Smartphones con pantalla 4K/UHD, ¿nos hemos vuelto locos o está justificada su llegada?

Smartphones con pantalla 4K/UHD, ¿nos hemos vuelto locos o está justificada su llegada?

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Smartphones con pantalla 4K/UHD, ¿nos hemos vuelto locos o está justificada su llegada?

Los primeros smartphones con pantalla 4K/UHD parecen estar al caer. Esta posibilidad resulta sorprendente si tenemos presente que algunos usuarios aún no tenemos clara la necesidad de contar con móviles con pantalla QHD, sobre todo si valoramos su incidencia negativa en la autonomía. Las pantallas Full HD aún tienen un recorrido interesante, pero las pistas que tenemos parecen indicar que, en los teléfonos móviles de gama alta por encima de las 5 pulgadas, podrían tener las horas contadas.

Es comprensible que a muchos usuarios, entre los que me incluyo, esta posibilidad no nos atraiga debido al impacto negativo que podría tener en la autonomía de los smartphones, pero hay otros escenarios que tenemos que contemplar, y que pueden ser los que han provocado que algunos fabricantes ya estén trabajando en estos posibles teléfonos con pantalla 4K/UHD. Si quieres conocer todas las claves, sigue leyendo.

Más de 5 pulgadas, más resolución

Si los rumores que están inundando durante las últimas semanas Internet son ciertos, este año seremos testigos de una tendencia bastante clara: los smartphones por encima de las 5 pulgadas, al menos los de gama alta, verán su resolución sensiblemente incrementada. Hace unos días nuestros compañeros de Xataka Android nos hablaron de una filtración que indica que después de IFA, pero posiblemente antes de que acabe el año, Sony presentará un nuevo phablet, al que llamará Xperia Z5 Plus.

Sharp y Everdisplay son dos de las compañías que ya tienen listos sus paneles para smartphones con resolución 4K/UHD

Es importante que tengamos en cuenta que se trata de una filtración, y, por tanto, no podemos estar seguros de que este smartphone finalmente vaya a tener las características que se han filtrado, pero lo cierto es que varias fuentes, algunas de ellas bastante fiables porque han acertado en otras ocasiones, están defendiendo que tendrá una pantalla con resolución 4K/UHD (2.160 x 3.840 puntos). Un medio asiático defiende, incluso, que este móvil contará con el software 4K X-Reality Pro para realizar el escalado de las imágenes, que es el mismo que podemos encontrar desde hace bastante tiempo en los televisores UHD de Sony. En cualquier caso, veremos si todo esto finalmente se confirma.

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Que una compañía apueste por algo así no basta para confirmar una tendencia. Lo relevante es que las pistas que tenemos nos indican que otros fabricantes podrían seguir el mismo camino por el que parece que va a transitar Sony. Es más, incluso tenemos ejemplos tangibles de compañías que ya tienen paneles para smartphones con resolución 4K/UHD, como Sharp, que mostró hace tiempo sus paneles IGZO LCD de 5,5 pulgadas. O la china Everdisplay, que ya tiene listos paneles 4K/UHD de 6 pulgadas que alcanzan una sorprendente densidad de 734 píxeles por pulgada (en los paneles de Sharp es aún mayor porque son un poco más pequeños).

¿Necesitamos móviles con pantalla 4K/UHD?

Dejemos a un lado por un momento la incidencia que la resolución de la pantalla ejerce en la autonomía de los smartphones, y ciñámonos a su repercusión en nuestra experiencia «visual». Como muchos recordaréis, unas semanas antes de que llegasen a las tiendas los primeros móviles con pantalla QHD publicamos un post en el que intentamos analizar si realmente eran necesarios los paneles 1.440p y qué aportan si los comparamos con los paneles 1.080p.

Lo primero que concluimos es algo que resulta bastante evidente: una pantalla con más resolución que otra del mismo tamaño nos ofrecerá un mayor nivel de detalle. Esto se debe, sencillamente, a que para meter más píxeles en la misma superficie es necesario hacerlos más pequeños, lo que provocará que nuestros ojos tengan más dificultad para percibirlos de forma independiente. En consecuencia, veremos imágenes dotadas de una mayor homogeneidad y continuidad, y capaces también de recoger detalles que se perderían si esa misma imagen fuese restituida en una pantalla con menos resolución.

La «resolución» de nuestros ojos, si gozan de perfecta salud, oscila alrededor de los 530 ppp, según Roger N. Clark

Esta idea podría provocar que pensemos que desde el punto de vista de la calidad de imagen, cuanta más resolución tenga la pantalla de un smartphone, mejor. Pero no es así. Y no lo es porque nuestra retina no tiene una capacidad de percepción del nivel de detalle ilimitada. Su «resolución» es finita, y, por esta razón, seremos incapaces de apreciar la diferencia entre dos pantallas con distinta definición siempre y cuando ambas superen el límite de percepción de nuestro sistema visual.

Ojo

En este escenario nos importan tres factores diferentes: el tamaño de la pantalla del smartphone, su resolución y la distancia a la que la observamos. Aunque los dos primeros podemos relacionarlos entre sí introduciendo la densidad de puntos por pulgada, por lo que podríamos quedarnos con este parámetro y la distancia de visionado. En lo que concierne a este último muchos expertos en dispositivos móviles están de acuerdo en que solemos colocar nuestros teléfonos a una distancia de nuestros ojos que oscila entre 10 y 12 pulgadas (25,4 y 30,48 cm).

Ahora este tema se complica un poco porque si consultamos la bibliografía de distintos investigadores nos encontramos con datos diferentes. Aun así, merece la pena repasarla. Raymond Soneira, de DisplayMate, defiende que la resolución real de una retina humana saludable es 0,6 minutos de arco por píxel. Sin embargo, J. Blackwell, de la Sociedad Óptica Americana, estableció en 1946 que la resolución del ojo humano se aproxima mucho a los 0,35 minutos de arco.

En un escenario de uso convencional los paneles 4K/UHD no aportan una mejora de calidad tangible frente a las pantallas QHD

Esta es una unidad de medida angular que establece una relación entre el tamaño del punto y la distancia desde la que lo miramos. El problema es que para la mayor parte de nosotros es una medida muy poco intuitiva, pero, afortunadamente, podemos recurrir a los cálculos realizados por Roger N. Clark, un investigador del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). Según este científico un ojo humano saludable, y, por tanto, que no está aquejado por ninguna deficiencia visual, es capaz de discernir un máximo de 530 píxeles por pulgada.

Vivo

Un smartphone de 5 pulgadas Full HD tiene una densidad de 441 puntos por pulgada, y otro de ese mismo tamaño, pero equipado con un panel QHD, alcanzará los 590 píxeles por pulgada. Esto nos indica, si tomamos como punto de partida los cálculos de Roger N. Clark, que los móviles Full HD se quedan por debajo del límite de percepción de nuestros ojos, y que los smartphones con pantalla QHD coquetean con él (todos sabemos que buena parte de ellos tiene más de 5 pulgadas, por lo que su densidad será inferior a los 590 ppp que he indicado antes).

En un escenario de uso real todos sabemos que muchos usuarios somos incapaces de apreciar los píxeles en un smartphone Full HD de 5 pulgadas. Aun así, y concediendo validez a los cálculos de Roger N. Clark, podemos aceptar que, desde el punto de vista de nuestra «experiencia visual», las pantallas QHD tienen sentido. Pero desde este mismo prisma los 734 píxeles por pulgada que nos ofrecen las pantallas 4K/UHD de 6 pulgadas que ya ha presentado Everdisplay no aportan absolutamente nada frente a los paneles QHD porque ambos exceden el límite de percepción de nuestro sistema visual.

La resolución condiciona el rendimiento

La razón por la que un smartphone con mucha resolución suele ofrecernos una autonomía inferior a otro móvil de características similares, pero con un panel con una resolución menor, está estrechamente ligada con el esfuerzo de cálculo que tiene que realizar la lógica gráfica del SoC para procesar todos esos píxeles. Cuantos más puntos tenga la pantalla, más esfuerzo deberá realizar el SoC, y, en consecuencia, demandará más energía a la batería.

Desafortunadamente, todos sabemos que la tecnología de las baterías no está evolucionando al mismo ritmo al que se desarrollan los paneles para smartphones, por lo que la llegada de las pantallas 4K/UHD resulta un poco preocupante desde el punto de vista de la autonomía (ojalá nos equivoquemos y los fabricantes nos sorprendan).

La lógica gráfica del SoC integrado en un smartphone con resolución 4K/UHD se ve obligada a procesar nada menos que 8.294.400 puntos

No obstante, algo que debemos tener en cuenta es que la caída del rendimiento no es proporcional al incremento del número de píxeles de la pantalla. Afortunadamente. Un panel Full HD tiene un total de 2.073.600 puntos, uno QHD alcanza los 3.686.400 píxeles, y los 4K/UHD llegarán a los 8.294.400 puntos. Si comparamos los paneles Full HD y UHD observaremos que este último multiplica por cuatro los píxeles del primero, lo que podría invitarnos a pensar que, si se instalan en dos smartphones con unas especificaciones similares, el rendimiento del que tiene la pantalla 4K/UHD será cuatro veces más reducido. Pero no es así.

La diferencia suele ser claramente perceptible, y el móvil Full HD rinde mejor porque el SoC se ve obligado a procesar menos puntos, pero no es ni mucho menos tan exagerada como podríamos sospechar. Aun así, es un factor que merece la pena que tengamos en cuenta.

Realidad virtual: esta podría ser la clave

Como acabamos de ver, a la distancia a la que observamos la pantalla de nuestros teléfonos móviles habitualmente nos sobra holgadamente con las pantallas QHD (y a muchos de nosotros también con los paneles Full HD). Sin embargo, hay un escenario de uso en el que las resoluciones Full HD y QHD de los móviles actuales parece no ser suficiente: la realidad virtual. La experiencia que nos ofrecen nuestros móviles cuando los colocamos solo a unos pocos centímetros de nuestros ojos al introducirlos, por ejemplo, en las gafas Google Cardboard o las Samsung Gear VR, puede beneficiarse claramente de este incremento de la resolución.

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Debemos tener en cuenta que, en realidad, cuando introducimos un smartphone en estas gafas cada uno de nuestros ojos percibe una imagen con la mitad de las columnas del panel. Esto significa que si usamos un móvil Full HD tendremos una resolución efectiva por ojo de 960 x 1.080 puntos, que se incrementarán a 1.280 x 1.440 píxeles por ojo con las pantallas QHD. Sin embargo, si apostamos por un smartphone con pantalla 4K/UHD la resolución por ojo se incrementa hasta los 1.920 x 2.160 puntos, por lo que la diferencia es importante.

Hace unos meses tuvimos la ocasión de probar las Samsung Gear VR con un Galaxy Note 4 que, como todos sabéis, incorpora una pantalla QHD (1.440 x 2.560 píxeles). La experiencia nos dejó un sabor de boca muy positivo porque su nitidez era alta y no enturbió nuestra percepción de las imágenes estereoscópicas. Sin embargo, a esa distancia tan reducida de nuestros ojos los píxeles podían apreciarse ligeramente, por lo que es muy probable que un smartphone equipado con una pantalla 4K/UHD nos hubiese ofrecido una experiencia aún más lograda.

Más allá de la RV

¿Justifica por sí sola la realidad virtual la llegada de los smartphones con pantallas 4K/UHD, aun cuando es muy probable que su repercusión en la autonomía sea negativa? La respuesta a esta pregunta depende de cada usuario. Para aquellos que sienten curiosidad por la RV y están deseando probarla, probablemente sí. Sin embargo, el salto a la resolución 4K/UHD no parece apetecible para los usuarios a los que la RV no les interesa especialmente.

No obstante, existe otro escenario de uso en el que la llegada de la resolución 4K/UHD a los smartphones puede tener algo que decir: la grabación y la reproducción de vídeo 4K/UHD. Durante los últimos dos años han llegado al mercado bastantes teléfonos móviles de gama alta capaces de grabar vídeo 4K/UHD. Sin embargo, en el mejor de los casos su pantalla tiene resolución QHD, cuando no Full HD, por lo que al reproducir el vídeo que hemos tomado debemos conformarnos con verlo escalado «hacia abajo» para adaptarlo a la resolución nativa de la pantalla, que es inferior a aquella a la que ha sido grabado el vídeo.

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Poder reproducirlo con su calidad y nivel de detalle originales en el propio smartphone es positivo, pero probablemente no decisivo porque una pantalla que oscila entre las 5 y las 6 pulgadas no tiene el tamaño suficiente para permitirnos monitorizar el vídeo de una forma minuciosa. Lo mismo sucede con la posibilidad de utilizar la pantalla de los smartphones 4K/UHD como monitor externo en el que podemos monitorizar y reproducir el vídeo 4K/UHD que grabamos con una cámara. Es una posibilidad interesante, sin duda, pero posiblemente no decisiva por la misma razón que he expuesto en las primeras líneas de este párrafo. Aun así, cuando caiga uno de estos móviles en nuestras manos lo probaremos a fondo y os contaremos nuestras impresiones.

Antes de concluir, no debemos olvidar algo que todos sabemos, y que explica por qué los fabricantes de tecnología se esfuerzan por introducir características novedosas en cada nueva generación de productos. La innovación es al auténtico motor del mercado de la tecnología, y los teléfonos móviles no son inmunes a ella. Una estrategia muy eficaz para animar a los usuarios a renovar sus terminales consiste en introducir en los nuevos modelos prestaciones apetecibles.

Estas nuevas características en ocasiones no se adecuan a las preferencias de buena parte de los usuarios, pero aún es pronto para que intuyamos qué tirón tendrá la realidad virtual aplicada al mundo de los smartphones. Aun así, todavía tendremos que esperar un poco para que los primeros móviles 4K/UHD lleguen al mercado. Por supuesto, os mantendremos informados.

Imagen del ojo | Rob Walker
En Xataka | Pantalla de móvil y resolución: ¿tiene sentido 2K en pantallas de cinco pulgadas?

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