Hay un discurso sobre el aprender a programar que es muy fácil comprar. ¿Quién no está a favor de aumentar las competencias digitales, preparar para el futuro y conseguir que nuestros niños sean creadores y no meros expectadores de la "gran revolución a la que debemos adaptarnos"?
Nadie. O casi. Incluir programación o hablar de tecnología en la educación vende, suena bien y ayuda a recoger aplausos, quién sabe si votos. El caso es que viendo con muy buenos ojos gran parte del discurso e incluso de la iniciativa de introducir programación y robótica en la educación reglada, me preocupaba lo fundamental: cuando se llegue a clase ¿cómo va a ser? ¿cómo vamos a prepararnos como profesores, alumnos y padres para este nuevo camino? La comunidad de Madrid, que es pionera en el tema, tiene su propuesta en marcha. Y va de la mano de Telefónica. Veamos.
Así - dicen - se recicla un profesor para poder enseñar a programar
De forma sumaria: habrá una plataforma online - Code Madrid - en la que se formará a los profesores. La metodología será la de los MOOCs, que llevan un par de años haciendo furor en el elearning, constando de tres (Introducción a al uso de nuevas tecnologías de las aulas, usos prácticos de la programación y electrónica digital / robótica). Cada uno, estiman, tendrá una duración de 40 horas, a las que suman 10 de formación presencial.
La metodología de los MOOCs la hemos analizado varias veces por estos barrios: uso intensivo del vídeo a modo de clase de referencia, junto al planteamiento de ejercicios prácticas en las que se ofrece la revisión entre pares (un alumno corrige a varios y a su vez es corregido por otros, en este caso los profesores de secundaria serán los alumnos) y, al menos en este caso, integración de elementos de gamificación para motivar a la gente a seguir (léase tendrán badges y estrellas según vayan avanzando y aportando).
Según la Comunidad de Madrid con todo esto conseguirán que "desde el nivel 0, los docentes desarrollen su formación, salten a un nivel intermedio, y terminen el curso habiendo completado el nivel avanzado de conocimientos en programación." Telefónica por su parte apunta a que ofrecerá guías didácticas y material, con una mediateca de recursos, para acompañar al profesor.
Sin entrar a fondo en el asunto, resulta muy optimista - siendo generosos - la visión de la comunidad. De 0 a "nivel avanzado" y ser capaz de enseñar a programar tras tres cursos online de 50 horas - uno de ellos sobre Robótica - es cuando menos un brindis al sol. Por muy maravillosos que sean los vídeos de Telefónica o su sistema de karma no parecen en ningún caso suficientes para capacitar en programación hasta el punto de acompañar, formar, resolver las dudas y casos que se pueden plantear e inspirar a los alumnos.
De hecho la elección metodológica es muy discutible. Un MOOC apela a clases masivas - mucho más de los 1500 profesores que la Comunidad estima que necesita formar - y tiene como mayor valor el acceder a un nivel de clases de primera línea - pásense por Coursera o Udacity - gratis o a muy bajo precio. Tienen otra virtud, son bastante desatendidos. No hay una atención personal a cada alumno - en ese sentido son muy baratos - pero a la vez tienen una tasa de abandono brutal y, una vez pasado el "hype" inicial, se encuentran en el centro de la crítica y desilusión (quizás excesivo, eso sí, una cosa no es tener valor equivalente a ir a la universidad y otra no valer nada).
Lo que sabemos y lo que nos gustaría saber
Por desgracia ni la Comunidad de Madrid ni Telefónica han aceptado preguntas en su presentación de hoy. Sabemos que el plan es llevar esta asignatura a todos los institutos de secundaria (incluidos los centros concertados) y que esté en al menos un par de cursos en Madrid; no sabemos si la modalidad de formación actual es la apuesta a largo plazo o es coyuntural.
Admito que hay un espacio para ser comprensivos: con lo regulado que está el acceder a ser profesor de secundaria, tener especialistas capaces de enseñar programación y robótica llevaría años. Parece hasta lógico que para ser ágiles se tenga una fase táctica apoyada en una formación para aquellos profesores que ya tengan cierto conocimiento y haya que actualizar.
Por desgracia esa no parece ser la idea de la Comunidad de Madrid. Dará igual el conocimiento actual del profesorado que se encargará de la clase de programación, lo que hay son los tres cursos online y se entenderá que el profesor está capacitado al finalizarlo. No sabemos - no lo han dicho, no ha sido posible preguntar - si a medio plazo hay un plan para que sean profesores con formación o experiencia expresa en programación quienes se encarguen y si la capacitación de los mismos se encargará a la educación formal (las universidades y el FP). Por lo que ha comentado la Comunidad, parece que no.
Tampoco sabemos el coste de esta formación. El propio presidente la comunidad, Ignacio González, defendía que en el caso de la educación bilingüe habían buscado asesoramiento en universidades para escoger la metodología, con la programación ese rol ha caído en Telefónica y algún experto como David Cuartielles que ha colaborado en el proceso. Sí han explicado que gastarán 16 millones de euros los próximos cuatro años en la asignatura, lo que permitirá "tener equipos de última generación como impresoras 3d o simuladores".
También ha defendido que buscan que los profesores "sean los mejores tanto en técnicas como en contenidos", algo que viendo su plan de formación parece muy difícil de creer. También da la impresión de que una inversión de las prioridades: el material y los recursos técnicos por delante en gasto de la formación del profesorado.
Más allá de Code Madrid
Servidor tiene su plan de formación particular para los chavales de la familia. He sido programador antes que fraile de los blogs de tecnología y soy de los fáciles de convencer: creo que a los niños y jóvenes les viene fenomenal profundizar y entender cómo funciona la tecnología porque lo de los nativos digitales es un mito y la chavalada al final se hace experta en el "uso para el ocio" y van a vivir un mundo que funciona con y a través de la tecnología digital.
Es más, también compro gran parte del argumentario sobre aprender a programar. Creo que hay un poco de visión mítica al respecto pero a su vez me gusta y coincido con posturas como la que exponía hace poco David Bonilla.
Introducir programación en la educación reglada y pública es una gran noticia, estrecha la brecha de competencias digitales y puede ser una fuente de inspiración excelente para toda una generación. Pero la idea, el titular, la visión, sin ejecución a su altura se convierte en un escenario a evitar a toda costa: como sociedad nos confiamos en que tenemos este frente resuelto cuando no es así.
Mi impresión final visto el plan de la comunidad de Madrid es que nos encontramos con la programación como con el inglés hace 30 años. Voluntad de que tiene que estar, pero sin las metodologías adecuadas ni los profesores apoyados y formados de forma adecuada. Espero que no sea necesario ver los resultados de varias generaciones para rectificar, como ha ocurrido con los idiomas. Mientras, me temo, el mejor camino para que nuestro chavales aprendan a programar seguirán estando en la educación no formal y privada. No tengo duda de ello.
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