Paul Buchheit, el mítico desarrollador que creó Gmail, lo decía muy claro hace unos días. "Google está a uno o dos años de la disrupción total. La IA eliminará la página de resultados del motor de búsqueda". Y cuando hablaba de IA, hablaba, cómo no, de sistemas como ChatGPT, que efectivamente se ha convertido en una amenaza patente para el negocio tradicional de los de Mountain View.
Código rojo. El impacto causado por ChatGPT ha generado un "código rojo" en Google, que está viendo en peligro su privilegiada posición en el sector de las búsquedas. El motor de inteligencia artificial creado por OpenAI tiene limitaciones claras para sustituirlo, y la más importante de todas ellas es la de obtener información en tiempo real.
Atlas. Así se llama el proyecto de la división en la nube en Google con el que esta empresa de Alphabet intenta plantear un rival a ChatGPT. Este esfuerzo se une a otro producto: un motor de búsqueda que podría usarse en forma de preguntas y respuestas, como ahora mismo funciona ChatGPT.
Bard. Google también está evaluando un chatbot propio al que ha bautizado con el nombre de Bard. Significa "bardo", siendo un bardo el poeta de los antiguos celtas. Está basado en LaMDA, la tecnología de IA conversacional que Google lanzó hace tiempo pero que prefirió no hacer pública para no dañar su reputación.
Una ventaja sobre ChatGPT. El funcionamiento de Apprentice Bard es similar al de ChatGPT: los empleados que lo están probando pueden preguntar cosas en una caja de diálogo y obtener una respuesta a la que luego pueden referirse en posteriores cuestiones. Las respuestas de este motor de IA tienen algo que ChatGPT no tiene: la alusión a eventos recientes. El motor de OpenAI está actualizado hasta 2021, pero no dispone de información que apareció posteriormente.
La página de Google podría cambiar (mucho). Entre esas pruebas para dar un giro a su motor de búsqueda, Google está probando un nuevo diseño alternativo que sustituirá la caja de búsqueda por un formato de preguntas y respuestas. En ese diseño aparecerían cinco "prompts" que servirían como ejemplo para cuestiones diversas y que sustituirían a la tradicional parte de "Voy a tener suerte". Los resultados se muestran de forma distinta, en formato de conversación, pero de momento este diseño es solo un concepto y no está claro si acabará aplicándose.
Qué dicen en Google. Un portavoz de Google indicaba en CNBC lo siguiente:
"Llevamos mucho tiempo centrados en desarrollar e implantar la IA para mejorar la vida de las personas. Creemos que la IA es una tecnología fundamental y transformadora que resulta increíblemente útil para las personas, las empresas y las comunidades, y, tal y como señalan nuestros Principios de IA, debemos tener en cuenta las repercusiones sociales más amplias que pueden tener estas innovaciones. Seguimos probando nuestra tecnología de IA internamente para asegurarnos de que es útil y segura, y esperamos compartir pronto más experiencias externamente".
ChatGPT podría trabajar en Google. Las pruebas de Google para evaluar la capacidad de ChatGPT fueron más allá. Le hicieron pruebas a ciegas para ver si podría ser "contratada", y tras responder a un cuestionario, comprobaron que superaba la prueba y las preguntas que se le piden a un desarrollador de nivel tres, cuyo salario medio ronda los 180.000 dólares anuales según algunas fuentes.
Pero no sustituirá a los programadores. Esa prueba planteaba de nuevo el debate sobre si ChatGPT podría robarle el puesto de trabajo a los programadores. El propio ChatGPT, al ser preguntado por ello, comentó que eso "es improbable", y la misma respuesta dio LaMDA, que también incluyó en ese debate a AlphaCode, el sistema que desarrolló DeepMind y que también es capaz de programar por sí solo.
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