Si hay un país en el que destacan las obras arquitectónicas extremas ese es, desde luego, China. Dentro de sus fronteras encontramos el puente más largo del mundo, la planta de energía solar flotante más grande del mundo y la presa, también, más grande del mundo, solo por mencionar algunos de sus más ambiciosos proyectos. No obstante, aunque lo ha intentado, no puede ostentar el título del edificio más alto del mundo ya que este le pertenece a Dubái y el Burj Khalifa, inaugurado en 2010.
En 2012, el gobierno de la ciudad de Changsha, en la provincia de Hunan, China, anunció que se construiría el edificio más alto del mundo, pero sería mucho más que eso. Como señala Treehugger, no solo tendría la altura suficiente como para superar al Burj Khalifa, sino que se convertiría en una especie de ciudad dentro de la ciudad donde los residentes tendrían todas las comodidades y servicios para vivir allí, por lo que el proyecto fue denominado "Sky City".
La construcción del edificio, que iba a tener 838 metros de altura, cayó en manos de Broad Sustainable Building (BSB) una empresa de construcción que, lejos de reducir las expectativas del proyecto, aumentó la apuesta con una arriesgada promesa: tendrían listo el edificio en solo 90 días. A modo de comparativa, el Burj Khalifa, de 828 metros de altura, necesitó 1.325 días para ser construido. Entonces, ¿cómo conseguirían tal proeza? La clave estaba en módulos prefabricados.
Cuando hablamos de prefabricación imaginamos proyectos de menor envergadura, como las viviendas de Kiss House o las de Tiny Home, no de una enorme estructura destinada a acoger a miles de personas. Pero BSB confiaba en su proyecto, que consistía en empezar a construir los módulos prefabricados del Sky City seis meses antes del inicio formal de la construcción, lo que habría ayudado a alcanzar ese reducido tiempo de obra. Y estos módulos representarían el 95% del edificio.
Debido a las características de modularidad del proyecto, la compañía constructora estimó que necesitaría menos hormigón, pero unas 270.000 toneladas de acero para construirlo (el Burj Khalifa tiene 39.000 toneladas de acero), que sería comprado a Luxemburgo, según SCMP. Además, aseguraba que se evitarían utilizar materiales de construcción con tóxicos como el aldehído, plomo y amianto. Y, aunque no se brindaron demasiados detalles estructurales, se aseguraba que una ventajas principales del edificio sería su resistencia a fenómenos tan extremos como los terremotos.
Una ciudad en las alturas
Como mencionamos arriba, no se trataría solo de un edificio, sino de una "ciudad" con todas sus comodidades. En sus 202 pisos, Sky City tendría capacidad para albergar a 30.000 personas y una enorme cantidad de espacios para que, si así lo deseaban los residentes, no tuvieran que salir nunca. Un 83% del espacio se destinaría para uso residencial, un 5% para un hotel y el resto para varias escuelas, hospitales, guarderías, supermercados y tiendas.
Por si eso fuera poco, BSB decía que el edificio también contaría con varias instalaciones deportivas. Estas comprenderían desde seis canchas de baloncesto hasta 10 canchas de tenis. Y no faltarían las piscinas y "zonas verdes". Estas últimas no solo estarían en la parte más baja, sino distribuidas en los diferentes niveles del Sky City, como podemos ver en la imagen de arriba.
La sostenibilidad también sería parte del proyecto. El aislamiento de 15 cm de las paredes y las ventanas con vidrio de cuatro capas habría ayudado a mantener la temperatura interior entre 20 y 27 °C. La iluminación sería en su totalidad LED. Así, este conjunto de características habría permitido ahorrar una buena cantidad de energía.
Problemas y más problemas
El proyecto, cuyo coste estimado era de 1.460 millones de dólares, recibió la aprobación de construcción en noviembre de 2012 y la compañía dijo que las obras empezarían en noviembre de ese año, pero dijo que tardaría un poco más en finalizarlo. En lugar de 90 días, ahora necesitaría 120 días. En julio de 2012 se realizó la ceremonia inaugural del proyecto y empezaron las obras relacionadas a los cimientos, pero pocos días después todo se detuvo por la falta de un permiso adicional, según CNN.
Debido a la enorme altura del edificio, la aprobación local no era suficiente. Necesitaba el visto bueno del gobierno nacional. Las autoridades de Pekín, antes de otorgarlo, iniciaron una evaluación ambiental que se dilató durante mucho tiempo. Finalmente llegaron a la conclusión de que la obra no podía continuar. ¿La razón? Se encontraba en la cercanías del Lago Daze, último humedal en Changsha y hogar de unas 135 especies de aves, entre ellas, la grulla siberiana está en peligro crítico de extinción.
Los activistas ambientales, que creían que Sky City interrumpiría la migración y anidación de la grulla, así como a otras aves protegidas como cisnes y cernícalo del Amu, presionaron al gobierno para que declarara el humedal como "zona de no construcción". Finalmente las autoridades accedieron y se prohibieron las obras en el lugar donde se suponía que debía construirse Sky City.
Con los planes de construcción completamente estancados por las autoridades y ante la atenta mirada de los ambientalistas, los cimientos del edificio ahora se encuentran llenos de agua y se utilizan para piscifactoría. Eso sí, BSB asegura que es capaz de realizar este proyecto y confía en que algún día lo hará. A pesar de su optimismo tiene otro problema en el horizonte: China prohibió en 2021 la construcción de edificios de más de 500 metros de altura, por lo que si Sky City está destinada a convertirse en realidad, posiblemente sea fuera de las fronteras de China.
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