La gimnasia ha estado presente en los Juegos Olímpicos contemporáneos desde su primera edición en 1896 y, en ese tiempo, los mayores cambios que ha sufrido la disciplina ha sido la introducción de la gimnasia femenina en 1928 y de la gimnasia rítmica en 1984.
Pero aspectos como la importancia de los jueces o, más bien, de su buen ojo, se han mantenido inalterados... hasta ahora. La gimnasia como competición gira en torno a la confianza de las federaciones en la mirada experta y entrenada de los jueces, capaces de valorar en milésimas de segundo los rápidos giros y saltos de los gimnastas de acuerdo al reglamentos.
El lídar y la IA vs los ojos humanos
Sin embargo, dichos reglamentos detallan aspectos como el ángulo en que deben situarse las rodillas, hombros y codos de los gimnastas. Pero, como explica Shoichi Masui, "los ojos humanos no pueden medir con precisión el ángulo de flexión de las articulaciones", por lo que al final las puntuaciones pueden "fluctuar a la hora de valorar movimientos idénticos".
Esto que genera polémicas y desconfianza hacia los jueces, pero Masui tiene la solución: es el responsable del proyecto puesto en marcha por Fujitsu para desarrollar una tecnología capaz de automatizar, a partir del año 2020, la puntuación de los ejercicios de gimnasia en competiciones oficiales.
Lo que Fujitsu propone es recurrir a la tecnología lídar para crear imágenes en 3D que muestren el contorno y el movimiento de los gimnastas. Sobre ese modelo, un sistema de inteligencia artificial determinará los ángulos de varias articulaciones (con un margen de error de ± 1 centímetro) y entregará los resultados de manera inmediata a los jueces para que los tengan en cuenta a la hora de puntuar.
Fujitsu ha estado colaborando con la Asociación Japonesa de Gimnasia para entrenar a esta IA que, según Masui, se basa en "un método de aprendizaje profundo y optimización" (si bien se negó a revelar más detalles).
Todo empezó con una broma (y terminará con su estreno oficial este año)
Morinaji Watanabe, presidente de la Federación Internacional de Gimnasia, bromeó en 2015, tras una reunión con Fujitsu, con que los robots serían los encargados de las puntuaciones en los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020.
Esta edición de los JJOO incluirá reconocimiento facial para identificar a los atletas, por lo que lo propuesto por Watanabe sonaba más factible de lo que él pensaba, y sirvió de acicate para que la compañía afrontara este reto.
Así, en 2017 se llevaron a cabo las primeras pruebas durante una competición, que sirvieron para afinar la tecnología. Y, tras dos años de pruebas, la Federación anunció finalmente hace unas semanas que la tecnología de Fujitsu se usará de manera oficial en los campeonatos mundiales de este deporte que tendrán lugar el próximo año, así como en las pruebas clasificatorias que tendrán lugar a lo largo de este 2019.
Los robots no serán, finalmente, los responsables de puntuar, pero sí una ayuda fundamental para los jueces humanos. Fujitsu ve ahora abrirse un nuevo gran mercado de negocios en torno a esta tecnología: aplicaciones que ayuden a los gimnastas a entrenar y medir sus progresos, o para que los aficionados dispongan de información actualizada sobre los resultados de sus gimnastas favoritos, etc.
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