Spotify mueve ficha tras la polémica suscitada por Neil Young y Joni Mitchell. Después de que ambos músicos decidieran retirar su trabajo de la plataforma, a la que acusan de amparar la desinformación sobre el COVID-19, su CEO, Daniel Ek, ha emitido un comunicado —colgado en la web de Spotify— en el que reconoce que la empresa ha pecado de falta de transparencia a la hora de compartir sus reglas de contenido y se marca el objetivo de redoblar esfuerzos para lograr un “equilibrio” y garantizar el acceso de los usuarios a información aceptada por la comunidad científicas.
"Llevamos muchos años con normas, pero es cierto que no hemos sido transparentes en cuanto a las políticas que guían nuestros contenidos en general. Esto, a su vez, ha dado lugar a preguntas sobre su aplicación a temas graves, como el COVID-19”, explica Ek: “Me queda claro que tenemos la obligación de hacer más para proporcionar equilibrio y acceso a la información ampliamente aceptada de las comunidades médicas y científicas que nos guían en un momento sin precedentes”.
Aviso de "contenido COVID"
¿En qué se traduce esa reflexión en la práctica? La plataforma avanza que está trabajando para agregar un “aviso de contenido” a cualquier episodio de podcast en el que se aborde una discusión sobre coronavirus. “Este aviso dirigirá a los oyentes a nuestro centro dedicado a COVID-19, un recurso que proporciona un fácil acceso a hechos basados en datos, información actualizada compartida por científicos, médicos, académicos y autoridades de salud pública de todo el mundo, así como enlaces a fuentes de confianza”, señala Ek, quien asegura que el “esfuerzo para combatir la desinformación” se extenderá a los diferentes países durante los próximos días.
La plataforma probará además “formas de destacar nuestras normas” en las herramientas para creadores y editores. ¿El objetivo? “Concienciar sobre lo que es aceptable y ayudarles a entender su responsabilidad por el contenido que publican”, detalla. Aunque el comunicado no lo nombra ni hace la menor referencia a la polémica de los últimos días, el comentario está muy relacionado con el detonante que desató las críticas de Young y Mitchell. Ambos decidieron retirar sus temas de Spotify tras denunciar que este sirva de altavoz al podcast de Joe Rogan, un cómico, presentador y sobre todo polemista, creador del podcast 'The Joe Rogan Experience', escéptico con los temas relacionados con el COVID-19 y discutido por sus comentarios sobre las vacunas.
Quizás en un intento por corregir la falta de “transparencia” que reconoce Ek, Spotify ha decidido publicar sus normas, pautas que, asegura, “se actualizan regularmente para reflejar el cambiante panorama de la seguridad”. ¿Qué dicen las reglas? De entrada dejan claro que aunque la plataforma da cabida a contenido que “puede no ser del agrado” de todos, "eso no significa que todo valga".
Bajando más al detalle, la compañía concreta una serie de contenidos a los que saca la tarjeta roja. "Ya sea músico, podcaster u otro colaborador, es importante saber qué no está permitido en nuestra plataforma", recoge el comunicado, que precisa, en cualquier caso, que los ejemplos que aporta "tienen fines ilustrativos y no son exhaustivos". ¿Qué incluye? Pues cuatro grandes categorías: “peligroso”, “engañoso”, “sensible” e “ilegal”. En cada una de ellas, la empresa da una orientación a los creadores sobre qué deben "evitar". En el primer caso apunta, por ejemplo, a material que “glorifica el daño físico grave hacia un grupo o individuo” o aquel que “incite a la violencia o el odio por motivos” como la raza, la religión, el sexo, o la orientación sexual, entre otras causas.
En la misma categoría los responsables de Spotify incluyen “los contenidos que promueven información médica falsa o peligrosa que pueden causar daño offline o que suponen una amenaza directa para la salud pública”. A modo de ejemplo, cita el caso de afirmaciones que sostengan que el SIDA, el COVID-19 o el cáncer “son un engaño o no son reales”, “promover o sugerir que las vacunas aprobadas por las autoridades sanitarias locales están diseñadas para causar la muerte” o incluso alentar infecciones deliberadas de coronavirus para desarrollar inmunidad.
La misma consideración se da a piezas en las que se incluyan suplantaciones realizadas con el propósito de engañar, manipulaciones o que intentan interferir en procesos electorales. También el que muestre representaciones gratuitas de violencia, que promueva el maltrato a anumales, material sexualmente explícito o, en general, cualquier contenido que viole las leyes.
¿Y qué sucede con quienes rompen las reglas? “El incumplimiento de las normas puede dar lugar a que el contenido infractor sea eliminado de Spotify. Las infracciones repetidas o atroces pueden dar lugar a la suspensión y/o cancelación de las cuentas”, explica la compañía antes de avanzar que seguirá “evaluando y actualizando la información según sea necesario”.
La decisión de Spotify llega en un momento delicado para la compañía, que a lo largo de los últimos días, tras la polémica surgida con Young, ha visto cómo sus acciones bajaban de forma considerable. El sábado se habían desplomado de hecho un 12%. La pérdida después de que Young decidiese retirarse de la plataforma por permitir la difusión de "información falsa sobre vacunas" al acoger el contenido de Rogan. El fin de semana el músico fue incluso más allá y publicó una carta en su web oficial en la que carga contra la calidad de Spotify. "Te vende música degradada", censura, y anima a los usuarios a pasarse a plataformas de la competencia que, asegura, ofrece mejor calidad.
Imagen https | NRK P3
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