá sincronizar tu horario de trabajo con tu reloj interno para mejorar la productividad de tu jornada laboral.
En base a esas observaciones, podrás planificar mejor tu jornada y saber a qué hora deberías afrontar las tareas más exigentes y para cuándo programar las más sencillas. El concepto parece bastante lógico, pero descubrir a qué hora estás en tu mejor momento no lo será tanto ya que habitualmente vivimos condicionados por factores externos como horarios de trabajo, obligaciones familiares, etc. Paradójicamente, tal vez necesites unas vacaciones para liberar las ataduras de tus ciclos circadianos y aprender cómo debes organizar tu trabajo.
Trabajo asíncrono: organiza tu jornada a tu medida. Una de las ventajas que ha traído el trabajo remoto es la flexibilidad y la posibilidad de realizar la jornada laboral asíncrona sin depender de los horarios de otros compañeros o clientes. Si ese es tu caso, o eres freelance, estás de enhorabuena porque ya has dado el primer paso en el ‘cronotrabajo’ y podrás marcarte una agenda que aproveche mejor tus horas de máximo potencial.
Si eres una “alondra” y tu mejor momento es por la mañana, concentra en ese periodo las actividades que necesiten mayor esfuerzo y concentración. Programa tus actividades físicas a primera hora de la mañana para activar todavía más tu capacidad de concentración y bienestar mediante la segregación de endorfinas y otras hormonas.
Si, por el contrario, eres “búho”, entonces mejor desplazar esas actividades a última hora de la mañana y aprovecha la tarde para concentrarte en tus tareas. La parte más complicada se la llevan las personas con un cronotipo intermedio, ya que el horario quedará más disperso y se tenderán a intercalar a lo largo del día los momentos personales y de ocio, con los picos de productividad que deberías aprovechar para trabajar. Ahí la observación personal será especialmente decisiva para evitar caer en la procrastinación.
Imagen | Pexels (Andrea Piacquadio)
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