China lleva años aprovechando los chips más avanzados de ARM para sus servidores. Eso se ha acabado

China lleva años aprovechando los chips más avanzados de ARM para sus servidores. Eso se ha acabado
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La guerra comercial entre Estados Unidos y China ya tuvo fuertes implicaciones en el sector tecnológico cuando Google vetó a Huawei. Aquella prohibición afectaba al software, pero la nueva batalla está en el hardware y ya tenemos una primera víctima: China.

Acuerdo de Wassenaar. El 12 de julio de 1996, 42 naciones —entre ellas EEUU, Reino Unido, India y los países de la UE—  firmaron en la ciudad holandesa de Wassenaar un acuerdo conjunto. El objetivo: controlar las exportaciones de armas convencionales y bienes y tecnologías de doble uso.

En la última reunión plenaria se tomaron nuevas decisiones en cuanto a control de exportaciones y las llamadas "Listas de Control". Una de ellas afectaba a "ciertos tipos de láser", u otra a "ordenadores de alto rendimiento". O lo que es lo mismo: chips.

Litografía. Hace dos días hablábamos de cómo una de las claves de la capacidad china para fabricar chips está en la tecnología litográfica. Puede que el gigante asiático sea el mayor fabricante de chips a nivel mundial, pero para producir esos chips necesita máquinas y tecnología que solo se encuentra en Holanda y Japón. Ambas limitarán las exportaciones a China de equipos fotolitográficos necesarios para producir chips.

ARM. Como indican en Financial Times, el otro gran impacto inicial está en ARM, que no venderá sus nuevos Neoverse V a China "porque el rendimiento era muy alto", según fuentes cercanas a las negociaciones. En ARM no han especificado qué diseños y productos se ven afectados por el bloqueo impuesto por EEUU, y según The Register es su comunicado oficial:

Como empresa global, Arm se compromete a cumplir todas las leyes y normativas de exportación aplicables en las jurisdicciones en las que opera. Para Alibaba y otros socios chinos, contamos con un proceso para ofrecer soluciones optimizadas que satisfagan sus requisitos de rendimiento y cumplan plenamente con los últimos controles de exportación.

Alibaba. La gran afectada es Alibaba, al menos en principio, es esta empresa que hasta ahora usaba chips basados en diseños de ARM en su Alibaba Cloud. Esos chips estaban fabricados por T-Head Semiconductor, una subsidiaria que ahora se queda sin capacidad para acceder a los últimos diseños de la empresa británica.

Compite si puedes. Sin esos diseños, China pierde la capacidad de competir en igualdad de condiciones con otras empresas occidentales. Alibaba, por ejemplo, no tendrá acceso a esos chips de ARM que ya están aprovechándose tanto en las infraestructuras en la nube de Amazon —que usa los Neoverse V1 en los Graviton2 y en los recientes Graviton3— como en las de Google.

RISC-V. Empresas chinas como Tencent o la propia Alibaba llevan tiempo tratando de mover ficha y buscar alternativas. Una de las más llamativas es el diseño y desarrollo de chips RISC-V, que al ser Open Source no están sujetos a controles de exportación y que cualquiera puede aprovechar para tratar de fabricar chips.

El problema: hoy por hoy están muy por detrás en cuanto a prestaciones y rendimiento. Europa, por cierto, también investiga por su cuenta y hay cierto optimismo respecto al futuro de estos chips, aunque habrá que ser (muy) pacientes. Incluso Intel le ha visto las orejas al lobo.

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