Mistral AI es una startup francesa centrada en Inteligencia Artificial. Fue fundada hace menos de un mes, sus primeros empleados apenas llevas unos días trabajando en ella y por supuesto todavía no tiene producto alguno, pero eso no le ha impedido lograr 105 millones de euros en financiación, según cuenta Financial Times.
Esta cantidad para una ronda semilla supone un récord a nivel europeo, según indica Dealroom, la plataforma de seguimiento de inversión privada en empresas tecnológicas. La web de la empresa es, literalmente, un encabezado y tres líneas de texto. Está todo por construir.
Viento frío y violento que llega de Francia
Tras Mistral AI hay tres fundadores, los tres treintañeros. Uno de ellos es Arthur Mensch, un antiguo investigador de DeepMind, empresa de más de una década de trayectoria en Inteligencia Artificial, comprada por Google en 2014 y recientemente fusionada con Google Brain.
Los otros dos fundadores son Guillaume Lample y Timothée Lacroix, según TechCrunch exempleados de Meta que recientemente abandonaron la empresa. Ambos tenían cargos relacionados con la Inteligencia Artificial.
Esta ronda de inversión ha sido liderada por Lightspeed Venture Partners, y entre el resto de sus accionistas están Eric Schmidht, antiguo CEO de Google; el banco de inversión francés Bpifrance, JCDecaux Holding o Exor Ventures entre otros. Los 105 millones de euros dejan a Mistral AI con una valoración de 240 millones de euros.
Una de las motivaciones de Mistral AI es ser una respuesta a OpenAI que sí tenga en su núcleo el código abierto. OpenAI nació sin ánimo de lucro, pero con el paso de los años fue tomando decisiones para cambiar ese espíritu a tenor de lo extremadamente lucrativo que podía lograr que fuese ChatGPT y otros de sus productos.
Según sus fundadores, Mistral solo construirá modelos usando datos disponibles públicamente, y así evitar posibles problemas legales como los que pueden enfrentar quienes entrenan sus modelos con otro tipo de contenidos. Además, los usuarios también podrán contribuir con sus propios conjuntos de datos, y todo, modelos y conjuntos, serán de código abierto. Al menos esa es su promesa inicial.
"Los beneficios de usar código abierto pueden superar el potencial de uso indebido", dijo Mensch a TechCrunch sobre esta decisión. También explicó que aunque la IA es útil en muchos escenarios, hay trabajadores a los que se les está requiriendo creatividad con herramientas basadas en IA, y a ellos quieren ofrecerles herramientas que sean fáciles de usar para que creen sus propios productos.
Esta enorme inversión llega en un momento complicado para el capital riesgo, que empezó a cerrar el grifo a principios de 2022, pero al mismo tiempo cambiando de tercio ante el auge de herramientas basadas en IA, una tendencia catapultada por la llegada de ChatGPT como principal impulsor.
Algunas de esas propuestas han tenido un cierre prematuro, como Neeva, a quien la integración de IA en los resultados de Google y la llegada de Bing Chat terminaron arrinconando cuando apenas estaba empezando a andar.
Mistral es el nombre de un fuerte viento que entra en el mar mediterráneo desde Francia, caracterizado por ser frío, violento y seco. Es lo que en Aragón conocen como el cierzo, y es en quien se ha inspirado esta startup para bautizarse: llega desde Francia para sacudir de forma violenta a un mercado en el que el viejo continente se ha quedado atrás, entre el avance de empresas estadounidenses y el auge chino.
Violenta ha sido también su capacidad para levantar fondos cuando ni siquiera ha presentado el producto, y esperemos, por el bien del sector en Europa, que fría sea también su capacidad para tomar decisiones correctas hasta convertirse en un auténtico rival de OpenAI.
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