Cuando nos hablan de edificios enormes solemos pensar en el Burj Khalifa. Con sus 828 metros de altura, este rascacielos situado en Dubái dobla altura del Empire State Building de Nueva York (cuya antena podría haberse convertido en el aparcamiento de dirigibles más alto del mundo) e incluso tiene casi tres veces el tamaño de la Torre Eiffel de París, pero no es el único.
Posiblemente también tengamos en cuenta el Steinway Tower, una majestuosa obra de ingeniería que se ha ganado la etiqueta de "el rascacielos más delgado del mundo" por sus 438 metros con relación ancho-alto de 24:1. Las "colmenas humanas" de Rusia también podrían ser otro ejemplo, unas enormes edificaciones en las que residen cerca de 20.000 personas.
Dile hola a la Boeing Everett Factory
Lo cierto es que, si tenemos en cuenta el volumen total, los edificios de apartamentos quedan fuera de la ecuación. El primer lugar del edificio más grande del mundo lo ocupa una colosal fábrica de aviones de Boeing que se encuentra en la ciudad de Everett, Washington. Con sus 13.385.378 metros cúbicos destaca por sobre todas las estructuras del planeta.
Aunque Boeing se ha visto sumergida en la crisis del Boeing 737 MAX, y la europea Airbus se ha convertido en el mayor fabricante de aviones del mundo, la compañía aeroespacial estadounidense tiene una larga historia diseñando y construyendo algunos de los aviones comerciales más emblemáticos y avanzados de todos los tiempos, uno de ellos, el mítico Boeing 737.
Hablamos del Boeing 747 porque la Boeing Everett Factory se construyó especialmente para este avión, y no era cualquier avión. La compañía, literalmente, se jugaba su reputación con un proyecto que aspiraba a ser el primero de fuselaje ancho, el más grande, el más pesado, y el encargado de estrenar la moderna tecnología de motores.
El proyecto del 747 nació mientras los viajes aéreos aumentaban considerablemente en la década de 1960. Tras la revolución que habían supuesto los Boeing 707 y Douglas DC-8, el fundador de Pan Am, Juan Trippe, le hizo una inusual petición a presidente de Boeing, Bill Allen, quien además era su amigo. Le pidió que construyera un avión más grande que el 707.
"Era una solicitud asombrosa dado el costo que había costado desarrollar el 707", contaba el empresario Richard Branson en una columna publicada en la revista Time en 1997 sobre los peculiares estándares para hacer negocios de Trippe. Según el fundador de Virgin Galactic, Trippe dijo: "Si lo construyes, lo compraré". Y Allen respondió: "Si lo compras, lo construiré".
Lo cierto es que no todo quedó en un apretón de manos. Como señala Hheraldnet, Boeing finalmente obtuvo un contrato de 525 millones de dólares de Pan Am para construir 25 Boeing 747. Así, la compañía compró en 1966 unas 320 hectáreas de un área que había sido operada por el Ejército de Estados Unidos durante muchos años. La fábrica se inauguró en 1967 y, tan solo cuatro meses después, empezaron a llegar los primeros trabajadores.
Tras 16 meses, el primer Boeing 747 salía de las líneas de producción completamente ensamblado y listo para volar. Ese momento acaparó los titulares de muchos periódicos y telediarios que anunciaban la llegada de uno de los mayores logros tecnológicos de la aviación del siglo, un logro que no habría sido posible sin esa enorme factoría.
Allen tuvo la capacidad de liderar un equipo que desarrolló ese ambicioso proyecto en tiempos récord. Esa experiencia, precisamente, sirvió para seguir impulsando nuevas versiones del 747, una de ellas especialmente diseñada para el presidente de Estados Unidos, y otros aviones, como los 767, 777 y 787, que requirieron ampliar las instalaciones originales de la Boeing Everett Factory.
En la actualidad, el campus de Boeing es tan inmenso que se extiende a ambos lados de la carretera estatal 525, conocida como Boeing Freeway. En total trabajan allí más de 30.000 empleados que se encargan de la fabricación y producción de aviones, y también el desarrollo de nuevos productos, así como de tareas de seguridad y protección de las aeronaves.
También hay equipos encargados de recibir componentes que llegan de diferentes partes del mundo para ser ensamblados en las nuevas aeronaves y otros que se dedican específicamente a las tareas de certificación. Por último, mencionar que una vez que los aviones están listos, las aerolíneas suelen tener que ir a recogerlos directamente desde la planta Everett.
Hablemos también de dimensiones. El campus de Boeing en Everett es lo suficientemente grande como para abarcar el Disneyland Park de California con 4 hectáreas adicionales. Colosal, ¿verdad? Es tan grande que para comodidad y seguridad de las personas que allí están, la fábrica tiene su propio departamento de bomberos y equipo de seguridad. Tampoco faltan los cafés, restaurantes, guarderías y hasta gimnasios.
Dentro del campus, pero del otro lado del aeropuerto, se encuentra The Boeing Store, un teatro, y el Future of Flight Aviation Center, que tiene un museo de aviación, un centro educativo y es el punto de partida para las visitas guiadas a las instalaciones de Boeing. Más de 50 años después de su inauguración, el campus y su fábrica siguen funcionando, y todo parece indicar que seguirán haciéndolo por mucho tiempo más.
Cabe señalar que Boing tiene presencia en Everett desde mucho antes de la inauguración de la fábrica actual. La compañía la compañía operó dos instalaciones para brindar soporte de ensamblaje para el bombardero pesado B-17 durante la Segunda Guerra Mundial. En 1956 también había un equipo encargado de construir piezas y accesorios de envío para los programas del bombardero B-52 y el cisterna KC-135.
Imágenes y vídeo: Boeing
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