Los jóvenes ya no saben usar emule: así se ha desplomado el interés por las redes P2P en pocos años

Te propongo un experimento: habla con alguien que haya nacido en 1998 o más tarde y pregúntale: "¿Has bajado nunca algo desde redes p2p?" La respuesta más probable, con esta generación que se ha hecho adulta con la llegada de Netflix y otros sistemas de streaming de contenidos, es que no.

La diferencia generacional se nota: aquellos geeks que tenemos entre 30 y 40 años y hemos visto la explosión de internet en todos los hogares podemos recordar perfectamente Napster, Kazaa, eMule, Soulseek y quizás Ares. Había infinidad de canales no oficiales de descarga de contenidos. Ahora algunos de esos canales siguen existiendo, pero las nuevas generaciones digitales no los usan.

eMule es un buen ejemplo de este fenómeno. Podemos echar un vistazo a la cantidad de veces que la última versión de este programa, aparecido en 2010, se ha descargado en ordenadores compatibles. La métrica nos la da SourceForge:

Número de descargas del instalador de eMule 0.50a desde 2010 hasta hoy. De seis millones de descargas mensuales a menos de 175.000 recientemente.

El gráfico revela una época dorada de descargas entre enero de 2010 y enero de 2012, hasta que de repente esas descargas descienden súbitamente hatsa niveles muy bajos que poco a poco han ido bajando. Mientras que en 2011 se superaban los 6 millones de descargas mensuales, hoy no llegan ni a las 175.000.

Si consultamos las tendencias de búsqueda de Google de términos como 'eMule' o 'descargas emule', podemos ver cómo el interés por ese término alcanzó el cénit entre 2004 y 2007 para ir bajando paulatinamente los años posteriores (hay que tener en cuenta que Google también puede estar bloqueando resultados útiles en estas búsquedas). A día de hoy, el interés por eMule en el buscador es prácticamente cero:

Evolución del interés del término 'emule' en Google Search desde 2004 hasta hoy.

Si miramos el interés de búsquedas en Google del término 'Bittorrent' vemos una tendencia similar: interés máximo hacia 2004-2006 para después bajando progresivamente hasta un mísero 1% en febrero de 2021 (aunque después veremos como esto puede ser debido a otros factores y no a un desinterés):

Evolución del interés del término 'bittorrent' en Google Search desde 2004 hasta hoy.

Lo mismo pasa con el término 'ares', correspondiente a la aplicación de descargas no oficiales de contenidos. Buen interés hasta finales de 2011, momento en el que pasamos a ver un descenso hasta niveles actuales del 3-4%. 'Megaupload' es algo más peculiar, con un interés pico de 2009 a 2011 y una interrupción súbita que baja en picado hacia niveles muy bajos. El cierre del servicio se notó.

El auge de Megaupload llegó más tarde, pero igualmente se ha desplomado y ahora mismo tiene un interés nulo.

Las webs de descargas directas también han sufrido esta pérdida de desinterés, provocada en buena parte por el cierre de Megaupload como ya explicamos hace unos años. 2012 fue un año en el que el interés por muchos canales no oficiales de descarga se desplomó, y las plataformas de streaming que tenemos hoy en día ha hecho que ese interés no vuelva a levantar cabeza.

Aunque los datos de más arriba no sean cifras de tráfico concretas (no podemos ver el histórico de tráfico) nos dan pistas sobre el interés que los internautas han ido teniendo acerca de los principales canales no oficiales para descargar contenidos. Éste ha ido descendiendo, hasta el punto en el que hay quien habla con las generaciones más jóvenes y se sorprenden de que no saben buscar ni descargar contenidos por canales no oficiales:

Para todos estos nuevos usuarios, ver una película en concreto depende de si está disponible en algún servicio de streaming o si se puede comprar en tiendas como Google Play Store o la iTunes Store. Y no será por falta de páginas web de descargas alternativas: éstas siguen existiendo con actualizaciones diarias de enlaces p2p. Pero como hemos comentado recientemente, cada vez es más difícil localizarlas debido a los filtros que aplican buscadores y redes sociales. Google Trends vuelve a chivarnos el descenso del interés por estas páginas con el ejemplo de Hispashare, que ahora está bajo mínimos después de que tuviera que cerrar por advertimientos legales.

No podemos saber el tráfico que reciben esas webs de descargas. Lo más cercano que tenemos a poder ver una evolución del tráfico de las redes P2P son los informes anuales de Sandvine, pero se trata de datos relativos de los que es difícil sacar datos concluyentes. De todas formas, los responsables del estudio ya apuntaban a una cierta tendencia en 2019:

Cuando Netflix triunfó con su oferta de vídeo vimos un descenso en el tráfico global de redes P2P. Especialmente en los Estados Unidos, donde el catálogo de Netflix era más grande y más intuitivo. Pero a medida que el contenido original se ha vuelto más exclusivo esparciéndose en otros servicios de streaming, los consumidores han vuelto a fijarse en las redes P2P para poder tener acceso a esos contenidos ya que no pueden o no quieren pagar todas las suscripciones sólo para unas pocas series. El tráfico P2P sube en todas las regiones, con 'Game of Thrones' siendo uno de los responsables este años. ¿Es esta la nueva tendencia o es 'Game of Thrones' algo puntual?

El campeón del tráfico online son, como quizás has deducido y reflejan estos informes, los servicios de streaming de series y películas como Netflix, Disney+ o Amazon Prime Video. Tanto, que algunos servicios de venta digital de películas se plantean rendirse ante ellos. Según el estudio de Sandvine, el consumo de vídeos en streaming (aquí hay que meter también YouTube y Twitch) ya rebasa el 60% de la descarga de datos globales de la red.

En otras palabras y basándonos en estos informes de Sandvine, Bittorrent aún es una fuente no precisamente pequeña de descarga de contenidos de forma no oficial pero cada vez lo es más. Nos faltan los datos absolutos de ese tráfico para poder sacar mejores conclusiones, lamentablemente.

En 2021 tenemos más servicios de streaming de vídeo y más contenidos exclusivos que nunca, lo que puede provocar que mucha gente elija pagar menos y depender más de las descargas no oficiales. También aparecen otras tácticas que encajan con el desconocimiento de los jóvenes de las redes P2P, como la que nos comentaba Antonio Sabán en Genbeta: aprovechar que no hay permanencia y pagar sólo un mes de cada servicio, viendo los contenidos exclusivos de forma planificada.

Quizás, en busca de más ingresos, los catálogos de streaming empiecen a limitar eso también (empezamos a ver cómo aprietan con las contraseñas compartidas). O quizás esas generaciones jóvenes cogen curiosidad de nuevo por las redes P2P para no tener que pagar tantas suscripciones. El futuro dirá qué es lo que ocurre, pero tiene pinta que las redes P2P no van a desaparecer a corto ni medio plazo por mucho que los más jóvenes no las usen.

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