La enorme potencia de los nuevos iPad Pro hace que algunos planteen que debería correr macOS
La idea, aunque sugerente, no parece tener sentido para Steven Sinofsky, que lideró el desarrollo de Windows 8
Hace tiempo que el iPad tiene el hardware necesario para ser mucho más que una tableta. Hay gente que de hecho lo convierte en su portátil, pero para la mayoría esa opción está condenada por una razón: iPadOS. El sistema operativo de estos dispositivos ha evolucionado y ofrece más opciones que permiten usarlos con más soltura en entornos de productividad, pero aún así siguen quedándose cortos.
El debate ha vuelto con el iPad Pro. La potencia de este nuevo modelo, basado en el chip Apple M4, vuelve a plantear una pregunta: ¿y si el iPad Pro pudiese convertirse en un portátil? Para contestar a esa cuestión, la respuesta de algunos es clara: lo que necesitaría este dispositivo es poder correr macOS, no solo iPadOS.
Eso es precisamente lo que proponía MG Siegler, un conocido periodista tecnológico que apostaba por una especie de "iPad Ultra" que contase con arranque dual iPadOS/macOS para poder usarlo como un iPad convencional, pero también como un MacBook con macOS.
La idea es sugerente y puede tener sentido para algunos usuarios, pero hay alguien que tiene claro que es una propuesta terrible. Así lo afirma Steven Sinofsky, exdirectivo de Microsoft que lideró el desarrollo de Windows 7 y Windows 8. Este último sistema operativo, como recordaréis, planteó un cambio de interfaz radical en el que el control táctil era aún más importante que el ratón y el teclado en PCs y portátiles.
En una larga publicación en Twitter (X), Sinofsky dejaba claro que "la idea de un dispositivo con arranque dual es simplemente una locura. Está garantizado que la única realidad es que estará ejecutando el sistema operativo equivocado todo el tiempo para lo que quieras hacer. Es una tostadora-frigorífico. Sólo a los técnicos les gustan los dispositivos que "presto-cambian" a otra cosa".
Para Sinofsky hay varios problemas. Uno de ellos, la necesidad de que los desarrolladores adapten aplicaciones de macOS para que soporten el control táctil. Otro, la autonomía de la batería, que podría verse afectada al dar soporte a macOS. Según su experiencia,
"Las interfaces de usuario que a la gente le gustan en un ordenador de sobremesa, diablos, que les encantan, simplemente no funcionan con el tacto. Podría ser posible crear interfaces totalmente nuevas que aprovechen el tacto y que, por tanto, serían geniales en un iPad, pero eso no es lo que han intentado. El dispositivo surgió de un teléfono".
Plantear un iPad o un iPad Pro con macOS sería un error porque "sin un teclado y trackpad integrados, el dispositivo sería enormemente frustrante", pero además muchas aplicaciones de macOS no funcionarían bien porque las apps no estarían preparadas para ese modo de funcionamiento. Para Sinofsky "todo sería distinto y nadie estaría feliz".
La opción para Apple —y para Sinofsky— es clara: los iPad y los Mac no compiten, sino que son complementarios. Lo confirmaba uno de los ejecutivos de Apple, Tom Boger, en una columna de opinión reciente sobre el tema en The Wall Street Journal: "los iPad son para el tacto, los Mac no".
Quienes quieran usar el iPad como un portátil, eso sí, podrán seguir haciéndolo. El soporte del teclado y ratón —con periféricos como el nuevo Magic Keyboard— lo demuestran, pero hay una cosa clara.
De macOS en el iPad, nada.
En Applesfera | La razón de que macOS nunca vaya a llegar al iPad se llama appleOS
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