Que el arte y la arquitectura van de la mano es algo tan sabido como antiguo, pero cuando esto además se fusiona en una megaconstrucción es algo que nos gusta un poquito más. Sobre todo si hablamos de un ascensor para barcos, concretamente de la Rueda Falkirk.
Se ubica en Escocia y se trata de una llamativa solución para conectar dos canales de la región. A grandes rasgos, se trata de una noria gigante que es capaz de ascender o bajar los barcos para salvar la separación de 24 metros de altura que existe entre un canal y otro, y es bastante curioso su fundamento y verla funcionar.
Una gran estructura para unir lo que no quiso la naturaleza
Dos años (de 2000 a 2002) costó acabar de construir la Rueda Falkirk, y no es para menos cuando es capaz de transportar hasta ocho barcos a la vez de un canal a otro. Se trata concretamente del canal Forth & Clyde y del Union Canal, y esta construcción se encuentra a las afueras de la ciudad cuyo nombre bautiza la obra.
Fue la solución para reconstruir la unión de los canales, los cuales hasta los años 30 estaban unidos por once esclusas que acabaron rellenándose con tierra por desuso. Para dar con la mejor idea, se lanzó una convocatoria para que se presentasen proyectos con la petición de que fuese una construcción moderna además de funcional.
A esta convocatoria la que se presentaron numerosos conceptos e ideas, contemplando desde la laminación de los ejes hasta la inclinación de los tanques, siendo el ganador finalmente este proyecto y acuñándose la Comisión Millenium, que conseguiría los fondos para la financiación del proyecto. Es por ello que además de Rueda de Falkirk sea también conocida como Rueda del Milenio.
A grandes rasgos se trata de una noria con lo que serían dos cabinas, pero en cambio se trata de dos cajones de 6,5 metros de ancho, cada uno con unos 250.000 litros de agua. Estos cajones giran mediante un eje central, impulsado todo por motores hidráulicos que se sitúan en uno de los apoyos del eje.
La Rueda de Falkirk mide 35 metros de altura y 28 metros de largo. Pesa unas 1.800 toneladas y fue necesario construir un desvío del Union Canal que conectase directamente con uno de los cajones de la Rueda para que ésta se instalase y pudiese efectuarse esa conexión. De hecho, en total el proyecto incluyó la construcción de este desvío, dos acueductos, un túnel, tres bloqueos, un puente para el ferrocarril y una cuenca.
El resto de números de la Rueda no es nada despreciable. Puede levantar hasta 600 toneladas, 300t en cada extremo, y con los 500.000 litros que entre los dos cajones cargan se podría llenar una piscina olímpica.
Todo el complejo (incluyendo centro de conservación y todo lo que implica) ocupa 45 hectáreas, en cuya construcción trabajaron más de 1.000 personas. La estructura contiene más de 14.000 pernos y 45.000 agujeros para pasantes, y los materiales aúnan unos 7.000 metros cúbicos de hormigón, 1.000 toneladas de acero reforzado, 1.200 toneladas de prefabricados de acero y 35.000 metros cuadrados de revestimiento de canales.
Siguiendo el principio de Arquímedes
Según explican en Wikiarquitectura, fueron necesarios 35 camiones para llevar todas las piezas del taller a la ciudad escocesa. Todas las piezas que conformaban todo ese material que hemos citado iban siendo encajadas permitiéndose tan sólo 10 milímetros de separación entre ellas para asegurar la precisión del ajuste final, recurriendo a juntas hidrofílicas especiales para atornillar los tornillos de los cajones y evitar así que se perdiese el agua.
El fundamento de la noria, o mejor dicho de sus vagones, es algo tan conocido como el principio de desplazamiento de Arquímedes; el peso del barco que entra es el del agua que sale. De ahí que la Rueda se mantenga en equilibrio y pueda a su vez girar los 180 grados necesarios para pasar un barco de un canal a otro en cinco minutos y medio y además usando poca energía: requiere unos 22,5 kilovatios (unos 30 caballos) de potencia para sus motores hidráulicos, los cuales consumen 1,5 kilovatios en cuatro minutos.
En cada cajón caben dos barcos fluviales de pasajeros, entrando a través de las presas que hay en los extremos de cada uno. Para evitar que se desestabilicen y asegurar que los barcos estén nivelados durante todo el proceso hay una serie de engranajes en cada cajón que aseguran el proceso.
De celtas y ballenas
Aunque aquí hemos hablado de ascensores llamativos y de récord, hasta este momento no habíamos descrito una estructura como ésta. Pero lo cierto es este concepto de rueda-ascensor para barcos se remonta a 1875, concretamente al elevador de barcos Anderson (en Cheshire, Inglaterra).
Hablando de la Rueda de Falkirk, la inspiración para su diseño cae en los antiguos pobladores de aquella región: los celtas. La forma de la estructura se basa en una lanza celta de doble cabeza, aunque también se inspiraron en formas como las costillas de una ballena o la espina dorsal de un pez de gran tamaño para esos arcos que hemos visto sobre el desvío que conduce al cajón más elevado de la Rueda.
En la actualidad es el único ascensor de barcos de este tipo, pero los hay de otros como el Ascensor funicular de Strépy-Thieu (Bélgica), que además es el más alto que existe (74 metros). Lo que éste tiene de llamativo es precisamente ese diseño, además de que no son ni mucho menos construcciones demasiado habituales.
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