Es una de las tendencias claras en el mercado educativo: la tecnología debería estar más presente en las aulas, dicen las partes implicadas -incluidos los padres-. Aunque hay un encendido debate sobre hasta qué punto debería llegar la introducción de tecnología en clase, otros parecen querer demostrar que la educación de siempre sigue siendo muy válida.
Es el caso de dos profesores que prohibieron el uso de portátiles en clase durante todo un semestre lectivo, y que en sus conclusiones dejó claros los resultados: los estudiantes que tomaron apuntes a mano obtuvieron mejores resultados que otros a los que se les permitió el uso de portátiles. Y la mejora fue consistente y generalizada.
El peligro de las distracciones
Varios estudios ya revelaban desde hace tiempo que los estudiantes que usan portátiles en clase acaban teniendo ante sí toda una fuente de distracciones que les hace convertirse en personas multitarea que, eso sí, no retienen de forma tan consistente el contenido de las clases.
En el experimento de estos investigadores hizo que 327 estudiantes en tres campus universitarios distintos tomaran apuntes -unos con portátil, otros sin- sobre una serie de charlas TED de las que luego les hacían preguntas tanto conceptuales como concretas.
Aunque en las preguntas sobre temas concretos las respuestas fueron igual de buenas para los dos grandes grupos de estudiantes, las respuestas a preguntas conceptuales fueron mejor contestadas de forma consistente por estudiantes que habían tomado notas a mano. No solo eso: en un test sorpresa realizado 10 días después del primero y hecho con los mismos alumnos los resultados fueron más allá, y esas notas manuscritas permitieron a los alumnos que las habían tomado obtener mejores resultados que los que habían usado portátiles.
Vía | Chronicle
En Xataka | Educación y tecnología: mucho que ganar, ¿algo que perder?
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