En nuestra búsqueda del precio más bajo a la hora de comprar un producto, va a ser frecuente que además de las consabidas Amazon, Media Markt o El Corte Inglés, demos con comercios y vendedores desconocidos. Puede que sean más baratas pero ¿son fiables?
En este artículo te proponemos una serie de consejos y herramientas que, si bien no van a reducir el riesgo a 0, sí que van a minimizarlo todo lo posible para que compres más seguro en internet.
Tips básicos (y generales) sobre seguridad en internet
Comencemos por lo básico: observa que en la barra de direcciones aparezca "https://" y no "http://". El primero es una versión mejorada del HTTP convencional al que se le ha incorporado los protocolos de seguridad SSL/TLS (Secure Sockets Layer/Transmission Layer Security) para cifrar los paquetes que se envían a través de la web. De hecho, si usas Chrome, directamente te las marcará como no seguras. No es un método infalible, pero es el primer paso. Según Let's Encrypt, aproximadamente el 81% de las webs de todo el mundo cuentan con este protocolo, pero todavía hay algunas bastante populares que no.
Sin movernos de la barra de direcciones, nos fijaremos en si tiene un candado cerrado (o en verde). Se trata de un certificado - otorgado por entidades validadas como certificadoras – que nos asegure que la web es de quien dice ser y que tiene derecho a usar ese nombre de dominio concreto. Solo hay que pulsarlo para obtener esta información.
Puede darse el caso de que existan webs sin ese HTTPS o el candado en todas sus páginas, pero es vital que cuenten con ellos en las páginas de introducción de datos personales y de pago. De lo contrario, mejor no comprar.
Tras repasar el protocolo HTTPS y el candado, prestaremos atención al nombre y la extensión. Si acaba en .com, .org o .net, la buscaremos en la web Domaintools y si acaba en .es, haremos lo propio en Dominios.es. A partir de aquí, podremos acceder a información como quiénes son sus dueños – ojo porque a veces este dato es privado –, fecha de creación y la IP donde se aloja
De esta información hay una conclusión que podemos extraer: si una web es fraudulenta, es altamante probable que tenga poco tiempo de vida, ya que los autores tienen que ir cambiando de web en cuanto comienzan las denuncias.
No obstante, que sea de reciente creación no implica que sea un fraude. En cualquier caso, siempre nos quedará googlear el nombre completo "xataka.com" para buscar referencias más allá de su propia web.
Eso sí, ojo a lo que nos devuelve Google porque tenemos tendencia a leer en diagonal, lo que provoca que a veces pasemos por algo pequeños cambios como un orden inverso de algunas letras o algún carácter diferente.
Si no hay entradas sobre esta web concreta en Google, malo. Y si las hay, veremos cómo la referencian otras webs, opiniones de otros usuarios, redes sociales...
Por cierto, si hacer este repaso tan exhaustivo a mano se te hace largo, la herramienta Scamdoc analiza algunos de estos aspectos mediante un algoritmo. Y lo que es casi tan importante: los usuarios escriben sus experiencias sobre las tiendas en las que indagan.
Todas estas condiciones son necesarias pero no suficientes para poder comprar con seguridad en internet.
¿Comercio o plataforma?
De la mano de esa lectura en diagonal a la que hacíamos referencia antes llega otro escollo que puede fastidiarnos una compra en internet acabando en un fraude: la naturaleza del lugar en el que estamos comprando. Hasta ahora hemos hecho referencia a tiendas poco conocidas, pero también podemos tener malas experiencias en lugares tan grandes y a priori confiables como Amazon, eBay o Aliexpress.
Y es que estos tres comercios online son más que una mera tienda: constituyen una plataforma en la que vendedores pueden poner a la venta sus productos. Algunos como eBay son más obvios ya que permiten poner a la venta nuestros ítems como particulares, pero en el caso de Amazon, se nos puede pasar por alto.
Aunque lo ideal sería que estas plataformas velaran por la seguridad de aquellos que confían en su web, el mundo real es mucho más cruel: un estafador puede superar las barreras a la entrada y poner un producto a la venta. Hasta que no se percaten de su actividad irregular (probablemente con quejas de compradores), el riesgo seguirá ahi. En este sentido, no nos queda más que leer con atención el anuncio y sus condiciones, así como recabar información sobre la experiencia de otros vendedores.
El marco legislativo vigente en la UE y los modos de pago (como veremos más adelante) pueden minimizar el golpe, pero si vamos a comercios asiáticos, quizás nos encontremos con precios más bajos a costa de aumentar el riesgo.
Redes sociales y feedback
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— Mi Electro (@Mi_Electro) December 30, 2019
El tema de las redes sociales es un buen indicador por dos motivos. Para empezar, constituyen una herramienta para fidelizar y atraer clientes, por lo que es frecuente que las tiendas online cuenten con perfiles desde los que interaccionan y promocionan sus productos. En este sentido, verifica que estén activos.
La otra razón es que en internet siempre hay alguien al que le ha pasado lo mismo que a ti antes. Una búsqueda rápida nos permitirá dar con el feedback de otros clientes. Además, es más común hacer públicas las quejas que las transacciones exitosas.
Política de privacidad y datos de contacto
En España es obligatorio que, además de los consabidos formularios de contacto, las páginas web con comercio online muestren datos como su nombre completo, NIF, dirección física y su teléfono, que nos sirven como referencia. Tendremos que armarnos de paciencia, porque suelen estar bastante ocultas: en parte inferior de la web, en el aviso legal, contacto, política de privacidad... si no aparecen, no es buena señal.
Además de los datos de contacto, merece la pena echar un vistazo a la política de privacidad antes de realizar una compra en una tienda dudosa. Si no la tiene, desconfía.
En la política de privacidad, la tienda online detalla las condiciones de compra, pago, envío, garantía, servicio postventa. Recuerda que no todo es cuestión de precio: puede que la tienda sea la más barata pero su servicio postventa deje bastante que desear.
Otro punto recogido en la política de privacidad es qué hace con nuestros datos esa tienda online, un asunto que no es baladí, si bien hace casi dos años entró en vigor la GDPR/RGPD en la Unión Europea. Si es fuera de Europa, no tendremos ese "control" sobre la información que proporcionamos.
Hablemos de precios y formas de pago
Que un precio sea muy inferior al valor de mercado ya es sospecho per se: las grandes superficies siguen estrategias muy agresivas como el price matching para ofrecer precios competitivos, por lo que que una tienda desconocida y probablemente más pequeña se descuelgue es raro, raro.
En cuanto a formas de pago, si no conocemos el comercio, mejor apostar por servicios que actúan como intermediario como PayPal o tarjetas prepago en su modalidad física o virtual, a las que podremos introducir la cantidad a abonar. No obstante, las tarjetas clásicas también ofrecen garantías ante estafas.
Tanto en el caso de pagar con Paypal como en el de hacerlo con tarjeta, es esencial que en ese paso la web salte a la pasarela de pago pertinente, de modo que la información de nuestros datos financieros solo la tenga, o bien el banco o bien Paypal.
En el otro lado de la balanza, formas de pago como Western Union o Moneygram están totalmente desaconsejadas ya que una vez realizada la transacción, no podremos rastrearla.
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