La caja tonta sigue siendo bastante tonta. Parece mentira, pero aunque la tecnología ha avanzado de forma espectacular en las últimas décadas, los cambios en la forma en la que interactuamos con el televisor apenas lo han hecho.
Desde luego que han mejorado muchos apartados, como la calidad de la imagen y el sonido o la llegada de las tecnologías que permiten disfrutar de una pantalla plana. Y sin embargo, la función de la televisión apenas se ha modificado, y son otros dispositivos los que normalmente dotan de muchas más posibilidades al televisor de toda la vida.
Por supuesto, las plataformas de televisión inteligente han tratado de dar un giro a la situación, pero ni ellas ni los actuales dispositivos adicionales han cuajado en un mercado que sigue debatiéndose entre múltiples soluciones de múltiples fabricantes que no parecen querer colaborar en la revolución del sector televisivo.
De hecho, el panorama no parece que vaya a cambiar a corto plazo. Mientras que en otros segmentos las alternativas son pocas y bien definidas (Windows, Mac OS X y Linux en informática de escritorio, iOS, Android y Windows Phone en dispositivos móviles, por citar los ejemplos más claros), el salón de casa sigue sin dominadores claros.
Cada fabricante va a la suya
En anteriores generaciones de productos un fabricante logró a menudo llevarse al agua con un formato o tecnología que licenciaba a terceras partes. Pasó con el estándar de cintas de vídeo VHS (JVC), con las cassettes (Philips y Sony), el CD (Philips y Sony), o el DVD (Panasonic, Sony, Toshiba, Philips).
El modelo funcionó para todas ellas, pero esas son excepciones que confirman la regla en la que normalmente cada fabricante intenta ir a la suya, crear un formato o tecnología propietaria que sólo él controla, para luego licenciarlo.
Lo normal es que dichos formatos y tecnologías tengan una popularidad limitada y no hagan más que crear fragmentación en el mercado. Y esa fragmentación es la que existe precisamente en el mercado de la televisión. Hagamos un repaso de las alternativas.
Apple TV y set-top-boxes
Un buen primer grupo de candidatos a ser acompañantes de nuestro televisor son los set-top-boxes, pequeños dispositivos que actúan como centros multimedia tanto a través de su hardware como de un software específicamente destinado a esta tarea.
El Apple TV es un buen ejemplo de esta categoría, y como todo en Apple, este dispositivo será más valioso cuantos más equipos adicionales de Apple podamos combinar con sus funciones. Esa reproducción de contenidos de nuestros equipos y dispositivos móviles Apple --y no Apple en los últimos tiempos-- se nutre además de los contenidos propios de iTunes en forma de películas, música o series distribuidas vía la tienda online de la firma de Cupertino.
La estrategia de Apple es perfectamente válida y este pequeño dispositivo cumple su función a la perfección, pero no es el único que lo hace: el Roku, de momento claramente orientado al mercado norteamericano, también facilita este tipo de tareas.
Acompañando a estas soluciones podríamos englobar a todo tipo de ordenadores de salón y Media Centers que, en esencia, cumplen con la misma función que estos set-top-boxes. El acceso a contenidos multimedia se hace posible en ordenadores de distintos tamaño y prestaciones, desde un versátil Raspberry Pi a potentes miniPCs como los últimos Intel NUC, pasando por docenas de soluciones de diversos fabricantes en este segmento como los famosos discos duros multimedia que, de nuevo, han creado aún más fragmentación en el mercado. Habría algunos destacados en este último apartado, no obstante, como los WD TV Live Hub o los Xtreamer Prodigy, que también tratan de competir en un mercado muy poco definido.
A esos desarrollos hardware les acompañan todo tipo de plataformas software, de las cuales probablemente la más destacada es XBMC, un proyecto Open Source que está disponible en todo tipo de plataformas y que convierte a todo tipo de dispositivos en perfectos centros de nuestra experiencia multimedia.
Dongles HDMI y estándares inalámbricos
El Chromecast de Google es uno de los dispositivos más llamativos de los últimos tiempos, pero no es el primero que adopta este formato para acompañar a nuestro televisor. Los dongles HDMI basados en Android son conocidos desde hace tiempo, y los Android Mni PC Mk802 fabricados por Rikomagic se encuentran entre los más extendidos en el mercado.
Estos dispositivos integran procesadores ARM capaces de lidiar con prácticamente todo tipo de formatos, y su conectividad inalámbrica invita a usarlos como centros multimedia en los que el streaming es absoluto protagonista. Los contenidos locales se reproducen en el televisor vía estos dongles, que además actúan como completos miniPCs gracias a la integración de diversas versiones de Android.
A estos dongles se le unen todo tipo de PCs, portátiles, tablets y smartphones en los que la reproducción multimedia es posible gracias a tecnologías inalámbricas orientadas totalmente a este propósito. DLNA, MiraCast, AirPlay o WiDi son algunas de las alternativas más conocidas, y a través de ellas es posible evitar la compra de un nuevo dispositivo para una función que como en el caso del Chromecast podremos controlar desde el dispositivo móvil (o desde el PC, portátil o tablet, según el caso), reconvertido a mando a distancia.
Las consolas no solo sirven para jugar
En un último grupo encontraríamos a las consolas de videojuegos, que hace tiempo que son mucho más que eso. Tanto Sony como Microsoft han apostado fuerte por la reproducción de contenidos multimedia, aunque ninguna de estas soluciones lo pone especialmente fácil a la hora de reproducir contenidos locales (la Xbox 360 es especialmente tiquismiquis con los formatos aceptados).
Donde sí que intentan sobresalir es en su oferta de contenidos multimedia disponibles online. Ambas firmas llevan tiempo tratando de convencer a los usuarios de que sus distintas plataformas aprovechen la oferta de películas, deportes series, o música se disfruten a través de la consola.
La apuesta de Microsoft va quizás un paso por delante, algo en lo que han incidido también con una Xbox One que permitirá --gracias al puerto HDMI In-- ver o grabar programas de televisión en todo momento y controlar esas emisiones no ya desde la tele, sino desde la consola.
Por supuesto, la PS3 o PS4 y la Xbox 360 y Xbox One no son las únicas en estar dotadas de esas capacidades. La PS Vita TV de Sony es un singular dispositivo que actuará más como un compañero de la PS3 o PS4 en el futuro que como un producto autónomo, y algunos comparan a esta miniconsola como una alternativa a Apple TV que Sony podría conjugar muy bien con otros productos de su ecosistema.
Además de ella encontramos productos como OUYA, que aun centrándose en los videojuegos Android también ofrece capacidades de centro multimedia, yendo más allá de lo que van los citados dongles HDMI basados en la plataforma móvil de Google. En el horizonte aparecen otras soluciones como M.O.J.O. o incógnitas como los Steam Box de Valve basados en Linux, que podrían luchar también en este jugoso segmento.
¿La clave está en la nube?
Casi todas esas propuestas llevan tiempo prestando tanta atención a los contenidos "en la nube" como a los contenidos locales. Hasta no hace mucho los usuarios descargaban contenidos a sus ordenadores para reproducirlos, pero esa filosofía ha ido cambiando con el paso del tiempo.
El modelo que parece que acabará imponiéndose a medio plazo es el de la reproducción de contenidos vía streaming, algo por lo que ha apostado claramente Google con Chromecast --que de momento se centra en YouTube, pero que no cierra la puerta a otras posibilidades-- y que tiene otro interés fundamental para las empresas: la de impulsar de una vez por todas la distribución de contenidos online.
El mercado de los contenidos audiovisuales online es envidiable en Estados Unidos, donde gigantes como Netflix, Hulu, Pandora o Spotify permiten hablar de soluciones mucho más potentes y asentadas. Incluso Amazon es una propuesta realmente interesante con su servicio Prime Instant Video, algo que parece casi una utopía en nuestro país.
En España lamentablemente seguimos sufriendo una situación en la que ningún servicio ha logrado convencer a usuarios, productoras y distribuidoras de contenidos. Hay esfuerzos realmente destacados como Wuaki.tv, pero a esta y otras ofertas les hace falta asumir la realidad de nuestro país --los precios siguen siendo elevados, según muchos usuarios, como se confirmó en uno de nuestros últimos Meet The Experts-- y, por supuesto, que los usuarios comiencen a apostar por estas interesantes plataformas de distribución que tarde o temprano tendrán que imponerse en nuestro mercado y en el resto del mundo.
Soluciones para todos los gustos
Existen más alternativas, desde luego --hemos querido tratar de destacar las más conocidas y populares-- pero lo que parece claro es que hoy por hoy no hay un candidato claro a conquistar nuestro salón.
Así, los fans de Apple probablemente apostarán por el Apple TV, mientras que los jugones aprovecharán sus consolas y los usuarios con menos necesidades o con TVs compatibles tratarán de aprovechar sus dispositivos móviles y estándares como DLNA o Miracast.
La usabilidad y acceso a los contenidos en cada plataforma serán las claves de futuro, pero no es probable que veamos un ganador claro a corto o medio plazo. Eso no es necesariamente malo, desde luego --cada usuario podrá disfrutar de la opción que más le convenga-- pero esa gran fragmentación provoca confusión en los usuarios finales. Usuarios que tienen dudas lógicas respecto a la apuesta que harán a la hora de elegir al compañero perfecto de un televisor que está poniendo las cosas difíciles.
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