Llevamos tiempo tratando de cumplir nuestro sueño de ser capaces de desarrollar sistemas con inteligencia artificial, tanto que ya hemos deducido cuales son los algoritmos esenciales para conseguirlo. La clave está en conseguir que un sistema sea capaz de aprender y crear conocimiento nuevo mediante la deducción y el razonamiento.
Myon es un robot humanoide modular que está siendo desarrollado por la Universidad Beuth de Ciencias Aplicadas de Berlín, y es uno de los muchos con los que se está intentando desarrollar un sistema de aprendizaje que le ayude no sólo a reconocerse a sí mismo frente al espejo, sino también a comunicarse con sus iguales siendo capaz de crear y desarrollar su propio idioma.
Este robot ya ha saltado a los titulares de la prensa internacional gracias a sus dotes operísticas. Pero más interesante aún es ver cómo sus desarrolladores están utilizándolo para realizar una serie de experimentos, con los cuales pretenden que el robot sea consciente de sí mismo y sea capaz de interactuar por iniciativa propia con lo que le rodea.
Autorreconocimiento y creación de palabras
Como vemos en este reportaje de la BBC, uno de los primeros pasos para hacer "inteligente" a este robot es el de ponerle frente a un espejo para que se reconozca a sí mismo. Así podrá aprender cómo funciona su propio cuerpo viendo cuales son los resultados de las acciones que ejecuta para moverlo. Esto es algo esencial, ya que tal y como explica uno de sus creadores, ser capaz de reconocer estos movimientos le ayudará a interactuar con las cosas que le rodean.
A continuación vemos cómo Myon también es capaz de utilizar lo aprendido sobre sus movimientos para interactuar con los demás. Esto nos lo demuestran poniendo a dos modelos uno en frente del otro, y sencillamente dejando que hablen y se comuniquen entre ellos.
Ninguno sabe cómo se llama un movimiento en concreto, por lo que el primero que habla se inventa una palabra para referirse a él y se la dice al otro para que lo ejecute. Este otro no sabe el significado de la palabra, por lo que realiza un movimiento para ver si su compañero se refiere a eso. El compañero niega con la cabeza para demostrar que no se trata de eso, y realiza él mismo el movimiento al que se refiere.
Esto lleva a que ambos hayan creado una palabra, la primera en su propio idioma, y ambos sepan cual es el significado. Se podría decir que es un sistema de aprendizaje muy similar al de un niño pequeño, y quizás los primeros pasos para empezar a desarrollar inteligencias artificiales. Aunque aun está por ver cuán lejos se puede llegar con esta manera de aprender el uno del otro.
Vía | BBC
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