Sam Altman es el nuevo hombre de moda en Silicon Valley. Es conocido por ser el creador de ChatGPT, pero sus proyectos van mucho más allá. Uno de ellos es Worldcoin, una empresa cripto que tiene como objetivo distribuir tokens simplemente por el hecho de ser una persona. De tener éxito estaríamos ante una especie de renta básica universal para todo el mundo. Claro está, todo tiene un precio.
Dame tu iris a cambio de recibir tokens. Worldcoin quiere convertirse en la red de finanzas más grande del mundo. Un sistema descentralizado completo donde cada persona recibe tokens solo por el hecho de confirmar de que se trata de una persona única.
¿Y cómo se comprueba esto? Con un identificador único biométrico. En este caso un escáner de nuestra iris. Para poder participar en este ecosistema, el usuario debe escanear su iris a través de uno de los múltiples puntos que la compañía tiene repartido por el mundo.
Va muy en serio. Worldcoin acaba de recibir una nueva ronda C de financiación de 115 millones de dólares. Pese a que está en beta y el token todavía no está disponible para los usuarios de Estados Unidos, la compañía de Sam Altman ya ha conseguido reunir una buena cantidad de dinero y cuenta con casi dos millones de usuarios. Dos millones de personas que han registrado su iris bajo la promesa de recibir unos tokens que en el futuro podrían suponer una ayuda económica.
Digno de una "pesadilla orwelliana distópica". Como era de esperar, Worldcoin ha sido criticado por sus riesgos a la privacidad. Escanear la retina de millones de personas es un proceso muy invasivo y aunque desde WorldID aseguran que estos escaneos se destruyen una vez procesados, no es suficiente para convencer a personas como Edward Snowden, que se ha mostrado públicamente escéptico.
Curiosamente, esta misma percepción distópica ha sido utilizada por sus propios defensores. Es el caso de Spencer Bogart, uno de los inversores en Worldcoin, que explica que "pensaba que Worldcoin era una pesadilla orwelliana distópica", pero tras pasar "cientos de horas evaluando lo que realmente habían construido, cambié completamente de opinión".
La manera de diferenciar a los humanos de los bots. La idea de fondo de Worldcoin está ligada a OpenAI. “Más del 50% de la población mundial carece de una identidad humana verificable. En la era de la IA donde la línea entre lo que es real y lo que no es bastante difusa, esta prueba cobra aún más importancia", explican desde la compañía.
WorldID quiere convertirse en un método de identificación digital suficiente válida para ser usada para enviar dinero a cualquier lugar, poder votar o identificarse ante la Administración Pública. Una batalla, la de la identificación, que está siendo muy recurrente.
El Orbe. Es el ojo que todo lo ve. La pieza de hardware construida específicamente por Tools for Humanity, la empresa detrás de Worldcoin, para poder escanear el iris de todos los interesados.
La compañía de Sam Altman mantiene puestos de registro en los países donde está disponible. Cuando el usuario se acerca al stand, lo que debe hacer es ponerse delante del orbe.
Estos orbes han ido moviéndose de localización, entre ellos España. Hasta el mes de julio estarán en Berlín, Dubái, Londres, México, Nueva York, Miami, San Francisco y Tokio.
Transparencia en el hardware para generar confianza. El proceso de escanear el iris es el más delicado de todo el proceso. Aquí la compañía ha ido dando información sobre todos los elementos del Orbe. Es posible descargar los archivos de diseño y se conocen todos los elementos internos, desde la batería hasta el sistema de enfriamiento, pasando por el gimbal de la cámara principal, el chipset Nvidia Jetson Xavier NX, las antenas y los distintos espejos.
La promesa de privacidad. La política de privacidad de Worldcoin es un punto donde se nota que han puesto atención. Por ejemplo la compañía promete que las imágenes del Orbe se "eliminan rápidamente a menos que la persona que se registre lo solicite explícitamente".
Por defecto, el único dato personal que se envía del Orbe es un mensaje que contiene una representación numérica de las características más importantes de la imagen, el código del iris, para validar la unicidad. Es a través de estos datos donde la compañía valida el escaneo.
World ID promete que está diseñado con pruebas de conocimiento cero (ZKP) que permiten compartir información pero sin revelar datos personales adicionales. Un diseño, Semaphore, basado en Ethereum que está disponible de manera abierta.
Todo para convencernos de utilizar su wallet. Todo este proceso acaba en el uso de World App, la aplicación creada para acceder a la identidad y desde donde gestionar los tokens que nos dan. 20 tokens, de los 10.000 millones que habrá disponibles.
La aplicación está disponible para Android e iOS y además de Worldcoin, también sirve para gestionar Bitcoin, Ethereum y otras stablecoins.
Sam Altman ha demostrado tener buena intuición para las tendencias que marcan el terreno de la tecnología. Además de la inteligencia artificial, parece que conseguir los datos biométricos de todo el mundo está entre sus objetivos.
Imagen | Worldcoin | Steve Jennings/Getty Images for TechCrunch
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