Seamos sinceros, levanten la mano aquellos que leyeron los 'Términos y Condiciones' de los servicios que usan actualmente, ok, ya la pueden bajar. Es una realidad que pocas, o casi ninguna, persona lee los términos y condiciones, sí, nos referimos a ese documento con miles de palabras que debemos aceptar para usar cualquier servicio en línea o software. Esto representa un riesgo que pocos se han detenido a analizar, ya que hasta el momento no ha pasado a mayores, pero el riesgo está ahí.
Hace unos días poco más de 22.000 personas aceptaron (sin saberlo) una cláusula que los obligaba a ofrecer 1.000 horas de servicio comunitario a cambio de tener WiFi gratis. Esto como parte de un experimento que buscaba mostrar "la falta de conciencia del consumidor" al momento de aceptar servicios que aparentemente son gratuitos.
Nada es gratis en este mundo
El experimento fue idea de Purple, una compañía británica que se encarga de ofrecer servicios de WiFi gratuito a lugares como Legoland y restaurantes como Outback Steakhouse y Pizza Express. La compañía decidió añadir una cláusula "de prueba" que obligaba a todos aquellos que aceptaran tener WiFi a brindar trabajo comunitario.
En dicha cláusula se especificaba que el usuario podría ser requerido para la limpieza de desechos animales en parques, dar abrazos a perros y gatos callejeros, la limpieza de baños portátiles en festivales y eventos locales, pintar conchas de caracol para alegrarles la vida, así como destapar alcantarillas de forma manual.
En dichos términos y condiciones, Purple también ofrecía una recompensa a quienes lograrán encontrar la cláusula, pero durante las dos semanas que se mantuvo activa sólo una persona fue capaz de descubrirla.
Gavin Wheeldon, CEO de Purple, mencionó:
"Los usuarios de WiFi necesitan leer los términos cuando se registran para acceder a una red pública. ¿Qué están aceptando, qué datos están compartiendo, y qué licencia le están otorgando a los proveedores? Nuestro experimento muestra que es demasiado fácil dar clic en aceptar y creemos que dar este consentimiento es algo injusto."
Por otro lado, Purple también busca reflejar la falta de regulación que existe en la redacción de los términos y condiciones, los cuales han llegado a superar las 200.000 palabras, algo absurdo e imposible de leer. Aquí las compañías se aprovechan de este vacío legal para meter todo lo que se les ocurra con tal de sacar ventaja del usuario, ya que saben que pocos, o nadie, se atreverá a leer esos términos llenos de conceptos abstractos y difíciles de entender.
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