No sé por qué no me imagino yo a los españoles en la situación de estos japoneses, pequeños, pero japoneses al fin y al cabo. Si fuera un barril de cerveza el que bailara, puede ser, pero con un robot vestido para la ocasión no creo.
Hablamos de una especie de profesor de algún baile tradicional del país asiático al que sigues pequeños y algún adulto como si de un maestro de la danza se tratara. Mide solo 35 cm pero no le falta de nada.
Vía | Engadget.
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