Dropbox se las prometía muy felices alquilando las oficinas que ya no usa por el teletrabajo pero se ha encontrado que ahora valen 400 millones menos que antes de la pandemia

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Hemos pasado de las oficinas coloridas con comedor, futbolín y sala de relajación a trabajar desde casa. Algo que está empezando a tener sus primeras repercusiones, también económicas, en las empresas.

En sus últimos resultados financieros, Dropbox imputa un "deterioro" de sus cuentas relacionado con activos inmobiliarios de 398,2 millones de dólares.  Este impacto está relacionado con la decisión de que sus empleados trabajasen siempre desde sus casas y que solo fueran a sus oficinas en casos excepcionales.

Estrategia Virtual First

Este impacto económico se inscribe dentro de su política de “Virtual First”. Anunciada el pasado mes de octubre, la compañía cambiaba su política laboral y comunicaba que los empleados solo debían acudir a las oficinas cuando fuera estrictamente necesario.

En ese momento, Dropbox explicó que decidió no apostar por los modelos de trabajo híbridos (en los que los empleados pueden elegir trabajar desde casa o en la oficina), al considerar que se podrían crear experiencias diferentes para los empleados y, en última instancia, generar "barreras a la inclusión" y desigualdades profesionales.

De esta forma, la compañía pasaría a usar solo una pequeña parte de su espacio de oficinas para facilitar y permitir colaboraciones presenciales ocasionales. Como resultado, Dropbox pasó a subarrendar el resto de su espacio.

Dropbox tiene oficinas en San Francisco, Seattle, Austin e Irlanda y asegura que debe imputar en sus resultados del cuarto trimestre unas pérdidas por este deterioro de 398,2 millones de dólares.

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Posibles impactos en Europa

"Reevaluamos nuestros activos inmobiliarios y calculamos el valor del espacio de oficinas a subarrendar según las condiciones actuales del mercado", explica Dropbox. Además, la compañía avisa que, especialmente en Europa, se pueden seguir produciendo cargos adicionales relacionados con ciertos arrendamientos europeos durante los próximos doce meses. Unas partidas que podrían oscilar, según sus cálculos, entre 0 y 50 millones de dólares “dependiendo del mercado actual y las condiciones económicas”.

Cabe señalar que, en el primer trimestre de ese mismo año fiscal, la compañía lograba, por primera vez desde su salida a bolsa, beneficios. Tras el impacto de la Covid-19 y la popularización del teletrabajo, la compañía logró mejores resultados en el segundo y tercer trimestre.

Como parte de esta nueva política laboral, la compañía no descartaba abrir pequeños espacios de trabajo en aquellos lugares en los que se puedan reunir varios de sus empleados, en lugar de tener que acudir obligatoriamente a las ciudades en las que la compañía tiene oficinas.

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