Que salgas a correr un rato por tu barrio y registres el recorrido con aplicaciones de fitness como Strava no tiene nada de particular. La cosa, eso sí, se complica cuando quienes registran el recorrido son militares en sus bases secretas.
Eso es lo que ha pasado con la publicación de los llamados "mapas de calor" (heat maps) por parte de Strava, en los que se muestra la actividad combinada de todos los usuarios en distintas partes del mundo. Entre todos esos recorridos anónimos se han descubierto bases militares o centrales nucleares en las que ese mapa permite conocer la actividad interna de la base. Espionaje militar gratuito, señores.
Bases militares al descubierto
La "red social de los atletas", como los responsables de Strava definen su aplicación, se ha convertido así en una amenaza para los Departamentos de Defensa de diversos gobiernos del planeta.
En esos mapas de calor ha sido posible detectar la actividad en bases militares y otros emplazamientos especialmente sensibles que podrían convertirse en objetivos militares. Como indicaba el usuario @DragonLadyU2 en Twitter, esa información afecta a todo tipo de bases militares, incluidas bases españolas como la de Viator de la Legión que está censurada en Google Maps pero que aparece con cientos de recorridos en Strava.
El pasado fin de semana muchos usuarios comenzaron a rebuscar en esos mapas de calor para demostrar cómo esta información podía acabar siendo especialmente delicada, y se detectaron numerosos casos que hicieron saltar las alarmas. Está por ejemplo el descubrimiento del cuartel general de Taiwán desde el que se gestionan sus misiles de crucero, con los que sería posible atacar a la China continental a través del Estrecho de Taiwán.
En diversos hilos de Twitter es posible comprobar cómo se mueven los militares en diversas bases militares por todo el mundo, algo que permitiría determinar puestos de guardia, de reabastecimiento o los recorridos de las patrullas al reconocer el terreno.
Strava aclara que la responsabilidad es de los usuarios, no suya
Esa información pública que Strava recolecta y que luego comparte públicamente puede ir más allá, y como indicaba otro usuario en Twitter, es posible analizar segmentos específicos de información para encontrar la gente que recorrió cierta ruta para obtener de forma fácil una lista de esos usuarios (con sus nombres de usuario en la aplicación).
Los responsables de Strava disponen desde hace tiempo de un documento oficial al que enlazan para aclarar la polémica, y allí explican que son los usuarios los que deben marcar actividades como privadas para que éstas sean excluidas de estos mapas de calor.
En la explicación técnica de cómo funcionan estos mapas de calor también incidían en ese punto ("las actividades privadas se excluyen directamente") pero no parece que al menos de momento hayan tomado medidas para ocultar esa información tan delicada de esos mapas de calor, que siguen disponibles en esa web oficial.
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