Parece claro que el secreto de los coches eléctricos está en sus baterías. Con secreto me refiero a que es la parte vital del conjunto, lo que más cuesta crear, y es el elemento que mejor atado tienen que tener los fabricantes si quieren ser rentables en la próxima década. BMW intuye un camino complicado hasta llegar a ser competitivos, os lo contamos en este artículo.
Si nos vamos a analizar a la empresa más adelantada en estos temas, se puede incluso defender la idea de que a Tesla le interesa mucho más crear ‘Gigafactorías’ que vender coches, con lo primero podrán convertirse en un suministrador de componentes para el resto de fabricantes - de coches y otros usos -, y eso es un negocio con bastante futuro, quizá más que crear vehículos eléctricos.
Podemos decir que creando baterías habrá menos competencia que creando coches. La realidad es que no hay tantos fabricantes de baterías a gran escala como parece: los coreanos Samsung y LG podríamos decir que son los más interesados en seguir este camino que marca Tesla Motors junto a Panasonic.
En los últimos meses hemos estado viendo que los fabricantes tradicionales de coches también quieren invertir en este tipo de fábricas, pero no terminamos de ver movimientos efectivos. Mientras se deciden, Tesla gana en desarrollo, plantas, y lo más importante, costes.
El coste de las baterías, un dolor en las cuentas
Vamos con el caso que nos cuenta BMW, al que se le da visibilidad en Bloomberg. La marca alemana considera que vamos a tardar unos siete años en doblar la autonomía que tiene un coche eléctrico hoy en día, conservando el tamaño y peso de las unidades actuales, al mismo tiempo que se mantiene el coste de crearlas.
Las declaraciones las hace Stefan Juraschek, que es el jefe del departamento de producción de motores eléctricos de BMW, como argumento de que a los fabricantes les va a costar ganar dinero con estos coches eléctricos, y de alguna forma está diciendo que van a pasar unos años complicados. Al menos aquellos que apuesten fuerte por el cambio, como es su caso.
Actualmente hay coches eléctricos interesantes y se están presentando algunos que mejoran de forma importante la autonomía, pero en líneas generales sigue siendo baja y hay que pagar bastante por ellos: no se consiguen cifras atractivas para el gran público. Sí, hay gente interesada, que el coche eléctrico tal y como está les vale, y tienen como prioridad realizar el cambio, pero el mercado es mucho más grande que este grupo.
Estamos aprendiendo y reconociendo que la gente no está preparada para pagar un precio más alto por un coche eléctrico. No encontramos un elemento disruptivo que pueda impulsar las ventas rápidamente en los próximos cinco años, Friedrich Eichiner, director financiero de BMW
Ford también lo ve complicado
En Ford también andan algo desconfiados con el cambio, y se basan en cuotas de mercado para demostrar que el interés no es tan grande como parece: en Estados Unidos, en 2008, había 12 modelos disponibles y se conseguía una cuota del 2,3%. Si nos vamos a 2016, la oferta de vehículos eléctricos ha crecido a 55 modelos, pero la cuota ha subido ligeramente hasta un 2,8%.
No nos engañemos, que las marcas consideren el cambio como complicado no tiene nada que ver con su implicación. La que menos está transformando vehículos actuales en eléctricos - caso de Ford -, y otras están gestando departamentos especializados - Toyota - y vehículos desde cero - Mercedes, Opel, Renault o Volkswagen -.
BMW está en los dos casos, lo mismo transforma vehículos como los Mini o los X3, que mantiene una línea completamente eléctrica, encabezada por los BMW i3, que se renuevan el año que viene. Por no hablar de las diferentes iniciativas de redes de carga que están montando en Europa.
Otra cuestión es ver cómo se las ingenian para sacar el mismo dinero del mantenimiento de los vehículos eléctricos, sobre el papel mucho más sencillos y asequibles de tener al día. Esto huele a que harán falta menos mecánicos en un futuro a medio plazo.
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