Hace años recuerdo que un niño pequeño me preguntó que qué pasaba con la gente que iba al cielo. ¿Mantenían el mismo cuerpo que cuando morían o podían elegir su forma? La verdad es que me hizo gracia su duda y ahora que sale este tema yo me pregunto ¿Qué pasa con los implantes y las prótesis una vez mueres?
No deja de ser tecnología: piernas, caderas, implantes de silicona y algunos bastante más sofisticados como marcapasos o desfibriladores automáticos. ¿Se reutilizan? ¿Se tiran a la basura? ¿Se reciclan? Hay un poco de todo y la verdad es que la historia es bastante interesante.
Dándole una segunda vida a los implantes
Si hablamos de implantes sencillos como por ejemplo una pierna o un brazo lo normal es que esa pieza se tire a la basura o se entierre a la persona con ella. Sin embargo, hay asociaciones como Standing with Hope que se dedican a recoger prótesis para enviarlas a Ghana.
Antes de enviarlas se preparan para que, una vez recibidas en el continente africano, un equipo de expertos clínicos las manipulen para que se vuelvan a utilizar. Ghana, como otros países del centro de África sufren un problema con zonas minadas durante guerras que ya han acabado. El año pasado esta ONG pudo operar 500 piernas y el objetivo para este año es superar dicha cifra.
¿Qué pasa en el resto del mundo? En Estados Unidos y en la Unión Europea está prohibido por ley reutilizar los implantes y las prótesis en otros pacientes. Esto abre la puerta a un negocio de reciclaje bastante importante y que puede mover un volumen bastante atractivo.
Antes hablábamos de que una posibilidad era que se enterrara a la gente con sus prótesis e implantes pero ¿qué ocurre cuando se crema a alguien? Normalmente se quitan porque algunos elementos pueden explotar (la batería de un marcapasos por ejemplo) cuando se introduce el cuerpo en el horno.
Cuando se retiran las piezas, normalmente éstas se reciclan. Una compañía holandesa dedicada a este negocio saca al año 250 toneladas de todo tipo de metales: acero quirúrgico, oro, titanio… Con todo ese material que se extrae se refunde en lingotes para venderlo a empresas del sector automovilístico o aeronáutico. En Estados Unidos suele ir a la industria médica.
En la India, una ONG con sede en Inglaterra llamada Pace4Life está luchando con las autoridades británicas para lograr que se regule la extracción de marcapasos en las funerarias para enviarlos a territorio hindú. No es un marcapasos nuevo pero el coste de producción de este tipo de tecnología es bastante elevado.
Un marcapasos tiene un precio que oscila los 3.000 euros mientras que un desfibrilador automático implantable puede llegar a costar más de 15.000 euros. Sería una ayuda inmensa para países donde no está prohibido por ley poder reutilizarlos.
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