Estamos en medio de un auge sin precedentes para la inteligencia artificial. Casi todo el mundo parece haberse unido a la conversación acerca las bondades y amenazas que emergen del desarrollo de esta disciplina. Es que herramientas como ChatGPT, Midjourney y Boomy permiten que los usuarios puedan generar textos, imágenes y música a partir de ‘prompts’, es decir, utilizando indicaciones textuales.
La IA generativa, como podemos ver, se perfila como uno de los motores disruptivos más importantes de estos tiempos. Pero sus capacidades y la forma en la que a veces es utilizada no están exenta de polémica. Los algoritmos están detrás de una oleada de libros llegando a Amazon, imágenes ganando concurso de fotografía e incluso canciones convirtiéndose en éxitos y fenómenos virales.
La industria discográfica se pone seria
Esto último no le ha hecho gracia a la industria discográfica. Un claro ejemplo de esto ha sido la canción “de Drake y The Weeknd” titulada ‘Heart on My Sleeve’ que había sido creada por IA. Universal Music Group (UMG), la discográfica más grande del mundo, puso el grito en el cielo y, alegando una “violación de los derechos de autor”, impulsó la eliminación de la canción de distintas plataformas online.
Si bien hay quienes aseguran que la canción no representaba una amenaza contra el copyright, aquel movimiento de UMG fue tan solo el preludio de lo que llegaría después. La discográfica, señala Financial Times, volvió a tocar la puerta de las principales plataformas de música vía streaming, esta vez con un planteo más amplio: algunas pistas creada por Boomy estaban arrojando métricas infladas artificialmente.
Puede que te preguntes, entonces, qué tienen que ver las métricas en esta historia. Una forma sencilla de intentar entenderlo es que las plataformas de streaming como Spotify o Apple Music distribuyen regalías a los titulares de los derechos de las canciones en base a las cifras de reproducción. Por consecuencia, alterar este tipo de información para ganar dinero en base a reproducciones ficticias puede constituir un delito.
De momento, según el mencionado periódico estadounidense, se sabe que Spotify respondió al pedido de UMG (que posiblemente también estuvo acompañado de otras discográficas) y eliminó “decenas de miles de canciones” de Boomy por el mencionado motivo. “La reproducción artificial es un problema de larga data en toda la industria”, dijo Spotify en un comunicando, y aseguró que está tratando de abordar el problema.
El CEO de Universal Music Group, por su parte, señaló que “el reciente desarrollo explosivo de la IA generativa, si no se controla, aumentará la avalancha de contenido no deseado en las plataformas y creará problemas de derechos con respecto a la ley de derechos de autor existente”. Todo parece indicar que la industria discográfica también se enfrenta a numerosos desafíos producto de los avances de la IA.
Según algunos actores que forman parte del sector de la música, el “modus operandi” de quienes intentan cometer fraude en las plataformas de streaming para ganar dinero ilícito es el siguiente: generan una gran cantidad de canciones por IA, las publican en las plataformas y, por último, contratan servicios de bots que se hacen pasar por humanos para aumentar artificialmente en número de reproducciones.
Imágenes: Spotify | Javier Marquez (DALL·E)
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