Google ha celebrado hoy un evento en París en el que se esperaba que hablara con mayor detalle de Bard, su particular rival para ChatGPT. Este chatbot conversacional fue presentado esta semana con el objetivo de demostrar que en Mountain View están trabajando en evitar la amenaza planteada por Microsoft con el nuevo Bing, pero lo cierto es que el evento ha sido conservador.
Bard quiere ir sobre seguro. Los responsables de Google apenas ofrecieron nuevos detalles sobre el chatbot conversacional. Confirmaron lo que ya se publicó en su blog hace unos días: estamos ante un chatbot experimental basado en LaMDA con el que es posible plantear un primer competidor para ChatGPT.
Acceso para privilegiados. Esta primera iteración de Bard es más ligera de forma premeditada: eso les permitirá ir avanzando a medda que hacen pruebas. El acceso inicial, eso sí, estará limitado a un grupo de "trusted testers" ("probadores de confianza" para luego lanzarlo globalmente. Google no dio plazos ni fechas concretas, y apenas hubo un par de pequeñas demostraciones de su capacidad. Sí hablaron de que el mes que viene darán acceso limitado a su Generative Language API, con la que los desarrolladores podrán integrar esas funciones en futuras plataformas.
Preguntas sin respuesta correcta. En Google hablaron de cómo el buscador actual ya da respuestas directas para preguntas que las tienen (¿"qué es una constelación?"). Sin embargo, hay preguntas que no tienen una única respuesta válida. Ellos las llaman NORA ("No One Right Answer") y el ejemplo sería, continuando el anterior, intentar contestar a la pregunta "¿qué constelación es la mejor seguir cuando quiera observar estrellas?", o luego preguntar "¿cuándo es el mejor momento del año para contemplarlas?", algo que dará como resultado una serie de sugerencias.
Ir despacio no significa ser perfecto. En Google se han mostrado muy cautos desde el principio con la adopción de este tipo de tecnología. La firma lleva tiempo con LaMDA disponible, pero prefirió no sacarlo del laboratorio para no dañar su reputación.
Bard, basado en esa plataforma, es como decíamos una versión ligera y limitada que tratará de ir afianzando sus respuestas, pero ya le han cogido en un renuncio. Como señalan en Reuters, al anunciar la aparición de Bard pusieron un ejemplo que en realidad muestra cómo estos motores no son precisos.
No fue el James Webb. En el ejemplo, a Bard se le pregunta "¿De qué nuevos descubrimientos del telescopio espacial James Webb (JWST) puedo hablarle a mi hijo de nueve años?". En la respuesta Bard incluye la sugerencia de que el JWST fue usado para sacar las primeras imágenes de un planeta fuera del sistema solar (un exoplaneta), pero eso no es cierto: la NASA indica cómo esa imagen la tomó el Very Large Telescope (VLT) del European Southern Observatory en 2004.
Microsoft arriesga (porque no tiene nada que perder). La actitud de Google es hasta cierto punto comprensible si tenemos en cuenta que su buscador domina de forma absoluta el mercado de las búsquedas. Según Statcounter GlobalStats su cuota en enero de 2023 era del 92,9%, lo que hace que sea normal que anden con pies de plomo a la hora de hacer revoluciones en este segmento.
Microsoft, por su parte, no tiene prácticamente nada que perder, y probablemente por eso se muestre en este caso más dinámica. El nuevo Bing con ChatGPT integrado comenzará a desplegarse en las próximas semanas, adelantando probablemente a la adopción de este tipo de chatbot conversacional en las búsquedas de Google.
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