Cuenta atrás para que la Policía Nacional haga hueco en sus armeros a las primeras pistolas eléctricas que compró en 2020. El Director Adjunto Operativo (DAO) acaba de dirigirse a las jefaturas superiores para informarles del reparto de 150 Taser, armas que incapacitan de forma temporal a sus objetivos con una descarga. No serán las únicas. Hace dos años la Policía se hizo con un millar tras una inversión de casi 2,1 millones de euros, pero —dado lo polémico que es su manejo— solo ha empezado a distribuirlas tras asegurar la formación a los agentes y fijar un protocolo claro.
Para agentes uniformados y el GEO. Las 150 primeras pistolas eléctricas se distribuirán por comisarías de todo el país, si bien el mayor lote, de 30 unidades, se destinaría a la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Las otras jefaturas superiores con mayor dotación serán —precisa el diario El Independiente— Valencia, con 18 armas; Andalucía Occidental, con 17; y Andalucía Oriental, con 14.
Quedarían fuera del primer reparto Cataluña y País vasco, dotados de cuerpos autonómicos. El manejo de dispositivos Taser no supone en cualquier caso una novedad para ellos. Una jueza de Badalona está investigando de hecho la muerte de un hombre, a finales de noviembre pasado, que perdió la vida tras recibir la descarga de una pistola eléctrica de los Mossos d´Escuadra. Otro cuerpo de seguridad que ha incorporado también las Taser hace no mucho es la Policía Municipal de Madrid. En el listado de reparto de la Policía Nacional sí entran el GOES y el GEO, que sumarán 11.
Un recurso cada vez más usado (y polémico)
Implantación gradual y sobre seguro. Aunque el anuncio de “una primera distribución” llega ahora, en 2022, el Cuerpo Nacional dispone de 600 dispositivos eléctricos ya desde julio. Las 400 restantes, que completarían el contrato firmado en 2020 con la UTE formada por Axon Public Safety Germany SL y Nidec Defense Group por casi 2,1 millones, se prevé que lleguen en febrero. Que la primera tanda sume un centenar y medio de armas no parece casual. El uso de las Taser deberá quedar siempre registrado por cámaras personales que acreditarán su buen uso; y el número de las unidades distribuidas coincide con el de los equipos de grabación disponibles.
Incapacitar de forma temporal al objetivo. Pero… ¿Qué son exactamente las Taser? Las pistolas eléctricas lanzan dardos provistos de electrodos que se unen al arma con cables. Cuando el proyectil acierta en el cuerpo del objetivo provoca una descarga que interfiere en las señales entre el cerebro y los músculos, ocasionándole una incapacidad temporal. Los dardos punzantes rondan los 50.000 voltios, si bien su voltaje se reduce al entrar en contacto con el cuerpo. En cuanto a la corriente que transmite el aparato, lo habitual en las pistolas eléctricas es que ronden los 21, microamperios (mA) y 3,6 mA, con una energía liberada por pulso de entre 0,07 y 0,5 julios.
En su cuenta de Twitter, Axon España informaba en octubre de 2020 de la disponibilidad de las primeras pistolas y detallaba el modelo en concreto: Taser 7. Según detalla la compañía en su web oficial, el arma incorpora un diodo emisor de luz (LED) de 210 lúmenes, es capaz de funcionar en una amplia horquilla de temperaturas situadas entre -20 y 50 ºC y tiene una vida útil de cinco años.
Para garantizar su uso correcto, la Policía Nacional ha detallado de forma precisa cómo deben usarla los agentes: cada vez que se disparen deberá darse parte a los mandos en un plazo de 24 horas y su manejo tendrá de quedar documentado por las cámaras personales. Los policías que las utilicen superan además un curso teórico y práctico especial. A día de hoy han recibido ya la cualificación 103 agentes que deberán instruir ahora al resto de sus compañeros.
Armas disuasorias… y polémicas. Las pistolas eléctricas están pensadas principalmente para reducir e inmovilizar a objetivos con un comportamiento violento, que representen una amenaza o puedan poner en riesgo a otras personas o los propios agentes. También se contempla su manejo cuando una persona está poniendo en riesgo su vida. El protocolo del que se ha dotado la Policía Nacional —según reveló El País en 2020— veta su uso con niños, mujeres embarazadas, ancianos o personas con problemas graves de salud, además de en ciertos contextos, como manifestaciones o cuando exista un riesgo de que el objetivo pueda precipitarse al vacío.
Sus defensores destacan su gran efecto disuasorio. Las Taser, en cualquier caso, no están exentas de polémica. Amnistía Internacional las relaciona con numerosas muertes en EE. UU. y en España han provocado ya polémicas, como la desatada por la muerte de un hombre a finales del año pasado tras sufrir la descarga de una de las armas eléctricas de los Mossos d´Esquadra.
Cada vez más presentes. La Policía Nacional no es la única que ha decidido apostar por las Taser en España. En noviembre la Guardia Civil cerraba también la compra de su primera remesa, con 150 unidades provistas de videocámaras. Su objetivo: disponer del material a lo largod el primer trimestre de este mismo año. A día de hoy han utilizado ya las pistolas eléctricas en España los Mossos d´Esquadra, la Ertzaintza o cuerpos municipales como el de la Policía Local de Madrid.
Imágenes | Ministerio de Interior y Senado Federal (Flickr)
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