La compañía Good Rebels va a realizar un piloto, desde julio hasta finales de septiembre, en la que no solo implantará un semana laboral de cuatro días, sino en la que los días de trabajo serán de lunes a jueves y los viernes serán jornadas libres para los empleados.
En España hay otras empresas que han implantado la jornada laboral de cuatro días, pero mantienen la oficina abierta cinco días: quienes están en contacto con el cliente suelen tener jornadas rotatorias. Pero Good Rebels apuesta porque sean los viernes los días que se sumen al fin de semana.
Una pequeña excepción
La compañía cuenta con unos 140 empleados repartidos ente Madrid, Barcelona, México y Brighton (Reino Unido). La mayoría (unos 110) están en España.
De ellos, algunas personas no podrán acogerse a este experimento. Según los cálculos de la empresa, unas cuatro o cinco personas por tener contratos con clientes en los que está firmado la dedicación de 40 horas semanales. Otro 10% también tendrá que acogerse a turnos rotatorios para prestar estos servicios contratados por los clientes. “Los clientes mandan y no podemos poner en riesgo nuestra fuente de ingresos”, reconoce Fernando Polo, CEO de la compañía.
Sin embargo, asegura que esta situación no es muy diferente a la que tienen ahora. “En algunos casos, tenemos que establecer turnos de trabajo y guardias entre empleados para poder dar servicio. Por ejemplo, para cubrir la actividad en redes sociales de determinadas cuentas”, explica. Por eso, cree que esta jornada de lunes a jueves solo va a “requerir más colaboración, entre empleados y con los clientes, porque los viernes no vamos a trabajar y ellos sí”.
Algunas dudas
Fernando Polo asegura que llevan dos años planeando la idea de poner en marcha este proyecto piloto de semana laboral de cuatro días pero reconoce que “el momento más duro” ha sido comunicarlo a los clientes.
“Suelen ser empresas grandes y los interlocutores suelen ser directores de marketing. Su primea reacción es darnos la enhorabuena por avanzar en esa dirección, pero también han expresado sus dudas sobre qué hacemos si nos necesitan el viernes”, detalla.
De hecho, reconoce que puede haber clientes que no hayan manifestado públicamente sus reticencias. “Yo mismo era excéptico sobre la semana laboral de cuatro días”, asegura, añadiendo que la situación vivida con el Covid ha marcado un antes y un después. “Al tener que trabajar de forma remota, se ha favorecido el echar por tierra cuestiones como el presencialismo e, incluso, la valoración de contratos por hora/persona. Hemos descubierto la productividad”, explica.
En cuanto a los empleados, el CEO reconoce que también se han producido muchos debates sobre si trabajar menos días o no. “Hay gente que tiene miedo de trabajar más de lunes a jueves y tener que seguir trabajando los viernes”, señala. Por eso, asegura que la compañía no solo va a monitorizar los comentarios de los clientes sobre esta nueva semana laboral, sino también la de los empleados.
Cuestiones legales
Este piloto tiene tres meses de duración, aunque Polo se muestra confiado en que pueda ampliarse hasta finales de diciembre.
El salario de todos los empleados se mantiene, pero si el experimento se mantiene la compañía tendrá que introducir algunas cláusulas en los contratos, alegando motivos de productividad, para poder mantener la jornada dentro de los requisitos legales.
De hecho, uno de los grandes escollos para que todos los empleados puedan acogerse a esta semana de cuatro días está en aquellos contratos con clientes en los que hay firmados 40 horas de dedicación semanal. “No lo podemos tocar, pero tampoco podemos hacer que la gente trabaje 10 horas al día”, sentencia el CEO de Good Rebels.
Polo se muestra, eso sí, confiado en que los clientes no se muestren tan estrictos, después de que el Covid haya demostrado que “reciben el mismo servicio pero rompiendo conceptos como la presencialidad”.
Sin cambio de rutinas
En un informe sobre las repercusiones de la semana laboral de cuatro días implantada en Islandia, se asegura que al reducir los días laborales muchos empleados, casi de forma natural, establecieron nuevas rutinas, como acortar el tiempo dedicado a las reuniones o las pausas.
Hemos preguntado a Fernando Polo si para organizar el trabajo van a cambiar algunas de estas rutinas en su empresa y asegura que no. “Siempre hemos dejado que los equipos de trabajo se organicen entre ellos, incluso para las vacaciones o los días libres”, explica. Lo único que se tiene previsto es crear un grupo en el que comunicar las buenas prácticas que han funcionado en algunos equipos para que otros puedan implantarlas.
Además, Polo se muestra escéptico con estos consejos sobre productividad laboral. “En todas las empresas se habla de que somos pocos productivos y en muchas se implantan rutinas y pautas, pero pocas veces funciona. Aunque quieras ser más productivo. Fallas porque es una cuestión cultural”, reflexiona.
¿Objetivo? Implantar el 4:3
Good Rebels pone en marcha esta prueba de tres meses incluyendo el mes de septiembre porque, según Polo, es un mes muy intensivo en trabajo para la compañía, lo que ayudará a comprobar si realmente se puede ser una empresa de servicio manteniendo los viernes no laborales.
"El riesgo es que no seamos capaces de evolucionar con un porcentaje alto de clientes que entiendan que solo cambia la jornada laboral", expresa. "El riesgo es perder pocos clientes pero ruidosos que desmoronen todo el proyecto y que no podamos implantar esta semana de cuatro días".
Fernando Polo se muestra convencido de que la prueba se prolongará hasta diciembre y su gran objetivo es llegar a consolidarla como una semana laboral de cuatro días hábiles y tres festivos. “Mucho de nuestro trabajo son ideas creativas. Si estás descansado y motivado, estás mejor y rindes más. Nuestro trabajo no tiene que ver con las horas sino con la creatividad. Nuestros clientes no se van a ver afectados porque nos pagan por resultados”, subraya.
Cree, además, que esta semana 4:3 debería ser algo normal en toda la sociedad, y no solo entre los trabajadores del conocimiento y está convencido de que la productividad se va a mantener o incluso a aumentar.
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