En los últimos días probablemente muchos hayáis notado que al hacer una búsqueda en Google los resultados aparecen con un nuevo diseño en el que es más difícil que nunca diferenciar lo que son enlaces promocionados y anuncios de aquellos que no lo son.
La decisión ha generado cierta polémica en internet, donde expertos en diseño y usabilidad han criticado esta nueva interfaz que hace que todos los resultados parezcan anuncios. Eso, afirman algunos, era precisamente el objetivo de Google: confundirnos a todos y aprovecharse de los célebres patrones oscuros o 'dark patterns'. Esta técnica no es más que una forma de aprovecharse del diseño web para incitarnos a hacer clic allí donde quizás no teníamos que hacerlo.
Google lo hizo primero en móviles y ahora lleva el nuevo diseño al escritorio
El pasado 13 de enero de 2020 Google anunciaba en Twitter la puesta en marcha de un nuevo diseño para los resultados de las búsquedas en navegadores de escritorio. El cambio, aseguraban, seguía al que ya habían hecho con el buscador móvil, y permitía presentar los nombres de los dominios y los favicons "prominentemente", mientras que los anuncios eran marcados con la etiqueta "Ad" en negrita.
En la captura se puede observar cómo ese patrón de diseño podría ser considerado como discutible: el propio uso de "Ad" en negrita se puede confundir con cualquier favicon, y sin otra pista que indique si se trata o no de un anuncio, esos resultados promocionados no muestran claramente que lo son.
Para Google "el formato sitúa la marca del sitio web de forma clara, "ayudando a los que buscan entender mejor de dónde viene la información". En la puesta en marcha de este diseño en móviles el blog oficial de Google explicaba las diferencias y el objetivo de ese cambio, pero sus argumentos ya entonces no parecían demasiado convincentes.
Llegan las (inevitables) críticas
En aquel anuncio en Twitter de hace unos días los usuarios criticaban la decisión. Uno de ellos señalaba cómo esa etiqueta "Ad" en negrita se confunde con los favicons coloridos que aparecen en resultados bajo ella.
De hecho, señalaba ese usuario, esta forma de aprovecharse de la interfaz de usuario logra recolectar más dinero que "los esfuerzos limpios y honestos para descubrir cuáles enlaces eran de publicidad, como añadir un fondo sombreado a los anuncios promocionados en los resultados".
Otros como Craig Mod, redactor habitual en publicaciones como Wired o The Atlantic, se quejaba precisamente de lo mismo: de repente todos los resultados de las búsquedas parecen anuncios (o justo lo contrario, parece que no hay resultados promocionados), algo que como apunta Mod quizás era precisamente el motivo de Google para cambiar de diseño: confundir al usuario y lograr más clics (y más dinero recaudado) en enlaces promocionados.
Un estudio de la evolución del diseño de los resultados del buscador de Google deja claro que las decisiones de Google no han ayudado a diferenciar los enlaces promocionados, sino que hacen justo lo contrario.
Hay quien ha ido más allá a la hora de analizar el cambio de diseño y ha dejado claro que para él esto no es más que un ejemplo más de "patrón oscuro", la técnica que se aprovecha del diseño web para confundir a los usuarios y lograr que hagan clic allí donde ellos quizás no pretendían hacerlo.
Los usuarios han desarrollado ya la conocida "ceguera a los anuncios": los reconocen enseguida al escanear la página web y los omiten a la hora de consultar información. El último de los cambios de Google, señalaba Johnny Makes en un interesante hilo en Twitter, "trata de piratear ese comportamiento subvirtiendo la forma en que escaneamos rápidamente para ver si algo es un anuncio o un resultado genuino".
Como consecuencia de ello, indica este experto, "es imposible" que un usuario diferencia un anuncio de un resultado real sin hacer ese análisis y escaneo de los resultados "con cuidado y esfuerzo. Google puede decir que sigue etiquetando la publicidad, pero esa información ahora está enterrada bajo más y más ruido visual".
Eso permite a Google "incrementar la densidad de anuncios en las búsquedas. Los anuncios ahora pueden estar desperdigados en varias posiciones en los resultados, y Google puede incrementar sustancialmente el número de resultados promocionados por página... sin que resulte obvio".
El cambio es desde luego llamativo, y esas críticas ponen de manifiesto las dudas que esa decisión de diseño ha provocado entre los usuarios. Es cierto que probablemente nos acabemos acostumbrando al cambio y volvamos a "escanear" esos resultados para evitar clicar en resultados promocionados.
Sin embargo resulta difícil valorar positivamente los argumentos de Google cuando la evolución de diseño de su buscador no hace cada vez más fácil diferenciar los resultados promocionados que aquellos que no lo son: lo que está logrando Google es ponérnoslo cada vez más difícil.
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