Se llama Oculus, trabaja en los laboratorios de Intel en Silicon Valley y su trabajo es decidir si la respuesta táctil de una pantalla te convencerá o no. Y lo decide, entre otros, jugando a Cut The Rope, juego en el que contra él no tienes nada que hacer por obra y gracia de su precisión.
Mientras Oculus se divierte - o en realidad hace su trabajo - , una cámara fabricada por Red va grabando a 300 fps sus movimientos y la respuesta de la pantalla, al tiempo que un programa de ordenador analiza esos datos y decide si la respuesta cuando dibuja una línea o cuando activa un control es la adecuada o no.
Predicción de la respuesta de un usuario la pantalla táctil
Las frías conclusiones de Oculus se transforman entonces en una puntuación de 1 a 5 y que está en concordancia con las valoraciones que un grupo muestra de usuarios (supervisados por psicólogos) dio a la respuesta táctil de pantallas de diferente calidad.
Estos datos le sirven a Intel para adelantarse a la respuesta que un usuario tendrá ante una pantalla táctil montada junto a sus chips y la experiencia de uso que obtendrá.
Por ahora son tres los robots Oculus que están trabajando para Intel, con un cuarto en camino. Sus tareas no se limitan a smartphones o tablets, sino que trabajan también con las cada vez más habituales pantallas táctiles de los ordenadores todo en uno, donde Intel sí que tiene chips que colocar en abundancia.
Con esta base, el futuro de Oculus podría estar en un mercado muy interesante: probador de aplicaciones, tarea que por ahora solo realizan personas.
Vía | MIT Technology Review | Anandtech.
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