Microsoft Surface Keyboard y Surface Mouse, análisis: menos no siempre es más

La llegada del sorprendente Microsoft Surface Studio destacaba por el mecanismo de abatimiento de la pantalla de este equipo Todo-en-Uno de Microsoft, pero había un detalle que muchos no detectaron: con el equipo también debutaban un nuevo teclado y ratón de este fabricante.

Se trata de los nuevos Surface Keyboard y Surface Mouse, dos periféricos que ahora están disponibles tanto en Estados Unidos como en otras regiones y que nosotros hemos probado en su versión con mapa de teclado español. Su diseño minimalista es sin duda llamativo, pero hay más sombras que luces en estas soluciones hardware de Microsoft.

Compactos, delgados y ligeros, ¿quizás demasiado?

Los usuarios de los equipos de Apple han disfrutado desde hace años de los Apple Keyboard, los teclados que con su formato extraplano y su distribución de teclas chiclet han sido también adoptados sobre todo en equipos portátiles en los que este tipo de teclados de perfil bajo son la norma ya que entre otras cosas ahorran espacio y permiten mantener el grosor a raya.

Microsoft ya había creado soluciones en esta línea, pero el Surface Keyboard es perfecto si querías tener el Apple Keyboard en versión Windows. El concepto es idéntico, con un formato ultradelgado, un diseño elegante y minimalista y una distribución y formato de teclas que son más propias de un portátil que de un teclado de sobremesa.

Eso se agradece si te sientes cómodo con un teclado de perfil bajo como este, y desde luego la inclusión del teclado numérico y el tamaño y separación de las teclas hace que la experiencia de escritura sea notable. Tanto el tacto como el recorrido de las teclas es también muy acertado... si buscas la experiencia de un teclado de portátil en uno de sobremesa.

En ese diseño hay algunas notas destacadas, como la presencia del soporte inferior que cuenta con un botón para gestionar la conexión Bluetooth y que además esconde el hueco para las dos pilas AAA (incluidas) que se necesitan para funcionar. Ese hueco, por cierto, está protegido por una tapa que es magnética en lugar de usar topes plásticos. El resultado es elegante, funcional y muy llamativo, y demuestra la atención al detalle (o a parte de ellos) de Microsoft.

El ratón Surface Mouse es igualmente minimalista, y su tacto es satinado, muy suave y elegante. El perfil bajo es también protagonista: es un ratón bastante plano, con una curva no especialmente pronunciada en la parte superior y una clara división de los dos botones, que flanquean una rueda/botón central con un buen desplazamiento y tacto. En la parte baja contamos con una tapa para las dos pilas AAA (también incluidas) que al igual que en el teclado se mantiene en su sitio gracias a una ingeniosa combinación de imanes.

Ese ratón es no obstante algo pequeño, sobre todo para los que tenemos manos grandes. De nuevo nos quedamos con esa sensación de que estos periféricos no están hechos para un ordenador de sobremesa —y deberían estarlo ya que fueron creados para el Surface Studio— sino para un portátil.

Es cierto que eso facilita poder llevarlos con nosotros de viaje, pero esa delgadez contrasta con el hecho de que el teclado incluye el teclado numérico —que es bienvenido, desde luego—, lo que contradice esa "sensación portátil" de la que hablábamos. Microsoft no parece aclararse, y creemos que un Surface Mouse más voluminoso hubiera resultado más acertado dada su teórica orientación al escritorio.

Así es trabajar con el Surface Keyboard y el Surface Mouse de Microsoft

La tecnología Bluetooth que gobierna a estos dispositivos hace que la conexión a un portátil o sobremesa que disponga de soporte Bluetooth sea sencilla y rápida. El funcionamiento ha sido correcto en nuestras pruebas con Windows 10, pero estos periféricos son también compatibles con equipos basados en macOS y con dispositivos móviles Android e iOS.

La velocidad de escritura que es posible alcanzar con el Surface Keyboard es desde luego elevada: en mis pruebas con el teclado que uso habitualmente (un Logitech K800) prácticamente llegaba a las mismas palabras por minuto en ambos (95-92 en las pruebas), y la sensación es en todo momento la que comentábamos: parece que uno estuviera escribiendo con el teclado de su portátil en lugar de con un teclado de sobremesa.

En este teclado, no obstante, hay algunas limitaciones destacables. La más relevante sea probablemente la de que no es retroiluminado, además de contar con una disposición curiosa en la que la tecla Windows está tanto a la izquierda de la barra espaciadora como a su derecha.

Los accesos directos a Cortana, a la Configuración o a las ventanas abiertas son interesantes, pero sería deseable contar con una utilidad con la que personalizar algunos de esos accesos directos, algo que uno podría esperar en un teclado con un precio de 110 euros.

En él encontramos además una tecla de función llamativa: además de permitir que la utilidad de las teclas de función se doble con esa tecla-interruptor y podamos controlar la reproducción multimedia, el brillo o el volumen. En dicha tecla como decimos el comportamiento es el de un interruptor con su propio indicador LED, como el de bloqueo de mayúsculas. Si la "bloqueamos" las teclas F1-F12 actúan como tal sin necesidad de pulsar la tecla Fn, mientras que si la desbloqueamos, lo que se activa en esas teclas es el acceso directo, sea cual sea éste.

En ambos periféricos también echamos de menos el que dispongan de una batería recargable y que además se puedan recargar mediante una conexión de cable, algo que otros teclados y ratones inalámbricos ofrecen y que nos parece una ausencia importante de productos con este alto coste.

Es también llamativo el hecho de que no contemos con una utilidad software que permite configurar algunos de los parámetros del ratón y el teclado. Aunque la Configuración de Windows es una alternativa aceptable, la citada ausencia de una opción de configurar accesos directos es llamativa, como también lo es el hecho de que no podamos configurar la rueda del ratón para que funcione de forma "natural". Para invertir ese comportamiento tendremos que acceder al registro de Windows.

Surface Keyboard y Surface Mouse, la opinión de Xataka

Estamos por tanto ante dos periféricos que tienen una orientación clara: la de servir para entornos en los que lo importante es producir contenidos de texto. Escribir con el Surface Keyboard resulta fácil y cómodo si a uno le gustan los teclados de perfil bajo (es mi caso), pero el formato del ratón no acompaña tanto como esperaríamos.

¿Se puede jugar con este teclado? Desde luego: nosotros hicimos pruebas con juegos FPS como el Battlefield 1, y aunque es evidente que no es un teclado de gaming, aquellos usuarios que quieran jugar ocasionalmente no tendrán mayor problema con él. Los tiempos de respuesta son perfectos, y de hecho no notamos diferencias con un teclado conectado por cable o con otras tecnologías inalámbricas.

A pesar de ese buen comportamiento en redacción de textos y sesiones de trabajo normales, es difícil recomendar el teclado con garantías. Ausencias como la de las baterías recargables o la retroiluminación se unen a la falta de un software para personalizar el comportamiento de unos periféricos que no son nada baratos: Microsoft pide 109,99 euros por el Surface Keyboard y 54,99 euros por el Surface Mouse. Salvo que este formato sea perfecto para ti, creemos que hay alternativas más interesantes y competitivas en precio/prestaciones.

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Microsoft. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.

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