La última canción de Drake & The Weeknd, 'Heart on My Sleeve", ha sido un exitazo. 625.000 reproducciones en Spotify, 275.000 visitas en YouTube y lo mejor de todo, 15 millones de reproducciones en TikTok y más de 20 millones en Twitter. El problema es que la canción era falsa: un usuario llamado Songwriter977 la creó mediante inteligencia artificial, y como indican en Axios eso ha generado una situación rocambolesca que quizás sea otra cosa. Como un anticipo de lo que está por llegar.
La han tumbado. En Universal Music Group (UMG) no se andan con chiquitas. En cuanto detectaron lo que estaba pasando, comenzaron a enviar cartas de "Cease & Desist" con amenazas legales para que los servicios que la albergaban dejaran de hacerlo. En TikTok por ejemplo han desaparecido los más de 1.000 resultados que encontramos hace unos días. Lo mismo ha ocurrido en servicios que habían ofrecido también el tema, como Apple Music, Deezer, Tidal, o también Spotify y YouTube. Algunas versiones, eso sí, siguen estando disponibles.
¿Contenido ilegal? Lo es al menos UMG, cuyos responsables explicaron en un comunicado público que "entrenar a la inteligencia artificial generativa usando la música de nuestros artistas representa tanto una ruptura de nuestros acuerdos como una violación de la ley de los derechos de autor". Añadió además que plataformas como Spotify o YouTube "tienen una responsabilidad legal y ética para evitar el uso de sus servicios de forma que perjudiquen a los artistas".
No está claro que haya violación del copyright. Lo cierto es que esto no es una copia indiscriminada de una canción, sino más bien una obra derivada que, eso sí, replica las voces de dos artistas. Sus canciones están protegidas por los derechos de autor, pero ¿sus voces?
Escribe un poema como Shakespeare, canta como Drake. La cuestión es que estas IAs generativas son capaces de imitar la forma de escribir, pintar o cantar de todo tipo de personas y artistas famosos. Hasta ahora no había habido problemas especiales con ChatGPT cuando le decíamos que nos escribiese un poema como Shakespeare o que Midjourney nos crease una imagen al estilo de Picasso. ¿Qué ocurre con artistas vivos o cuyos derechos de autor siguen en vigor? Buena pregunta.
El entrenamiento es el problema. El debate de hecho está ahora en cómo entrenan las empresas esos modelos de IA. Lo hacen usando de forma indiscriminada y sin permiso obras protegidas por derechos de autor y con conjuntos de datos —textos, imágenes, código— que son públicos pero a los que sus creadores quizás no querrían dar acceso para este propósito.
¿El inicio de la música in vitro? Lo cierto es que lo que ha ocurrido con la falsa canción de Drake y The Weeknd puede ser tan solo el comienzo de una verdadera revolución en el mundo de la música. Una en la que, por qué no, la propia industria acabe usando IAs generativas y las voces de sus artistas para que estos ni siquiera tengan que grabarla. Con entrenar sus modelos con esas voces, tendrían acceso a una especie de música in vitro creada en una probeta llamada IA generativa.
El próximo temazo igual es un deepfake. Eso, por supuesto, sin contar con el hecho de que la capacidad de estos modelos para crear música puede llegar a ser tan convincente que aparezcan artistas virtuales que ni siquiera existen y que han sido entrenados (¿sin permiso?) con música de todo tipo para luego generar exitazos a golpe de tecla. Y con voces que ni siquiera existen en realidad y que han sido generadas por una máquina. Ya ha ocurrido con el mundo de las influencers, por ejemplo, así que es perfectamente posible que ocurra en el mundo de la música (o la literatura, o el cine). Muy loco.
Imagen: Javier Pastor con Bing Image Creator
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