Nada menos que 79 estrenos contábamos en nuestro reporte mensual que tiene Netflix para este mes de julio, y posiblemente nos quedamos cortos. De hecho, nos quedamos: después de la publicación de este post, la plataforma de streaming anunció estrenos sorpresa que no había comunicado antes. Por ejemplo, la fabulosa cinta de terror psicológico 'Session 9', 'El amanecer de los muertos' de Zack Snyder o la serie más reciente de los siempre fiables 'Power Rangers', 'Beast Morphers'.
El ritmo es febril y para llevarlo al día conviene más seguir a alguna cuenta de Twitter como Modo Netflix, que hace seguimiento de todo lo que entra y sale de la plataforma, que de las propias vías oficiales de Netflix. Llama la atención ese ritmo si se compara con plataformas como HBO, Movistar o Amazon Prime Video, que reducen notablemente su cantidad de estrenos, e incluso durante estos meses llegan a prescindir completamente de estrenar producción propia.
Por muy extraño que sea el verano que tenemos por delante, es una práctica habitual todos los años: una vez acabado el curso, los meses de verano permiten a las plataformas cargar pilas, tirar de fondo de catálogo y renovar estrategias. Es cierto que este verano será posiblemente uno de los de mayor consumo televisivo de la historia de muchas plataformas, pero la costumbre de un impasse veraniego está arraigada. Salvo para Netflix.
Porque a la absolutamente apabullante cantidad de licencias se suman, y quizás eso es lo más sorprendente, una buena cantidad de producciones propias. Por ejemplo, este mes de julio tenemos la segunda temporada de 'Umbrella Academy', las primeras de las fantasías juveniles 'La monja guerrera' y 'Maldita', la también juvenil 'El club de las canguro', la infantil de animación 'Las flipantes aventuras del Capitán Calzoncillos en el espacio', el anime 'El hundimiento de Japón: 2020', la nueva serie de Transformers, la japonesa de terror 'Ju-On: Orígenes' y la mexicana 'Oscuro deseo'.
Y eso no es todo: tenemos cuatro documentales ('Zac Efron: Con los pies en la tierra', 'El negocio de los estupefacientes', 'Street Food: Latinoamérica' y 'Fear City: New York vs. The Mafia'), cerca de diez concursos entre los que se encuentran el exitoso 'Floor is lava' y el español 'A cantar'. Y de las películas se ha hablado mucho de la superproducción 'La vieja guardia', pero también contamos 'Atrapa ese email', la italiana 'Los infieles', 'Un desliz fatal, 'Mi primer beso 2', 'Solterísima' y la española 'Ofrenda a la tormenta'.
Como siempre, no es sencillo determinar, de todo ello, qué es una producción completamente independiente de Netflix y qué una coproducción. La propia Netflix divide sus producciones en producción propia, distribución exclusiva, colicencias según territorios y licencias exclusivas para distintas zonas. Y aunque no deja de ser un apabullante número de novedades, esa es la primera respuesta a la pregunta de cómo lo hace Netflix: produce tanto cada mes porque en muchos casos no tiene que poner en marcha un mecanismo completo de producción, tal y como explicaban en Espinof, sino que licencia y financia para que otros produzcan de forma material.
Siete años de producción propia
Netflix lleva siete años produciendo material propio, lo que la coloca solo por detrás de HBO, que empezó a finales de los noventa. Aún así, Netflix la ha adelantado rápidamente en lo que respecta a la cantidad y variedad del material, siempre dispuesta a sacrificar algo del pulido de sus productos para llegar más rápido y a más público. La pulcritud y el acabado de las series de HBO sigue siendo el sello de identidad de la plataforma de streaming propiedad de Warner desde los tiempos de la televisión por cable, así que Netflix no tiene que temer una competencia directa en ese sentido: HBO va a seguir siendo cuidadosa... y lenta.
Pero... ¿dónde reside el secreto de la prolijidad de Netflix? Una abundancia de producciones que la coloca no solo por delante de cualquier otra plataforma de streaming sino, por lo que respecta a sus películas, a la par de productoras tradicionales de Hollywood como Universal, Warner o la propia Disney. El secreto podría estar, aparte de la mencionada voluntad de hacer series más inmediatas y menos complejas que las de competidores como HBO, a algo que dijo Ted Sarandos, responsable de contenido, en su último informe de finanzas cuatrimestrales.
Sarandos afirmó que la cuestión era que "las producciones de 2020 llevan bastante tiempo filmadas, y están en fase de postproducción en estudios repartidos por todo el mundo". Es decir, el problema que ha sacudido, por ejemplo, todo el calendario de estrenos de series Marvel en Disney+, que estaban casi al borde de la posproducción pero de las que aún quedaban partes por rodar, no afecta a Netflix, que dejó de rodar su catálogo de 2020 incluso en 2019. Y del mismo, modo, ya están preparando series de 2021. "No tenemos previsto mover el calendario demasiado, y desde luego no en 2020", afirmó Sarandos, dejando la puerta abierta, lógicamente, a que parte de la producción de 2021 se retrase precisamente por los meses en blanco que hemos vivido en 2020.
Contra la competencia, despliegue internacional
Desde que Netflix vio que la competencia se iba a multiplicar hace un par de años, con más y más productoras anunciando la apertura de sus propias plataformas, también tuvo claro que el contenido licenciado, la base de su negocio, se iba a acabar. El caso de Disney ha sido el más claro y abierto, con las películas de Marvel y Star Wars volviendo poco a poco en todos los países a manos de la compañía, para ser explotadas en Disney+. En 2016 anunciaba que quería que el 50% de su contenido fuera propio.
Y para que ese propósito funcione, se apoya en su ya inabarcable red de productoras a nivel internacional. Cada mes es más frecuente ver cómo se estrenan en Netflix series y películas no necesariamente producidas en Estados Unidos, como resulta obvio al ver la lista de arriba, de estrenos para julio. España, por ejemplo, ha brindado en los últimos meses producciones como 'Las chicas del cable', 'Vis a vis' o, por encima de cualquier otra, 'La casa de papel', y compiten directamente con series y películas estadounidenses.
Netflix iguala con su catálogo a todos los países y presupuestos, y eso también sirve para poner en valor a las producciones más modestas. Por eso puede permitirse estrenar alrededor de setenta nuevos títulos cada mes. El truco está en tender la mirada a largo plazo y tener la suficiente cintura como para reaccionar a las decisiones de sus competidoras.
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