Al iDog, el perro altavoz que baila, unas estudiantes de electrónica de la Natalie Jeremijenko UCSD le han encontrado una utilidad al menos curiosa: alcoholímetro.
Como se puede ver en el vídeo se lo han pasado en grande y el vino ha corrido por todos lados, no sólo cerca de los perros que han servido de conejillos de indias.
Cuando los robots detectan un poco de alcohol en el aliento, mueven las orejas y suena música alegre. Cuando el nivel de alcohol se dispara, la música es más acelerada.
Otros estudiantes del mismo centro intentaron algo parecido con otro perro robot, pero en este caso no lograron que detectara contaminación en la calle de la manera que habían planeado.
Vía | Enquecabeza.
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