En el mes de septiembre se hizo oficial una decisión muy importante que iba a definir la lucha de China en los próximos años al problema que arrastran tantas naciones: el envejecimiento de su población frente a la baja natalidad. Lo hacían de manera muy poco innovadora, es decir, subiendo la edad de jubilación. En cualquier caso, el problema del envejecimiento va muchos más allá, y ahora han decidido dar un giro a las medidas.
Robots para afrontar la crisis demográfica. Con una población que envejece rápidamente, China se enfrenta a uno de los mayores desafíos demográficos de su historia. Los números no engañan: en 2023, el 15.4% de sus habitantes, equivalente a 216.76 millones de personas, tenía 65 años o más, y el sistema de cuidados para ancianos resultaba a todas luces insuficiente.
De hecho y según las cifras oficiales, actualmente solo hay 8.2 millones de camas para servicios geriátricos en todo el país. ¿La solución? Para abordar la crisis, el Consejo de Estado de la nación ha emitido una directiva oficial que priorizará el desarrollo de robots humanoides, interfaces cerebro-computadora e inteligencia artificial, como herramientas clave para el cuidado de ancianos, marcando así a la nación como una de las primeras en formalizar el uso de la robótica en este sector.
Humanoides en la atención geriátrica. El plan que se ha hecho público establece que para 2029 China tendrá una red nacional de servicios para ancianos y, para 2035, garantizará que todos los ciudadanos mayores tengan acceso a servicios básicos bajo un sistema de cuidado “maduro” y adaptado a sus necesidades.
Los robots humanoides desempeñarán un papel crucial al proporcionar “compañía emocional, seguimiento de salud y servicios domésticos inteligentes”. A este respecto, provincias como Wuhan ya han desarrollado robots con tecnología avanzada, como escaneo facial 3D, que permite personalizar su apariencia para que se asemeje a familiares o versiones más jóvenes de los propios usuarios, reforzando el aspecto emocional del cuidado.
Iniciativas locales y avances. Además, Beijing y otras regiones parecen estar avanzando en la implementación de esta tecnología. Según el Plan de Acción para el Desarrollo de Robots Humanoides (hasta 2027) emitido por la Comisión Municipal de Ciencia y Tecnología de Beijing, los robots estarán diseñados para brindar apoyo en situaciones críticas, como el seguimiento de signos vitales o la prevención de caídas.
Estos esfuerzos se alinean con las primeras directrices de gobernanza para robots humanoides publicadas por Shanghái en 2024, las cuales abogaban por controles de riesgos y una mayor colaboración internacional en su desarrollo.
Inversión extranjera y una solución. Además de la innovación tecnológica, qué duda cabe, China busca fortalecer el sector de cuidados geriátricos mediante la apertura del mercado a la inversión extranjera.
A este respecto, el pasado mes de noviembre permitió la creación de hospitales de propiedad completamente extranjera en nueve ciudades clave, una novedad. Además, y de forma paralela, el gobierno intenta paliar esa grave falta de cuidadores profesionales. Pensemos que en 2021 ya había solo 500.000 cuidadores certificados para 45 millones de ancianos con discapacidades o demencia. Para revertir la situación, el plan contempla mejorar la capacitación vocacional y elevar los estándares éticos en la profesión, haciéndola más atractiva.
Desafíos en un contexto de cambios. Lo decíamos al inicio, el envejecimiento acelerado de la población china es un “germen” que se extiende por todas las sociedades. En el caso de la nación asiática y como vemos, se está impulsando la transformación del sector de cuidados, no solo a nivel tecnológico, sino también en términos de políticas públicas.
Por supuesto, la implementación de robots humanoides como cuidadores plantea cuestiones éticas de seguridad y confianza, aspectos que el gobierno dice estar abordando mediante la creación de sistemas que garanticen la seguridad en las interacciones humano-máquina. Además, las autoridades ven en esta tecnología una solución para aliviar la presión sobre el sistema de salud y mejorar la calidad de vida de los ancianos, especialmente en regiones rurales donde la falta de personal es más crítica.
El futuro. Lo cierto es que, salvando las distancias, la implementación china de tecnología robótica para paliar la crisis demográfica en torno al cuidado de los ancianos es una idea que ya había implementado Corea del Sur, a su manera. Como contamos entonces, se trataba de dar una solución a la soledad de los ancianos en una población también “envejecida”. La idea: robots acompañantes con ayuda de la IA.
En el caso que nos ocupa, China se posiciona como pionera en la integración de robótica avanzada en el cuidado de ancianos en un sentido mucho más amplio, abordando simultáneamente desafíos demográficos y tecnológicos. Un enfoque que no solo busca garantizar un cuidado digno para su creciente población mayor, sino también establecer un modelo que podría ser adoptado por otros países con problemas similares.
No es un tema baladí, como hemos estado contando el año pasado. Es un problema global.
Imagen | World Econom, Vincent Garcia
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